Es la vía para hacer realidad la consigna de la convocatoria: una nueva dirección para derrotar el ajuste.
Foto: Florencia Braña
Pese al “día de perros”, con una lluvia torrencial, 2.500 activistas
del clasismo -de directivas, comisiones internas y cuerpos de delegados-
de más de un centenar de gremios de todo el país, colmaron el estadio
cubierto de Racing.
La mesa que presidió la conferencia (la honoraria correspondió a
nuestro siempre presente Mariano Ferreyra) y las intervenciones de
apertura fueron una expresión cabal de la implantación del clasismo en
el movimiento sindical de nuestro tiempo.
La idea central del informe fue que “la transición hacia una nueva
dirección, que hemos analizado en las dos anteriores conferencias,
ingresa a una nueva fase determinada por el ajuste, la tendencia de la
burocracia a profundizar la tregua y la disolución del kirchnerismo (y
del peronismo)”.
Las luchas que, superando la tregua de las centrales, cuestionan el
inmovilismo de la burocracia y a la propia burocracia, hacen emerger
organismos de coordinación “como la Unión de Gremios de Tierra del Fuego
o la Mesa de Unidad Sindical de Santa Cruz”.
Precisamente, una de las delegaciones más importantes fue la de Tierra
del Fuego; los compañeros explicaron al plenario el alcance de esta
enorme lucha contra el gobierno kirchnerista de Rosana Bertone, quien
-al igual que Alicia Kirchner en Santa Cruz- aplica el ajuste a “sangre y
fuego”.
La conferencia dirigió una carta al Encuentro Patagónico, que
coincidentemente se realizaba en el sur, proponiéndole organizar en
común -a partir de los sindicatos nucleados en una y otra reunión- una
campaña por un congreso del movimiento obrero para votar un “plan de
lucha contra el ajuste de Macri y los gobernadores”.
Luego del informe, la deliberación se desenvolvió en diez comisiones:
Movimiento obrero y agrupaciones sindicales, Política, Docentes,
Estatales, Docentes universitarios, Transporte, Mujer, Jubilados,
Precarizados y Abogados, cuyas conclusiones serán volcadas en éste y en
próximos periódicos.
Algunas de las resoluciones centrales fueron: reforzar las agrupaciones
y poner en pie nuevas como la de metalúrgicos; dar impulso al trabajo
nacional en frentes como telefónicos; apoyar la listas electorales en
químicos, papeleros, Banco Provincia y Alimentación; desarrollar una
gran campaña por la participación de las agrupaciones sindicales en el
Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizará en Rosario; redoblar la
campaña contra el fallo reaccionario de la Corte; editar un folleto y
realizar una gran agitación contra las ART (bajo su forma actual y
contra la reforma que impulsa el gobierno); una campaña contra los
despidos y por el reparto de las horas de trabajo; por la reapertura de
las paritarias y la abolición del impuesto al salario y, desde ya, el
apoyo a las luchas en curso, como la de Ecotrans, en defensa de los
puestos de trabajo.
La importancia de la formación fue un tema que recorrió las comisiones;
la realización de cursos y charlas, en especial sobre Manual del
delegado, que presentamos en la propia conferencia (con un éxito
rotundo: se vendieron 600 libros en pocas horas).
El punto más alto de la jornada se alcanzó en el momento del cierre de
Néstor Pitrola, quien trazó la perspectiva de nuestro desarrollo en la
próxima etapa: “agruparnos, preparar organizaciones de masas de los
trabajadores… la Coordinadora Sindical Clasista, el congreso de bases”.
Es la vía para hacer realidad la consigna de la convocatoria: una nueva dirección para derrotar el ajuste.
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