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miércoles, 31 de agosto de 2016

A qué viene la Cobertura Universal de Salud

25 de agosto de 2016 | #Prensa Obrera 1425 | Por Daniel di Stefano 

El ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, aclaró algunos de los aspectos que incluiría su plan de Cobertura Universal de Salud (CUS), luego del decreto que firmó Mauricio Macri para su financiación. El decreto dispone 8.000 millones de pesos para la CUS y 2.700 millones para saldar parte de la deuda del Fondo Solidario de Redistribución (FSR) con las obras sociales. La burocracia sindical ha aceptado este soborno a cambio de su visto bueno para un plan que representa un paso más en la privatización y vaciamiento de la salud pública. El propio Lemus ha reconocido que el objetivo de la reforma es que “las prestaciones que no puede brindar el sector público, las brinde un sistema privado”, en convenio.

Frente al colapso de la salud pública, el Estado ha mantenido convenios con empresas privadas de salud, tanto en alquiler de tecnologías médicas, como en derivaciones y tratamientos ambulatorios o de alta complejidad (diagnóstico por imágenes y servicios de diálisis, por nombrar sólo algunos ejemplos). La CUS representa un avance en esa dirección al introducir una diferenciación al interior del sistema público: bajo condiciones todavía no especificadas, algunos usuarios recibirán una credencial que los habilitará a atenderse en el sistema público. Esta diferenciación anticipa alguna forma de limitación en la atención a quienes no posean la credencial, lo que pone fin a la incondicionalidad o universalidad de la atención en el hospital público   
 
El gobierno pretende disfrazar la reforma como progresista, al introducir una historia clínica única y crear la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (Agnet), un organismo encargado de la “valoración clínica, ética, económica y social de las prácticas médicas para evaluar la relación entre el beneficio y la oportunidad de recibir determinado tratamiento”. Ello plantea una regimentación del trabajo médico, así como la limitación o exclusión de determinados tratamientos para reducir costos.

La CUS no ofrece salida alguna a la crisis sanitaria actual y, en cambio, promueve la creciente privatización del sistema de salud en coexistencia con un mayor grado de exclusión y deterioro en las prestaciones recibidas por los sectores de la población que no acceden al sistema privado o a las obras sociales. Dado que un tercio de los trabajadores argentinos trabaja en un puesto informal sin acceso a una obra social, es claro que un alto porcentaje de la clase obrera sólo puede acceder a cobertura de salud a través de hospitales públicos. Rechazamos cualquier intento por limitar este acceso en función de los intereses de las corporaciones de salud privada. La farsa de la CUS debe ser discutida por el conjunto de los trabajadores de la salud y el pueblo trabajador.

Nos oponemos al negocio capitalista de la salud -que ha crecido en forma exponencial en las últimas décadas- porque conlleva al agravamiento de las condiciones sociales, sanitarias, habitacionales, laborales, de la clase trabajadora.

La salud y el sistema sanitario deben ser reorganizados a partir de un sistema único de acceso universal y gratuito, pleno de presupuesto, tecnología y capacidad de resolución de todas las necesidades de los trabajadores.
 
 
 

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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