Los matones
que destrozaron la redacción de Tiempo Argentino y los estudios de Radio
América actuaron con total impunidad. Fueron desalojados por los mismos
trabajadores frente a la inacción policial.
Foto: Sebastián Baracco
No es la primera vez que Martínez Rojas -supuesto nuevo dueño de la
empresa, porque nunca pudo mostrar un documento que lo acredite- irrumpe
violentamente. Ya lo había hecho en los estudios de la radio meses
atrás.
La cobertura policial y de parte de la fiscalía que recibieron él y sus
matones, mientras destruían todo a su paso, es fundamentalmente
política. Se condice, claro, con el blindaje judicial que gozan los
vaciadores Szpolski-Garfunkel, que embolsaron millones de pesos en pauta
oficial durante el kichnerismo y se borraron adeudando salarios y
aguinaldos. Por su parte, el nuevo gobierno lleva cumplido medio año de
gestión ignorando olímpicamente los reclamos de los compañeros.
La patronal del Grupo 23 -del que formaban parte Tiempo y Radio
América- es una rosca que reúne a operadores kirchneristas y macristas.
Además de Szpolski y Garfunkel, la integran Darío Richarte y Francisco
Javier Fernández. Richarte fue número 2 de la Side en el gobierno de la
Alianza y, hasta hace poco, vicerrector de la UBA. Ahora ocupa una de
las vicepresidencias de Boca Jrs. en el equipo de conducción de Daniel
Angelici, puntero histórico del PRO en los pasillos de Comodoro Py. Y
Fernández fue el principal operador oficioso de CFK en el fuero federal.
Este dream team contó con "la inestimable gestión operativa del
contador Juan José Galea, que antes y después de ser director financiero
de la empresa tuvo un cargo similar en la Side -antes- y en la Agencia
Federal de Inteligencia (AFI) -ahora-" (La Nación, 4/7).
El próximo 14 de julio, los trabajadores de Tiempo y Radio América
convocan junto al Sipreba a una marcha a Plaza de Mayo para reclamar
seguridad para los trabajadores, castigo a los responsables de los
destrozos y que el gobierno aporte los recursos necesarios para que el
diario pueda publicarse con normalidad y los trabajadores cobren los
salarios de convenio.
Movilicémonos en defensa de los laburantes, contra los vaciadores de ayer y de hoy.
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