A 40 años de su secuestro y desaparición, los documentalistas plantearon sus reivindicaciones
El 27 de mayo se instauró como Día del Documentalista luego de años de
trabajo y militancia de toda una nueva camada de documentalistas por
recuperar y difundir la obra de Raymundo Gleyzer, cineasta militante que
creó el grupo Cine de la Base, ligado al PRT. Al cumplirse 40 años de
su secuestro todas las asociaciones de documentalistas organizamos un
gran homenaje en el cine Gaumont, donde se proyectó la película “Los
traidores” y se presentó el libro Compañero Raymundo, con la presencia
de sus autoras Cynthia Sabat y Juana Sapire, su compañera de vida y
militancia. La jornada también sirvió para presentar las
reivindicaciones del sector documental, que ya fueron planteadas ante la
nueva gestión del Instituto de Cine (INCAA).
Los traidores
Las más de 1.000 personas que concurrieron al homenaje desbordaron la
capacidad de la sala principal del cine y se emocionaron con las
palabras de Juana, que recordó la lucha y militancia de Raymundo. Se
proyectó por primera vez la copia restaurada de “Los traidores” (1973) y
el comentario generalizado a la salida fue sobre la impactante
actualidad de esta ficción que retrata el papel de la burocracia
sindical. La corrupción, sus métodos de patota y los argumentos contra
cualquier intento de organización independiente que ponga en riesgo sus
intereses son muy similares (aunque su nivel de descomposición y
acumulación de riqueza fue en aumento) a los que enfrenta hoy el
movimiento obrero. La proyección de esta película en el seno de
sindicatos y organizaciones clasistas puede servir para desarrollar el
debate crucial respecto de la superación de la burocracia y del
peronismo.
El resto de la obra restaurada de Raymundo y el grupo Cine de la Base
se va a proyectar del 9 al 15 de junio, a las 19 horas en el Gaumont. El
lunes 13, volvió a proyectarse “Los traidores” con la presencia de
Juana Sapire.
En defensa del cine documental
Si bien la masividad de la jornada y su importante repercusión parecen
haber disuadido al macrismo de atacar la vía de fomento por la que se
vienen produciendo un promedio de 60 películas documentales al año,
todavía hay un punto sobre el que hay que prestar atención. Con un
argumento administrativo y legalista el presidente del INCAA, Alejandro
Cacetta, pone en duda la posibilidad de que los comités que deciden a
qué proyectos se otorgan los subsidios sigan funcionando como hasta
ahora. Los jurados que conforman cada comité son elegidos por cada una
de las asociaciones de documentalistas. Esta independencia conquistada
con la lucha, y contra los intentos de regimentación del kirchnerismo,
fue clave en estos diez años para posibilitar la producción de
expresiones independientes o críticas del Estado y del orden social
vigente. Retomar por parte del INCAA el nombramiento de estos comités
sería la manera de aplicar un ajuste a partir de la aprobación de una
menor cantidad de proyectos que en la actualidad y de intentar un
control ideológico sobre la producción. La aplicación del ajuste por la
vía administrativa es algo que ya está ocurriendo en el cine de ficción,
con el atraso en el pago de los subsidios y el nombramiento de nuevos
comités que definen la asignación de recursos para próximas películas.
Las asociaciones de documentalistas tenemos que aprovechar el éxito de
la jornada del 27 de mayo y la retrospectiva de la obra de Raymundo para
seguir difundiendo nuestras reivindicaciones, poniendo especial énfasis
en la cuestión de la independencia de los jurados, y para plantear un
aumento de emergencia en estos recursos.
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