Una multitud reclamó la candidatura independiente de Bernie Sanders
El tenor de las convenciones de demócratas y republicanos muestra la
crisis que atraviesan ambos partidos, que parece no poder cerrarse. La
crisis política en Estados Unidos se aviva, a pocos meses de la elección
de un nuevo presidente. La ‘grieta social’ se profundiza a la luz de la
violencia estatal contra los negros, latinos y trabajadores pobres.
La primera jornada de la convención demócrata se distinguió, no por los
discursos de sus dirigentes tradicionales, sino por una movilización de
protesta de miles de jóvenes partidarios de la candidatura de Bernie
Sanders.
El discurso del senador por Vermont fue interrumpido por abucheos del
público cuando quiso apoyar la candidatura de Hillary Clinton, esto es,
reforzar el declinante Partido Demócrata. Al grito de “queremos a
Bernie”, hicieron parar el discurso de Sanders en varias oportunidades.
Pocas horas antes de la convención, una verdadera bomba política vino a
perturbar la unidad de los demócratas: se filtraron 20.000 mails
divulgados por Wikileaks que muestran cómo funcionarios del Comité
Nacional Demócrata boicoteaban la campaña de Sanders. La presidenta del
Partido Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, se hizo cargo de esta
campaña sucia y tuvo que renunciar por el tenor de las acusaciones. Pero
esto no mejora la imagen de Clinton, que estaba al tanto de las
maniobras.
Muchos de los que apoyaron a Sanders no están dispuestos a ir detrás de
la candidatura de Clinton, a pesar de los llamados a la unidad que
esgrime el mismo Sanders para enfrentar a Donald Trump.
Hillary, que creía que su candidatura transitaría sobre rieles luego de
que el FBI la librara de culpa y cargo por las denuncias de uso
negligente de su correo privado, enfrenta nuevos tropiezos y tiene una
alta imagen negativa. Las encuestas previas a la convención indicaban
que Sanders tenía más chances que ella de vencer a Trump.
Muchos votantes de Sanders podrían abstenerse en la elección general, o
incluso votar por algún otro candidato. Ha quedado agudamente planteada
la cuestión de una candidatura independiente de Sanders. Ni lenta ni
perezosa, Jill Stein, del Partido Verde, salió a ofrecerle su partido
para presentarse.
La crisis republicana
Del lado republicano, las cosas no están mejor. Su convención en
Cleveland -y la campaña de Trump- también estuvieron atravesadas por
actos y movilizaciones de repudio contra los mensajes fascistizantes del
magnate. Las movilizaciones contra su candidatura dejaron al menos doce
detenidos.
En la Convención, a su vez, se evidenciaron divisiones dentro del
partido republicano. El bochorno del discurso plagiado de la esposa del
candidato, Melania Trump, fue una anécdota al lado de otros datos, como
la ausencia de referentes partidarios como George Bush, Mitt Romney,
John McCain y John Kasich.
La “pacificación” del bando republicano fue imposible, debido a que el
máximo opositor en la interna, el texano Ted Cruz, no apoyó la
candidatura de Trump en su esperado discurso. La Convención se cerró en
medio de insultos, abucheos y faltazos. Las declaraciones de Cruz fueron
consideradas como una “puñalada por la espalda”.
Más allá de las diferencias políticas con el magnate, que enfrentó una
huelga en su Casino Taj Mahal en Atlantic City, lo que preocupa a muchos
referentes republicanos es que Trump también tiene una alta imagen
negativa.
Con el telón de fondo de la crisis mundial, la crisis política continúa su desarrollo en plena campaña electoral.
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