Los días
15,16 y 17 de julio, en Montevideo, se desarrollará la Conferencia
Latinoamericana convocada por el Partido de los Trabajadores del Uruguay
y el Partido Obrero de Argentina.
La Conferencia tiene lugar en momentos en que América Latina está
sacudida por una inmensa conmoción política, social y económica. El
epicentro de este vendeval está en Brasil y Venezuela -donde asistimos
al derrumbe de sus regimenes políticos-, pero su onda expansiva está
haciéndose sentir en todos los países del continente.
Este terremoto político está íntimamente vinculado con la bancarrota
capitalista, que transita su noveno año, con todas sus premisas
agravadas. El Brexit constituye un nuevo salto en este proceso.
La crisis mundial ha puesto de manifiesto los límites insalvables del
progresismo y el nacionalismo burgués latinoamericano.
La convocatoria tiene como finalidad abrir la discusión y reagrupar a la
izquierda y al movimiento obrero combativo para impulsar una
alternativa obrera y socialista a la bancarrota capitalista en América
Latina. Las deliberaciones de la conferencia apuntan a contribuir a
elaborar un programa y un salida frente a la crisis actual, que sirva
como un peldaño para motorizar una acción internacional en común de los
trabajadores y lograr que la clase obrera intervenga como un factor
independiente en la crisis que enfrentamos.
Reproducimos las partes salientes de contribuciones que nos han hecho
llegar compañeros del PT uruguayo, del POR chileno (en la web del PO) y
Agenda Revolucionaria de Bolivia (página 15), exponiendo el panorama a
político de sus respectivos países.
Tabaré Vázquez acelera el ajuste fiscal: aumentan los impuestos al
salario, se recortan gastos en educación y se privatizan obras públicas,
además de negociar salarios a la baja. Retracción de la economía.
Fuerte respuesta obrera.
Durante el último mes el gobierno de Vázquez aceleró la propuesta de un
fuerte ajuste fiscal sobre el presupuesto público -que se discutirá en
el Parlamento en las próximas semanas-, mediante incrementos de
impuestos a los salarios, recortes de gastos en educación y salud, y
privatización de las obras públicas. El paquete se completa con una
política de rebaja salarial en las negociaciones colectivas que tendrán
lugar durante el segundo semestre, donde los gremios de la construcción,
comercio e industria deberán enfrentar la unidad de las cámaras
patronales y el gobierno.
El marco de este fiscalazo es una retracción imparable de la economía
nacional, donde hay una verdadera huelga de inversores: en el último
trimestre las inversiones y exportaciones cayeron un 25%, como
consecuencia de la deflación mundial de los precios de las materias
primas y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Como salida a este
cuadro de derrumbe, Vázquez coincidió con Macri en acelerar la firma de
un tratado de libre comercio con la Unión Europea para abrir mercados a
las exportaciones. El Brexit y la disgregación de la UE hundió esa
fantasía y profundizó en los últimos días la fuga de capitales y la
devaluación.
La crisis golpea las finanzas estatales, cuyo déficit se ha disparado
en el último año al igual que la deuda pública. Uruguay entra al
circuito de la crisis de deuda y la bancarrota estatal que sacude a
América Latina. Cuando aún deben pagarse 7.000 millones de dólares en
los canjes de deuda en lo que resta del año, las agencias calificadoras
de riesgo Standar’s and Poor’s y Moody’s declararon que el ajuste
presentado por el gobierno es insuficiente para mantener el “grado
inversor” -una exigencia similar a la realizada a Dilma Rousseff en
2015. Danilo Astori, ministro de Economía, ya anunció que vendrán nuevos
recortes al gasto. Quieren impedir un cambio de frente de la burguesía
hacia la derecha blanqui-colorada. Por ello, el gobierno del FA se
alinea con la política de Temer y Macri para descargar la crisis sobre
los trabajadores.
El Frente Amplio
Con un ojo en Brasil, Pepe Mujica afirmó que la bancada del MPP votará
“lo que decida Tabaré” en materia presupuestal para garantizar la
gobernabilidad. Por otro lado, el anuncio del ajuste despertó una tibia
crítica por parte de sectores del Frente Amplio como el Partido
Comunista, el PVP y del PS, que en pocos días terminaron acordando la
propuesta del gobierno.
Estos mismos sectores proponen medidas contra-cíclicas en oposición a
las llamadas “políticas neoliberales” de ajuste del astorismo. Sin
embargo, el planteo de la izquierda keynesiana no cuestiona el
crecimiento del endeudamiento público y el pago de la deuda externa, ni
plantea terminar con los subsidios y exoneraciones al capital ni los
impuestos al salario. Es decir, que la ‘distribución de la riqueza’ es
un verso. Se trata de una política de rescate estatal al capital contra
los trabajadores, cuya intervención tiene como objetivo sostener la
ganancia capitalista. La ‘izquierda’ del FA se adapta al viraje
derechista del gobierno. Sin embargo, esta adaptación agota los recursos
políticos de colaboración de clases del Frente Amplio para hacer frente
a los próximos ajustes que inevitablemente la crisis le depara. Como
síntoma, el diputado Oscar Andrade, del PC, renunció a su banca para
dirigir (contener) el gremio de la construcción que se encamina hacia
una lucha de grandes proporciones en las paritarias. Andrade busca
cerrar la grieta que se abre entre el movimiento obrero, el FA y el
gobierno.
Movimiento obrero
En este cuadro, la dirección del PIT-CNT, la central obrera, votó dos
paros generales. El primero se realizó el 29 de junio, con una
movilización que conmocionó Montevideo, donde participaron casi 10.000
trabajadores. El segundo se realizará el próximo 14 de julio. Sucede
que, por abajo, comienza a irrumpir un proceso de movilización contra
los despidos, la rebaja salarial y el ajuste fiscal que se opone por el
vértice a la política de Vázquez. Se ha abierto una deliberación en el
movimiento obrero sobre las salidas a la crisis. Las direcciones
sindicales afines al gobierno marcan el paso, con una orientación
programática que exige mayor intervención estatal para que “la crisis no
la paguen los trabajadores”. Se trata de un camino sin salida en el marco de bancarrota que envuelve al propio Estado. La deliberación
respecto de un programa para enfrentar el ajuste y desenvolver una
alternativa anticapitalista y de independencia de clase se encuentra en
el centro de las tareas de la izquierda revolucionaria y del movimiento
obrero.
La Conferencia Latinoamericana que se realizará en Montevideo el
próximo 15, 16 y 17 de julio se inscribe en este cuadro convulsivo que
sacude a Uruguay y América Latina.
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