La agresión del actual presidente de la Caja de Previsión y su hermano
contra dos abogadas y dos jubiladas a las que lesionaron, golpearon,
amenazaron e insultaron no es un rapto de locura cualquiera, sino el
emergente de un régimen acostumbrado a la impunidad y desesperado por la
decadencia imparable de la camarilla kirchnerista.
En 2007, diez años atrás, otro funcionario, Daniel Varizat, atropelló a
más de 20 personas con su camioneta. El grave atentado -que no registró
víctimas fatales de pura casualidad- permanece impune. Su recuerdo
sobrevuela ahora, cuando ante la inmensa presión popular, Ariel Ivovich
fue detenido por la policía, porque aún no sabemos si el operativo
policial-judicial es el puntapié de un acto de justicia o simplemente
sirvió para que el provocador y su hermano, fueran “rescatados” del
galpón donde se habían atrincherado, rodeados de manifestantes que
acudían a repudiar la golpiza a las cuatro mujeres.
Ariel Ivovich es todavía hoy el presidente de la Caja de Previsión
Social; en los últimos días se había enfrentado con los Jubilados
Unidos, que ocupan el edificio de la Caja y acampan cortando la avenida
San Martín frente a la sede. El era quien comunicaba a los jubilados los
topes salariales que iban a cobrar en cada fecha. Su agresividad fue
creciendo durante este conflicto, en la misma medida que la organización
de los jubilados escapaba a su control y maduraba ostensiblemente en la
lucha. Su ataque a las cuatro compañeras es el resultado de un régimen
violento, que tiene una larga historia: desde el ataque de las patotas
del gobernador Néstor Kirchner a las asambleas populares de 2001/2002,
la militarización de la zona norte de la provincia contra las puebladas y
luchas de los petroleros, el ya mencionado atentado de Varizat y la
violenta represión frente a Casa de Gobierno en la madrugada del pasado
22 de abril.
La eventual caída de Ivovich es un nuevo golpe al debilitado gobierno
de Alicia K., que aún no se ha pronunciado al respecto, en medio de una
enorme huelga estatal-docente-judicial y de nuevas marchas, cortes y
ocupaciones de ministerios.
Las asambleas y mesas sindicales por localidad están debatiendo
mandatos a llevar a un plenario de trabajadores, que ha sido denominado
Cabildo Abierto, y que sesionará frente a la Casa de Gobierno el próximo
24 de mayo. En ese evento votaremos un programa y un plan de lucha para
impulsarlo.
En medio de la pulseada entre los ajustadores del gobierno nacional y
los ajustadores del gobierno provincial, el movimiento de lucha busca
abrirse un camino de independencia de clase, para defender el salario,
los convenios, los puestos de trabajo, la salud y la educación, e
imponer el control obrero y popular sobre las finanzas públicas.
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