El Congreso
Ordinario de la Fuba, convocado para el martes 14, no pudo renovar
autoridades por falta de quórum. Ninguna lista logró reunir los 66
delegados necesarios para sesionar
Foto: Ignacio Smith
Esto expresó, en primer lugar, el fracaso de la política del Rectorado
de Alberto Barbieri, que se había jugado a fondo para desplazar a la
actual conducción combativa de la Fuba. Los decanos querían terminar con
una Federación que es un factor de lucha contra sus negociados
privatistas, por la gratuidad de los posgrados -la gran “caja” de la
corporación universitaria- y por el salario para los más de 15 mil
docentes ad honorem de la UBA. Para este objetivo, intentaron un
acercamiento al kirchnerismo, ya sea para reunir los votos necesarios
del quórum o incluso para una lista común. Para ésta, incluso, ya había
varios postulantes que eran del agrado de franjistas y kirchneristas.
Después de todo, en varias facultades, bajo el rótulo de “Nuevo
Espacio”, conviven radicales y peronistas en una única agrupación. En la
mesa de negociaciones se puso la continuidad de los contratos que La
Cámpora tiene en el Rectorado, e incluso el concurso para profesor
titular del ex ministro de Economía Axel Kicillof -cuestionado por la
Facultad de Económicas. Como frutilla del postre, y en tanto garantía
para avanzar en esa dirección, el Consejo Superior convocó a la
Inspección General de Justicia (IGJ) a “fiscalizar” el funcionamiento
del Congreso. Una intromisión directa del Estado en la organización
estudiantil. La IGJ está conducida por Sergio Brodsky, un militante de
Franja Morada, ex funcionario de Derecho, quien actúa como mano derecha
de Angelici y el espía Darío Richarte.
La mayoría de los centros de estudiantes votaron en la Junta
Representativa de la Fuba el rechazo a la intervención de la IGJ -con la
notable excepción del Centro de Sociales, conducido por el
kirchnerismo.
La campaña de la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), curso por
curso, de denuncia del pacto Franja-K y el pronunciamiento masivo de
los estudiantes en asambleas y comisiones bloquearon la posibilidad de
que este pacto se llevara adelante. Pusimos en conocimiento de los
estudiantes las reuniones clandestinas entre La Cámpora y el rector, y
las prebendas que estaban traficando entre sí. Esto produjo una crisis y
hasta una división entre las agrupaciones kirchneristas e
independientes, muchas de las cuales se delimitaron de La Cámpora.
La Mella, agente de La Cámpora
El Congreso expresó, a su turno, las divergencias estratégicas que
recorren a la actual conducción de la Fuba. La Mella-Patria Grande se
reveló en todo momento como un agente del camporismo. Mientras La
Cámpora negociaba con Barbieri, y el Centro de Estudiantes de Sociales
avalaba la intervención de la IGJ, La Mella hizo todo lo que estaba a su
alcance para llevar a La Cámpora a la presidencia de la federación.
Decían que de esa manera se lograría “la unidad” para derrotar al
macrismo, cuando está claro que el gigantesco desprestigio que
implicaría la integración de los K a la dirección de la Fuba era el
mejor favor que el movimiento estudiantil podía hacerle a la Franja y al
gobierno. De parte de los K, su pedido de una triple presidencia
representaba un intento por someter a la izquierda revolucionaria, y a
las organizaciones recuperadas por los estudiantes, a los dictámenes de
una fuerza que gobernó, y aún gobierna Santa Cruz, Tierra del Fuego y
varias provincias más, al servicio de los grupos capitalistas, ajustando
y reprimiendo a los trabajadores.
Nuestra campaña contra esa triple presidencia fue clave, también, para
desmontar este intento de copamiento político de la federación. Como
nuestras diferencias con el kirchnerismo son radicales, de fondo,
propusimos un acuerdo de carácter técnico, para derrotar la lista de
Nuevo Espacio-Franja Morada, y que luego cada fuerza obtuviera para sí
una representación proporcional a la cantidad de delegados que reuniera:
la izquierda en la conducción, los K en la oposición. Nuestra campaña
caló tan hondo que La Cámpora fue reculando a lo largo de los días,
bajándose del planteo de la presidencia a la vicepresidencia, algo que
rechazamos de igual modo. Ante este recule La Mella-Patria Grande no
incrementó la presión para doblegar al kirchnerismo, sino que salió a su
rescate, acusando al PO de “sectario”. La Mella no quería revalidar un
frente político con la juventud del Partido Obrero, que dejara a los K
en el lugar que le corresponde a la oposición. Su consigna fue a“con La
Cámpora a la cabeza o nada”, revelando que, antes que la derrota de la
derecha en la Fuba, su política es la formación de una coalición
política común con los hijos de De Vido y Lázaro Báez: el Frente
Ciudadano que CFK reclamó desde Comodoro Py. ( Con Lopez y las fortunas en la boveda del convento clerocal donde iban Alicia y De Vido que debería estar preso hace años popr la tragedia de Once . Un gobierno clerical que lavaba guita del vaticano con la anuencia de Bergoglio que se sacaba fotos con Cristina mientras ellas lavaba la guita en sus hoteles ? )
Cómo seguimos
La UJS libró estas batallas políticas para defender los intentos -tanto
externos como internos- por desmantelar el carácter independiente de la
Fuba prácticamente en soledad. El resto de los partidos del Frente de
Izquierda tiró la toalla antes de empezar, y su política frente al
Congreso se limitó a atacar al Partido Obrero. Su planteo de “presentar
una lista del FIT” conducía directamente al triunfo de Franja Morada
-una deducción elemental que ocultan a su militancia y nunca se
atrevieron a poner por escrito. Este planteo vergonzante de entrega de
la Fuba es la contracara de su marginalidad política -la “lista FIT”,
sin la UJS-PO, reunía entre el 3 y el 4% de los delegados del Congreso.
El balance de la lucha política librada en torno al Congreso dejó una
conclusión clara: existen enormes reservas de lucha entre los
estudiantes que hicieron posible la defensa de la independencia de la
Fuba, incluso a pesar de la acción decidida del Rectorado y de la
capitulación de un sector de la conducción a los planteos del
kirchnerismo. El desafío de la UJS es explotar al máximo las
posibilidades de esta tendencia de lucha, que ya tuvo su expresión en la
huelga universitaria y la gran marcha educativa del 12 de mayo. Vamos,
ahora, a la pelea en cada facultad por el balance del Congreso,
fortaleciendo las agrupaciones de la UJS y preparando la formación de
las listas independientes y combativas para las próximas elecciones de
centros de estudiantes, que tendrán lugar en el segundo cuatrimestre. La
lucha continúa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario