Con la postal de un Congreso vallado varias cuadras a la redonda, Macri ofreció un discurso autista que ignoró el derrumbe económico, la caída de la producción y del consumo, el crecimiento de la pobreza y el desempleo, y el impacto en la población de los hechos de corrupción que alcanzan a su propia familia.
La parte sustancial del discurso estuvo en el comienzo, cuando agradeció al Congreso por haber votado durante el año pasado las leyes enviadas por el Ejecutivo y pidió a la oposición mantener la “coalición del ajuste”. Macri tiene motivos para estar agradecido: el PJ y el massismo le aseguraron la aprobación de leyes sustanciales, como el pacto con los fondos buitre, la confiscación a los jubilados que encubre la falsa “reparación histórica”, la continuidad del impuesto a las Ganancias sobre el salario y la ley de ART hecha a la medida de las patronales.
Una parte significativa de su discurso estuvo dirigido a atacar a los trabajadores docentes. Atacó a Roberto Baradel, del Suteba, y se sumó así a la campaña fascista que el gobierno y su aparato de propaganda impulsa contra el paro de los maestros. Al señalar que el salario docente depende de las provincias, Macri buscó reforzar su alianza con los gobernadores del FpV-PJ que en sus distritos quieren imponer la propuesta macrista de una paritaria a la baja del 18%. El ataque incluyó la defensa de la Evaluación Educativa que persigue el propósito de destruir el Estatuto Docente e introducir cláusulas de ´productividad´ contrarias a los criterios pedagógicos más elementales.
Macri eludió referirse a los despidos y al cierre de empresas, que en los últimos días aceleraron su ritmo y convirtieron el discurso presidencial en un acto de encubrimiento. Al poner como ejemplo el acuerdo por Vaca Muerta, sellado entre el gobierno, los monopolios petroleros y la burocracia sindical, condicionó la reactivación económica a que los trabajadores renuncien a sus conquistas y a sus convenios colectivos de trabajo. Sobre la base de esta posición, Macri rechazó una nueva devaluación, proponiéndole a los capitalistas alcanzar la “productividad” reforzando la explotación de la clase obrera.
En relación con la ciencia y la tecnología, Macri no se refirió a la reducción del número de becarios del Conicet que lleva adelante su gobierno, pero sí defendió la “vinculación” con el sector privado, repitiendo un planteo estratégico que subordina la investigación científica del país a las necesidades de los monopolios capitalistas, que lejos de ser un factor de desarrollo de las fuerzas productivas obtienen sus superbeneficios reforzando el carácter semicolonial del país.
Sobre la corrupción, omitió los hechos que en los últimos días han sacudido a su propio gobierno, como el caso del Correo Argentino o la venta de su empresa de aviones Macair a Avianca, desarrollando un negocio en claro perjuicio a Aerolíneas Argentinas. La referencia a la corruptela de la década kirchnerista fue un acto de autoencubrimiento, porque omitió que esos negociados alcanzan a su gobierno, como lo prueba el pago de coimas de Odebrecht a la empresa constructora de su primo, Ángelo Calcaterra, para participar de las obras de soterramiento del ferrocarril Sarmiento comenzadas por el gobierno anterior.
Macri insistió en aprobar un nuevo sistema penal juvenil bajando la edad de imputabilidad, a pesar de que la propia comisión de especialistas formada por el gobierno aconsejó no hacerlo. Detrás de este planteo se esconde la pretensión de reforzar el carácter represivo del Estado mientras el crimen organizado, responsable de la inseguridad ciudadana, se beneficia de los blanqueos oficiales.
Terminó su discurso apelando a no “volver al pasado”, lo cual constituyó un nuevo llamado al PJ a mantener la coalición del ajuste que ha funcionado en el Congreso durante estos 15 meses de gobierno.
En síntesis, en un discurso encubridor y autista Macri ha reafirmado su programa de ataque a las conquistas populares. La respuesta no vendrá de quienes han cogobernado con él sino de los trabajadores, a quienes se les presenta el desafío de derrotar la ofensiva capitalista en curso.
Foto: Ignacio Smith
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario