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martes, 31 de octubre de 2017

“Jujeñazo” del Frente de Izquierda

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Iñaki Aldasoro

Consagró cuatro diputados provinciales y cinco concejales
 
La nota más destacada en la elección en Jujuy la dio el Frente de Izquierda, peleando cabeza a cabeza el segundo puesto con el PJ.

En las elecciones generales superamos la excepcional marca obtenida en las Paso alcanzando el 16,42% de los votos a nivel provincial, consagrando cuatro diputados provinciales y cinco concejales. A diputado nacional obtuvimos el 18%, a tan sólo un punto de lograr una banca. El FIT superó los 50 mil votos en las tres categorías (senador, diputados nacionales y legisladores). En la legislatura asumirán Alejandro Vilca, Natalia Morales, Iñaki Aldasoro y Eduardo Hernández.
La conquista de un bloque de legisladores de izquierda es la coronación de un proceso que nos encontró en dos oportunidades en las puertas de la Legislatura, en 2013 y 2015, en las cuales no ingresamos por el piso proscriptivo del 5% del padrón.

El derrumbe del peronismo

El frente oficialista Cambia Jujuy (UCR + PRO y aliados) hizo una elección altísima en las categorías nacionales, superando el 50% de los votos, aunque se dispersó en las categorías provinciales y municipales. Para concejales, no supera el 30% en ninguno de los distritos grandes. Esto sucede porque el gobierno se valió del viejo método de colectoras del peronismo (la lista de Morales contaba con 206 combinaciones), que suman votos “para arriba” pero dispersaban el voto en la categoría municipal. El gobierno se valió de este recurso para estirar la brecha con el peronismo, que en las Paso terminó muy parejo -35 a 30%.

El gobierno de Morales, a pesar de esta elección plebiscitaria, empezó a sentir el incremento de las movilizaciones de los trabajadores contra el ajuste. Su gobierno, al igual que ocurre a nivel nacional, se asienta en el hiperendeudamiento público. La provincia triplicó su deuda pública en menos de dos años y ha colocado los fondos coparticipables de la provincia como garantía de pago del “bono Verde” -210 millones de dólares a una tasa de 8,625% a cancelar en cinco años. Cualquier “tropezón” de la economía amenaza con hacer saltar por los aires al gobierno provincial.

Dentro del movimiento obrero, tendrá lugar la batalla por superar los problemas de definición y orientación política de sus actuales direcciones, que le han dado al gobierno de Morales una relativa estabilidad a pesar del crecimiento de las luchas, en un cuadro de tendencia a la radicalización de los trabajadores.
La gran elección del FIT arrastra el voto de todo un sector del PJ tradicional, uno de los grandes derrotados de la jornada. El peronismo cayó más de 10 puntos en relación con las Paso. Su candidato, Guillermo Snopek, pagó el costo de su alianza con el macrismo y su colaboración con el ajuste -integra el bloque en el Congreso de los diputados salteños de Urtubey. Esto se reflejó en su campaña, ausente de contenido.

El otro gran derrotado de la elección fue el Frente Renovador, el socio “peronista” de Morales, que ocupa la vicegobernación. El FR consagraría apenas dos diputados provinciales, muy ajustadamente. Recordamos que, en 2015, Massa había ganado la elección en la provincia de Jujuy. Es un retroceso que no encuentra destino final todavía.

Por su parte, Unidad Ciudadana sacó el 5% de los votos y no logró ningún cargo, excepto en Libertador, donde consagró un concejal. Su registro fue prácticamente testimonial. El Partido de la Dignidad del “Perro” Santillán obtuvo el 2% y el MST, el 0,6%. Hubo un 10% de voto en blanco.

El Frente de Izquierda

El FIT realizó una gran elección en todo el territorio, con “picos” en San Salvador, Palpalá y Libertador (Ledesma). En Libertador, la lista del FIT se encuentra ganando por escaso margen la elección, consagrando dos de los cuatro concejales. El apoyo decidido de las fuerzas del FIT a la lucha de los obreros azucareros se tradujo en un apoyo masivo del pueblo a sus listas. En los días previos a la elección, el secretario general del SOEAIL (sindicato azucarero) llamó públicamente a votar a las listas del Frente de Izquierda, y puso a disposición el sindicato para el festejo post electoral.

Algunos medios de comunicación han calificado el voto al FIT como un “voto bronca” contra el PJ.


El análisis carece de profundidad, porque ofrece como explicación aquello que debe ser explicado, a saber: por qué se eligió como “voto bronca” al FIT y no a otra de las tantas listas que se presentaron. La explicación real debería señalar que el pasaje de un sector amplio del electorado del PJ al FIT se debe a que éste proclama la necesidad de enfrentar la ofensiva patronal de los Macri y Morales, y denuncia la complicidad del pejotismo en todo el país con esta política.
La caracterización del “voto bronca” difundida por los medios no debe confundirse con el reconocimiento del raquitismo de los partidos que integran el FIT en la provincia, algo evidente que contrasta con la inmensa votación obtenida. De hecho, los partidos que integran el Frente de Izquierda juegan un papel marginal en la lucha de clases de la provincia y carecen de una penetración significativa en el proletariado y las masas explotadas. El carácter personalista que asumió la campaña detrás de la figura de Alejandro Vilca advierte el peligro de querer superar este déficit estratégico por medio del marketing electoral.

Es necesario no perder el carácter concreto de los análisis electorales, en especial cuando arrojan una tendencia ascendente. En estos casos hay que discernir si estamos ante un aprovechamiento positivo de las crisis políticas del régimen o si son la expresión directa de un ascenso en la lucha de clases, o una combinación de ambos factores, determinando el peso de cada uno. En los últimos años los ascensos electorales más destacados del Frente de Izquierda no fueron la expresión de una fuerte participación de los trabajadores en la lucha de clases. Eso le dio un carácter más precario, haciendo más factible una reversión de tendencias cuando el régimen logra superar sus propias crisis y divisiones, muchas de ellas de carácter faccional.

La formidable elección del Frente de Izquierda plantea grandes desafíos para el futuro, que se resumen en uno solo: poner en pie al movimiento obrero de la provincia como alternativa política, dotándola de una nueva dirección que luche por una salida obrera y socialista.

lunes, 30 de octubre de 2017

Venezuela, luego de las elecciones regionales

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Pablo Heller

Las características de una nueva transición

En las recientes elecciones venezolanas, el chavismo ganó 18 de las gobernaciones en juego, incluido el Estado de Bolívar -cuyo resultado final, por tratarse de una elección muy reñida, se conoció días después-; mientras la oposición sólo se quedó con cinco. La victoria oficialista comprende los principales distritos, incluidos los de la capital.

El gobierno se envalentonó con el resultado hasta el punto de dejar en el limbo a los gobernadores opositores triunfantes, de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), prohibiéndoles que presten juramento ante las asambleas legislativas regionales y amenazándolos con destituirlos y encarcelarlos si no juraban previamente ante la Asamblea Constituyente chavista. Esto precipitó la fractura de la oposición: cuatro gobernadores, ligados a Acción Democrática (la fuerza de Henry Ramos Allup), aceptaron jurar ante aquella institución, lo que fue calificado por Voluntad Popular, partido de Leopoldo López, como un acto de “traición y engaño”. El ex candidato presidencial, Henrique Capriles, anunció su salida de la coalición opositora.

Las denuncias de fraude por parte de la oposición no alcanzan a encubrir la contundente derrota que sufrió en los comicios. A medida que pasan los días se suman nuevas voces de la oposición reconociendo dicho revés y admitiendo que no hubo fraude o que fue secundario. La oposición obtuvo 11 puntos porcentuales menos en comparación con el 56% de respaldo que logró en las elecciones parlamentarias de 2015. Una de las razones de este retroceso obedece al crecimiento de la abstención: entre aquellos y estos comicios, la participación electoral se redujo del 74 al 61%, y la coalición opositora (MUD) -como lo admitió uno de sus referentes- “no fue capaz de movilizar a sus simpatizantes para emitir su voto”.

Según los resultados oficiales, el chavismo conquistó 5,5 millones de votos. Este número dista de los 8 millones que, según el gobierno, dieron su apoyo a la Asamblea Constituyente en los comicios del pasado 30 de julio, pero fue suficiente para superar a la oposición, que no llegó a 5 millones y perdió más de 2 millones de apoyos respecto del triunfo obtenido en las elecciones legislativas de 2015.

A esto hay que agregar la creciente división del arco opositor, que en diversos estados se presentó en varias listas, favoreciendo el triunfo oficialista.
Más que por la vitalidad del gobierno -que no la tiene-, la derecha ha sucumbido a sus propias contradicciones. “Nadie puede apoyar a un liderazgo que no sabe lo que quiere”, afirmó en forma crítica Torrealba, uno de los líderes opositores. Este desenlace no debería sorprender si tenemos presente el golpe que representó la Constituyente para la oposición. La MUD demostró su impotencia para impedir la elección de dicho organismo. La estrategia llevada adelante de “la lucha en la calle” no dio el resultado esperado y eso acentuó la desmoralización y disgregación de sus filas. A partir de ese momento, las convocatorias de la derecha para ganar la calle fueron perdiendo fuerza y reduciéndose progresivamente en número de manifestantes. En medio de este recule, la oposición, después de muchos cabildeos, decidió presentarse a elecciones regionales, lo cual no impidió que sectores de ella rechazaran esa propuesta y optaran por no presentarse a los comicios.

El chavismo

Maduro retomó la iniciativa con la Constituyente y el resultado electoral de las elecciones regionales representa un nuevo aliento en ese sentido. Aprovechando este escenario, Maduro estaría estudiando adelantar las elecciones municipales e incluso las presidenciales.

Pero cualquiera sea el entusiasmo oficial, no puede disimular el hundimiento económico del país. Las estimaciones hablan de un 2.300% de inflación para 2018 y una caída del PBI del 12% este año y al menos un 6% el año próximo. La Asamblea Constituyente ha ratificado el rumbo que venía desarrollando el gobierno -empezando por el pago de la deuda externa, que se sigue haciendo puntualmente, aunque haya que sacrificar, dada la escasez de divisas, la importación de medicamentos, alimentos y productos básicos imprescindibles para la población. La Asamblea Constituyente, que concentra en sus manos el poder, acaba de aprobar un aumento de los salarios del 40% que ni siquiera termina de ser un paliativo, si nos atenemos a la hiperinflación existente. Esto alimenta el disconformismo reinante en las filas de los trabajadores, de la que ha dado muestras la huelga de Sidor (ver pág. 14).

Entretanto, el gobierno pretende avanzar en la privatización petrolera y minera -incluida la abolición del monopolio estatal del comercio exterior de hidrocarburos. El propósito es tratar de lograr un alivio al ahogo financiero y económico, entregando la cuenca del Orinoco a la explotación directa de las corporaciones internacionales, incluido el derecho a la exportación. Esto tiene como principal destinatario a la petrolera rusa Rosneft y también incluye a China. La operación, de todos modos, sigue trabada, desde el momento que la Constituyente -que es la que está llamada a darle luz verde a estos acuerdos- no ha logrado reconocimiento internacional. Las tratativas con rusos y chinos, por ahora, sigue en el freezer y el régimen ruso ha declarado que no va a otorgar nuevos préstamos, más allá de los 6.000 millones de dólares que ya había desembolsado en el pasado como adelanto a cuenta de la entrega de combustible. Del mismo modo, China ha desechado ampliar el financiamiento al país caribeño.

Aunque no se llegó al extremo de un embargo petrolero, la Casa Blanca viene aumentando su presión económica, prohibiendo que los bancos estadounidenses operen con nuevos bonos venezolanos más allá de los que están en circulación, así como su negociación en el mercado de valores. Esto implica quitarle al gobierno venezolano una de sus pocas fuentes de financiación. En medio de las amenazas de Trump de dar por concluido el acuerdo con Irán y el deshielo con Cuba, las tendencias a una salida consensuada a través de una mediación internacional tienden a esfumarse. La creación de un nuevo marco de negociación con la derecha no tiene por el momento perspectivas de prosperar, con más razón luego del naufragio de la oposición en las elecciones.

Perspectivas

El chavismo ha revelado una capacidad mayor de sobrevivir de lo que muchos analistas habían pronosticado, teniendo en cuenta su descenso en la popularidad y la descomposición económica y social reinante. De todos modos, estos recursos tienen límites precisos. La situación económica y social es insostenible en el tiempo y el chavismo lo único que ha hecho es continuar con el rumbo que condujo al actual desastre. Lejos de ser una fuente para promover una transformación y crear una nueva realidad, la Constituyente prolonga una agonía, que agrava el empantanamiento y la crisis social vigente y pavimenta el camino para un estallido. A término, el inmovilismo del régimen chavista dejaría como única salida un golpe militar.

El FMI tiene elaborado un plan de rescate financiero de Venezuela que arrojaría unos 30.000 millones de dólares -pero que reserva para una transición, previo relevo del gobierno actual. El capital internacional aboga por una salida política que apunte a una privatización completa de PDVSA y una apertura sin restricciones de la explotación minera y petrolera al capital extranjero, que iría de la mano de un ajuste social en regla.

El hecho de que la oposición haya perdido poder de fuego, contradictoriamente, puede estimular la iniciativa de lucha y movilización independiente de los trabajadores, reprimida o inhibida hasta ahora por la amenaza derechista. Por otro lado, la concentración del poder en manos del chavismo puede terminar oficiando de disipador de los choques y disidencias internas, que pueden empezar a filtrarse en un organismo deliberativo copado integralmente por el oficialismo, como lo es la Asamblea Constituyente.

Izquierda y clase obrera

Un capítulo especial lo merece la izquierda, que ha oscilado entre un seguidísimo "crítico" al chavismo hasta actuar como furgón de cola de la oposición. El partido Socialismo y Libertad (afín a Izquierda Socialista en la Argentina) caracteriza que una rebelión popular está en curso y llamó a no participar en las elecciones: no hay que votar sino movilizarse para voltear a Maduro “en la perspectiva de retomar la rebelión popular contra el gobierno hambreador y represivo" y lograr su continuidad hacia una salida "política independiente del PSUV y la MUD”. Se trata de un contrasentido, pues a nadie se le escapa que esa rebelión estaría comandada por la derecha y lo único que podría parir es una salida política a la medida del gran capital. Concretamente, el planteamiento político del PSL, por más que se lo pretenda vestir como una alternativa independiente, coincide con el planteo del ala golpista-radical de la MUD.

En la vereda opuesta, Marea Socialista (que integra la corriente internacional del MST argentino) participó de las elecciones e hizo campaña contra la abstención, instando a la gente a votar. Su intervención en la elección fue a través de un rejunte de partidos que se reivindican “bolivarianos y revolucionarios”, que se dieron en llamar UPP 89, cuyas candidaturas principales fueron ocupadas por ex funcionarios recientemente desplazados del aparato oficial. Este nucleamiento se define como una “tercera posición”, una suerte de “chavismo crítico”, que llama a volver al chavismo de los orígenes y cuyo programa es una amalgama de posiciones nacionalistas y democrático-liberales, que toma prestadas y hace propias algunas de las críticas al régimen bolivariano que viene enarbolando la oposición derechista.

La clase obrera está ausente como factor político independiente. La condición para revertir esta situación es la completa independencia política de los trabajadores, lo cual supone una ruptura política tajante con el nacionalismo burgués y la oposición derechista. Esto plantea una superación política de la estrategia de la izquierda, que mayoritariamente viene siendo tributaria de una u otra coalición capitalista.
 



Fuente:http://www.po.org.ar/prensaObrera/1479/internacionales/venezuela-luego-de-las-elecciones-regionales

El PTS y el corte de boleta

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Juan Pablo Rodríguez


Algunos días antes de la finalización de la campaña del Frente de Izquierda en la provincia de Buenos Aires nos encontramos con un curioso reparto de boletas del FIT “casa por casa”. La boleta, en este caso, venía acompañada de un instructivo que instaba al votante a realizar un corte de boleta en contra de la candidatura a senador de Néstor Pitrola, y promover el voto sólo a la categoría de diputados. Esta campaña que desarrolló el PTS no tiene sólo el evidente componente oportunista, sino que expresa una adaptación política al régimen en general y al kirchnerismo en particular.

Al mismo tiempo que el PTS promovía el corte de boleta en contra de la candidatura a senador, el kirchnerismo lanzaba en redes sociales un spot que llamaba a votar Cristina Kirchner-Nicolás Del Caño “para que no gane Macri”.
Una cosa es buscar conquistar a un voto parcial al FIT a quienes no logramos convencer para que nos voten integralmente. Otra cosa es organizar y promover ese voto parcial -o sea, recortar las posibilidades de un pronunciamiento político claro por el FIT en beneficio de las candidaturas patronales.

La negativa a una campaña de frente único por parte del PTS ha tenido este componente de fondo. El rechazo a la consigna de “Al ajuste de Macri lo enfrentamos con los trabajadores y la izquierda” delata a una corriente que ha evitado por todos los medios establecer un campo de delimitación clara con el kirchnerismo.

El resultado electoral demostró lo contrario a estas intenciones. El corte de boleta -que siempre existe hacia los cargos expectables- no alcanza el 10%. Como dato a tener en cuenta en relación con el voto al FIT, la diferencia entre la votación a senador y diputado en 2017 se redujo respecto de la diferencia entre presidente y diputado de 2015. Por primera vez, la votación al cargo “no expectable” supera la barrera del ingreso a la Cámara de Diputados en la provincia de Buenos Aires.

Como señalamos en Prensa Obrera, el crecimiento del Frente de Izquierda iba a estar sujeto a la lucha por establecer un canal de independencia de clase y conquistar a nuevos contingentes de la clase obrera, las mujeres y la juventud. De ninguna manera a través de concesiones al nacionalismo fracasado, que ha vuelto a mostrar su incapacidad para enfrentar a la derecha. La campaña del Partido Obrero contrastó un programa socialista al de los representantes políticos capitalistas. Esta orientación fue la que se impuso en la campaña.

Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1479/politicas/el-pts-y-el-corte-de-boleta

domingo, 29 de octubre de 2017

Balance del 32° Encuentro Nacional de Mujeres

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Carla Deiana y Vanina Biasi, por el Plenario de Trabajadoras

Las miles de mujeres que llegamos al Chaco para poner en pie el 32° Encuentro Nacional de Mujeres dan cuenta de la vitalidad de un movimiento que, en 2015, sacudió al mundo con el grito ¡Ni una Menos!

Obreras, trabajadoras, estudiantes, originarias, desocupadas, intelectuales, organizaciones sindicales y políticas de la Argentina y América Latina deliberaron en los talleres e inundaron las calles de Resistencia, el domingo, con las demandas más acuciantes en defensa de la vida de las mujeres: aborto legal, desmantelamiento de las redes de trata, basta de violencia y femicidios, por el fin de la discriminación laboral y la desocupación, educación sexual, derechos para el colectivo LGTBI, separación de la Iglesia del Estado -que bajo múltiples formas y consignas, recorrió la marcha de cierre del Encuentro.

La juventud fue, sin dudas, la gran protagonista de este Encuentro, como continuidad de la enorme batalla que viene dando contra la reforma antieducativa que impulsa Macri para devaluar, aún más, los cuerpos y las conciencias de los jóvenes, y profundizar la cuña al interior de la clase obrera, que supone la precarización laboral.

La bandera de educación sexual laica tuvo un enorme protagonismo, en manos de las docentes y estudiantes combativas.

El repudio a la reforma laboral en curso y a la reforma educativa estuvieron en el centro de los talleres, así como también los debates entre abolicionismo y trata de personas versus el impulso al “trabajo sexual” que Ammar trasladó al Encuentro en base a un enorme lobby que el proxenetismo viene protagonizando.
En los talleres barriales, los debates se centraron entre las organizaciones cooptadas por el Estado -como el Evita y la CTEP- y las del Polo Obrero, que denunciaron la precarización laboral, la perpetuación de modalidades precarias y fuera de convenio que explota el Estado en todo el país y cómo esa vulnerabilidad impacta en la vida cotidiana de las mujeres más allá de lo laboral, dejándolas a merced de los punteros.

En los talleres trans se denunció a quienes defienden la prostitución como trabajo, y la discusión avanzó en la búsqueda de acciones para avanzar y lograr que se cumpla con el cupo trans en todo el país y se apruebe el proyecto de ley de la banca del FIT en este sentido.

El documento de apertura, elaborado por la facción PCR del movimiento, tuvo el contenido de las lobbistas de los reclamos de coparticipación en los términos en que lo reclaman los gobernadores y de los reclamos patronales respecto de la industria, sin registro de los reclamos laborales de los y las trabajadoras. La referencia crítica a la relación entre el Estado y la Iglesia es apenas un pasaje en el que se dice que el Estado debe ser laico y el rechazo al proyecto de ley de “libertades religiosas”, sin siquiera incursionar en la larga lista de reclamos contra el clero que tiene el movimiento de mujeres y la injerencia de aquél sobre los gobiernos. El documento habla al pasar de desaparición forzada, sin siquiera mencionar el nombre de Santiago Maldonado en ningún pasaje, un tema central de libertades democráticas que abrazan millones en todo el país, pero que en el ENM fue dejado de lado por las organizadoras.

ENM y gobierno chaqueño

La combatividad de las mujeres que participaron del Encuentro contrastó fuertemente con el accionar político de la Comisión Organizadora (CO), dominada por el PCR y el PJ. Luego del fraude perpetrado en Rosario, donde enajenaron la voluntad mayoritaria de las mujeres de que el ENM se realizara en Capital Federal, sin otro apoyo político, se aprestó a consumar un salto en su integración al Estado incorporando a Jorge Capitanich a la CO y arribando a compromisos con la mesa interreligiosa de la provincia que las llevó a silenciar la campaña fascista en curso en la etapa previa al ENM.

En una nota editorial en Diario Chaco, publicada el lunes 16 de octubre, el ex jefe de gabinete de Cristina Fernández y actual intendente de Resistencia, Capitanich, se vio obligado a salir a aclarar que “nosotros no hemos organizado el evento”, atrapado en la contradicción entre su intento de hacer demagogia política con la cuestión de género al participar de las reuniones organizativas, y la ofensiva de radicales, el PRO y el clero contra el Encuentro. Por si alguien tenía dudas sobre sus verdaderos compromisos, en la misma nota recordó los versos del “padre nuestro” y un pasaje de la Biblia, para colocarse como una “víctima” más, pero tolerante, de los reclamos de las mujeres contra la Iglesia, protectora serial de los curas pedófilos y garante del ajuste y de los pactos entre la burocracia sindical, los movimientos sociales y el gobierno.

Las mujeres no se dejaron amedrentar por la campaña de hostigamiento y persecución montada por la Iglesia católica, la evangelista y punteros del PRO y del PJ, para separar al pueblo chaqueño de las mujeres luchadoras. Los gobiernos de Domingo Peppo y Jorge Capitanich dejaron correr esta campaña, incluso avalando la cobertura de su policía al ataque fascista contra las mujeres en la Plaza 25 de Mayo, sucedido el lunes.

El Plenario de Trabajadoras

La delegación del PdT, una de las más numerosas, tal como destacaron los diarios locales, llevó a cada instancia de movilización el reclamo de aparición con vida de Santiago Maldonado y encabezó su columna con dicha demanda. En los talleres también centramos nuestra actividad en la denuncia de la reforma laboral y educativa en curso.

Junto a la presencia numerosa de los Familiares de Víctimas de la Impunidad de Tucumán se reagruparon numerosos casos que viajaron de distintas provincias del país, demostrando la profundidad del trabajo político que las compañeras dan día a día en las barriadas, los lugares de estudio y de trabajo, contra las redes de trata y la desaparición de mujeres y niñas, por el fin de la violencia y justicia para las víctimas de la prepotencia estatal y la descomposición de sus fuerzas de seguridad.

Mientras otras fuerzas se sustrajeron de dar esta batalla política en nombre de las elecciones, las mujeres luchadoras del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero nutrieron una vez más la batalla política por la emancipación de las mujeres que necesita, como nunca, terminar con este régimen de barbarie social.

La presencia de nuestras parlamentarias y de las candidatas del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, fisonomizó la pelea que dio el conjunto de la delegación por el voto al FIT, para reforzar las demandas de las mujeres en las calles y los parlamentos. En el acto del domingo, Soledad Sosa, Romina Del Plá y Vanina Biasi dieron cuenta de la batalla que, como organización, venimos dando por el aborto legal en el Congreso de la Nación, la defensa de los convenios y salarios, y por la puesta en pie de un movimiento de mujeres masivo e independiente de los gobiernos y la Iglesia para arrancar todas nuestras demandas.
 

Fuente:http://www.po.org.ar/prensaObrera/1479/mujer/balance-del-32-encuentro-nacional-de-mujeres

Un "gran acuerdo"... contra los trabajadores

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Partido Obrero

El gobierno se ha servido de su victoria electoral para redoblar una escalada contra los trabajadores y la mayoría explotada.

En medio de tarifazos en las naftas, el gas y otros servicios públicos, ha convocado a una gran reunión a las cúpulas empresariales, los gobernadores y la burocracia sindical.

La agenda del acuerdo que pretende bendecir es conocida: reforma laboral precarizadora, aumento de la edad jubilatoria, privatización del hospital público, destrucción de la enseñanza media.

Macri explota las corruptelas kirchneristas para presentar a esta cruzada antiobrera como una “lucha contra las mafias”. Pero en el escenario del “gran acuerdo”, estarán todos los capitalistas que se sirvieron de los De Vido -y también del gabinete actual- para saquear al país y a sus trabajadores.

También estarán los gobernadores del PJ o el FpV, socios del ajuste oficial. Los capos de la CGT, a su turno, onfirmarán su compromiso de fondo con la liquidación de las conquistas laborales. A este acuerdo contra la clase obrera es necesario que le opongamos un programa y una política de lucha: para defender incondicionalmente los convenios laborales, para luchar por el 82% móvil; para defender el hospital público y las conquistas educativas.

El más de un millón de votos obtenido por el Frente de Izquierda en todo el país es un claro pronunciamiento en ese sentido.
 
 

sábado, 28 de octubre de 2017

La elección del Frente de Izquierda

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Gabriel Solano

La votación obtenida por el Frente de Izquierda orillará, al concluir el escrutinio definitivo, el 1,2 millón de votos. Se trata de un avance algo superior a los 200.000 votos en relación con la elección de 2015, aunque está un poco por detrás de la elección de 2013, cuando consagramos tres diputados nacionales. Por la incorporación de nuevos distritos, el porcentaje de votos obtenidos sobre el total de votantes arroja también un leve retroceso si se compara esta elección con la de 2013 -del 5,19 al 4,70%.

El número global nacional, sin embargo, encubre realidades políticas locales de mucha significación. Mientras en 2013 los saltos más importantes estuvieron en distritos del interior, principalmente en Salta, Mendoza y en menor medida Córdoba, en esta oportunidad asistimos a un retroceso de estas provincias y un avance en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. En ambos distritos, el FIT logró su mejor resultado desde su presentación en 2011. En la Ciudad de Buenos Aires, en la categoría de diputado nacional obtuvimos el 5,81% contra un 5,64% en 2013 y un 5,48% en 2015. El crecimiento es mayor en la categoría de diputados de la Ciudad, donde llegamos al 6,8%. En la provincia de Buenos Aires obtuvimos en esta oportunidad un 5,33% contra el 5,01% de 2013 y el 4,46% en 2015. En este juego de sumas y restas, el FIT renovará dos de las tres bancas que ponía en juego en el Congreso, aunque incrementará su representación en la Legislatura de la Ciudad al lograr el ingreso de dos diputados y mantendrá el legislador provincial por la tercera sección en la provincia de Buenos Aires.
El valor que tiene el crecimiento en distritos centrales del país como la Ciudad y la provincia de Buenos Aires está fuera de cuestión; una es el centro político del país y la otra la provincia que concentra el destacamento más importante de la clase obrera. Pero eso no debe ocultar ni por un momento la necesidad de un balance a fondo sobre el retroceso en los distritos del interior, donde habíamos obtenido en el pasado resultados que nos permitieron conquistar diputados nacionales. Al tocar puntos muy altos y luego retroceder, aunque manteniendo porcentajes de votos por encima de la media, se puso en evidencia que nuestra votación era el resultado de la correcta explotación de crisis políticas locales, pero que no llegaba a ser la expresión de una conciencia socialista de un amplio sector de la clase obrera y de los explotados. El balance, aunque provisional, marca con seguridad la necesidad de reforzar un trabajo político de propaganda, agitación y organización socialista entre las masas explotadas, al que necesariamente debe estar subordinado el trabajo parlamentario.

A pesar de que las cifras de crecimiento frente a 2015 son exiguas y que incluso arrojan un leve retroceso en relación con 2013, la elección del Frente de Izquierda fue destacada en general por la prensa como positiva. Esto se debe no a la aritmética electoral sino al sentido que tiene en la situación política concreta. En momentos de ofensiva capitalista sobre el movimiento obrero, que se traduce en el campo electoral con el triunfo del macrismo en los principales distritos del país, la votación del FIT es vista como una línea de resistencia y un campo de reagrupamiento político por la independencia de clase. Esta línea de resistencia se destaca por contraste con la crisis del pejotismo y del kirchnerismo, que fue derrotado por el macrismo ampliamente, llegando a ser en algunas provincias una verdadera paliza.

Por otro lado, y en especial en la provincia de Buenos Aires, el Frente de Izquierda tuvo el desafío de enfrentar una campaña polarizada, en la que el kirchnerismo ya no estaba en el gobierno sino en la oposición. Este cambio le daba un margen amplio de demagogia, buscando presentarse como la única fuerza capaz de ganarle al macrismo. De decir que a su izquierda estaba la pared, el kirchnerismo y la propia Cristina Fernández buscaron de manera aviesa atraer los votos del Frente de Izquierda y no lo lograron, como lo testimonia el crecimiento operado en nuestra votación entre las Paso y las generales. Algo similar ocurrió en la Ciudad, y quedó patentado cuando Filmus le planteó a Ramal en el debate de candidatos suscribir un compromiso común de no votar leyes de ajuste. El intento de atraer al electorado del FIT fracasó en ambos distritos.

Aunque es sabido que los análisis contrafácticos son metodológicamente inconducentes, es innegable que la escisión interna en la campaña del Frente de Izquierda conspiró para obtener mejores resultados. Esta escisión, que no es nueva si se tiene en cuenta el historial de campañas electorales del FIT desde 2011, pegó varios saltos en relación con el pasado. Por primera vez, un punto sensible como son los spots de televisión y radio no se hicieron en común, salvo una pequeña parte del espacio que teníamos a disposición. Esta división de la propaganda electoral fue impuesta por el PTS, sin siquiera pasar primero por un debate en el que se constatara si existían posibilidades o no de hacer spots comunes. El divisionismo, guiado por la promoción de los candidatos del propio partido, terminó atentando contra una presentación homogénea del FIT en los medios masivos de comunicación.

Las divergencias en la campaña no se limitaron a este punto. El PO propuso luego de las Paso un plan político integral en la Mesa Nacional del FIT, que incluía una campaña de agitación común contrastando el programa del FIT con el de los partidos capitalistas; la realización de un Encuentro Obrero en apoyo a las listas del FIT; el impulso a una movilización del sindicalismo clasista y antiburocrático contra la reforma laboral, para denunciar también la tregua de la burocracia sindical pejotista. Ninguna de estas tareas fue aceptada, apelando a excusas diversas, pero la verdadera respuesta estuvo en la reunión de Cristina Kirchner con las obreras de Pepsico, una política que se ubicaba a las antípodas de impulsar un reagrupamiento consciente de los luchadores obreros en torno del Frente de Izquierda. El seguidismo al nacionalismo burgués que choca de frente con la estrategia que dio origen al Frente de Izquierda.

Esta orientación hubiese sido aún más dañina si el Frente de Izquierda dirimía sus candidaturas en las Paso, pues habría borrado el único aspecto de frente único que tuvo la campaña -las listas únicas. Nuestra batalla política contra esta orientación internista permitió presentar una lista única y concentrar la campaña contra los candidatos del ajuste. Sobre este punto nuestro partido viene llamando la atención al menos desde el acto de Atlanta de noviembre de 2016, cuando llamamos a una acción común del FIT, valiéndose del impulso objetivo que significaba llenar un estadio de fútbol con 20.000 personas.

El resultado electoral y el 1,2 millón de votos revalida al Frente de Izquierda como referencia electoral de la izquierda y de la independencia de clase, pero está lejos de ser un polo político de la clase obrera y de su vanguardia. Esta tarea pendiente requiere profundizar la acción común, a la vez que el debate estratégico de la izquierda
 
 

viernes, 27 de octubre de 2017

El caso Maldonado en el Consejo Superior de la UBA

6 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por J. As.

En la sesión del Consejo Superior de la UBA se presentaron dos proyectos distintos por el caso de Santiago Maldonado, el de la UJS-PO y el de Nuevo Espacio/Franja Morada, que fue aprobado por los decanos.

El proyecto aprobado constaba de tres artículos, que manifestaban condolencias a la familia, ponían los recursos de la universidad al servicio de la investigación y adherían a las manifestaciones por verdad y justicia.

Al tratarse el proyecto en particular, propusimos, artículo por artículo, incorporar el reclamo de separación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su segundo, Pablo Nocetti.

Justificamos el pedido en el hecho de que Bullrich utilizó los recursos del Estado para proteger a la Gendarmería y enturbiar la causa, al punto de delatar testigos de identidad reservada. Nocetti fue el que instigó a los gendarmes a ingresar a la comunidad para perseguir a los mapuches, sin orden judicial.

El rector Barbieri, los decanos y su agrupación, Nuevo Espacio/Franja Morada, votaron tres veces consecutivas en contra de que la UBA se pronuncie sobre Bullrich y Noceti.

Toda una definición política de esta conducción de la UBA, que pretende reelegirse, acerca de que no interferirá frente a los atropellos del gobierno nacional, hoy contra Santiago, su familia y el pueblo mapuche, mañana contra la universidad pública y el conjunto de los trabajadores.
 

La cuestión española

26 de octubre de 2017 | # Prensa Obrera 1479 | Por Jorge Altamira

Cada día que pasa queda más en evidencia que España atraviesa una crisis de conjunto de su régimen político, que no es, como dijo el rey Felipe VI, “una democracia parlamentaria” sino una monarquía disfrazada por una Constitución. Franco mantuvo en hibernación la monarquía durante cuatro décadas, que se había desplomado sola en 1931, como la herramienta para asegurar la centralización del Estado luego del agotamiento de la experiencia fascista. En la crisis actual, el monarca ha expuesto su condición de jefe de las fuerzas armadas y del Estado en dos discursos definitorios acerca del separatismo catalán. A esta altura se puede decir con certeza que Rajoy y su consejo de ministros, así como el parlamento español, son hojas de parra de la monarquía. La decisión de proceder a la intervención de Cataluña, mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución, supone en última instancia la intervención militar, resorte del monarca.

La aplicación de ese mentado artículo no constituye un acto administrativo. El gobierno español explicó con detalle que comenzaría la intervención con el reemplazo del gobierno autonómico y la limitación de facultades del parlamento regional, y que avanzaría en todas las escalas de la administración del Estado que resistieran a la intervención, hasta completar la sustitución completa del aparato de Estado actual. Destacó que intervendría a la fuerza policial catalana (los Mossos) y que quebraría la resistencia que se manifestara dentro de ella hasta su desplazamiento por la Policía del Estado español. Esta usurpación política enorme sería respaldada, en principio, por las fuerzas armadas instaladas en el territorio catalán. No menos importante, el Estado español asumiría el control y la dirección de todos los medios de comunicación pública.

Esta bravuconada fue caracterizada en sus términos reales por la corresponsal de La Nación (22/10). “(No) está claro que el Estado español (…) esté en condiciones de llevar a cabo y tomar el control real del gobierno autonómico y sus resortes”. Añade: “Para decirlo diplomáticamente”, se protege la periodista, “la ejecución del conjunto de medidas previsto (…) acarrearía, cuando menos, serias dificultades prácticas”. Eliminado el lenguaje diplomático, la intervención a Cataluña acarrearía una dislocación estatal en el principal territorio del Estado español. Esta perspectiva explica que los medios de comunicación de la monarquía se hayan unido en reprochar a Rajoy la demora en concretar esta intervención. Admiten, de hecho, las consecuencias dislocadoras de su ejecución y, a término, de su inviabilidad. La conclusión de la corresponsal de La Nación es más aguda todavía: “Una bomba que sólo Puigdemont puede desactivar” -o sea, el nacionalismo ‘español’ ha caído bajo la dependencia del nacionalismo catalán. Puigdemont parece conocer las cartas que maneja.

División de la burguesía

Este avanzado estadío de crisis no podría haber sido alcanzado, sin embargo, sin una división de la burguesía -incluso si la envergadura del reclamo nacional en Cataluña recae en un movimiento de masas muy activo. El gobierno de Rajoy procuró meter presión en esta crisis mediante un decreto que facilita en forma descarada el cambio de sede social de las compañías dentro de España. También lanzó una campaña acerca del retiro de dinero de los bancos, incluso de una fuga de capitales y hasta de un derrumbe de las cotizaciones de las principales empresas catalanas en la Bolsa. Resultó en pura patraña.

El primero en advertirlo fue el Financial Times, que graficó que las oscilaciones bursátiles se encontraban dentro de parámetros normales. El cambio de sede social no entraña que las empresas dejen de tributar en Cataluña -es solamente un registro de escribanía. El País (19/10), uno de los mayores grupos de presión del régimen español, admite que “el pasado martes, los bancos devolvieron 17.500 millones (de euros) que habían pedido, y dejan su saldo de crédito vivo en 3.812 millones, la cifra habitual de semanas anteriores. Goldman Sachs afirma que la situación se ha tranquilizado y recuerda que los seguros de impago de deuda (Cds) de Caixa Bank y Sabadell han empeorado ligeramente, pero que están dentro de la estabilidad”. De nuevo, Goldman Sachs afirma que “a pesar de la continua volatilidad política en España, el mercado de crédito bancario se ha mantenido estable”. ¿Continuará esta ‘estabilidad’ si la monarquía decide ejecutar una intervención político-militar en Cataluña? La banca internacional e incluso el Banco Central Europeo están advirtiendo a Rajoy, en primer lugar, y a Puigdemont enseguida, que es necesario evitar una intervención que, a un cierto plazo, entrañaría la dislocación del conjunto del régimen político. Este desarrollo explica que en las vísperas del desenlace, Rajoy, en sus términos, y el gobierno catalán, en los suyos, busquen un acuerdo en base a la convocatoria de elecciones generales en Cataluña. Rajoy pone la condición de que Puigdemont renuncie a una declaración de independencia, en tanto el catalán quiere mantener la declaración en suspenso, aún sabiendo que si pierde esas elecciones, la mentada declaración habrá quedado muerta antes de nacer. Como dicen los españoles, asistimos a “un pulso” entre dos adversarios fragilizados. El presidente catalán se presentará a defender su posición ante el Senado español, que es el guardián del centralismo estatal y de la monarquía. Es claro que el nacionalismo catalán está buscando un compromiso.

El papel de Podemos

Estas últimas maniobras ‘reivindican’ la consigna de Podemos: “Parlem” (Hablemos). Los revolucionarios de la Universidad Complutense se han destacado como los bomberos de la crisis -‘salvemos a Cataluña, a España y a la monarquía de la autodestrucción’. Es la consigna del Banco Central Europeo y de la Unión Europea. Precisamente porque la cuestión catalana ha desatado una crisis de conjunto, es la oportunidad para plantear el fin a un régimen político de carácter monárquico que, como ningún otro (incluido el gobierno nacionalista catalán y la burguesía de Cataluña), ha descargado la crisis capitalista contra los trabajadores mediante una guerra de clase sistemática. A estos pichones de contrarrevolucionarios no les han salido de la boca planteos como República o Asamblea Constituyente libre y soberana.

Un nacionalismo que declara de antemano su adhesión a la Unión Europea y a su estado mayor, el BCE, es un fraude en sus propios términos
. La sujeción política de Cataluña al Estado español es de orden inferior al colonialismo financiero del Banco Central Europeo y al colonialismo político-militar de la Unión Europea. Una autonomía nacional verdadera solamente es posible en un marco antagónico -una República Federativa Socialista de los pueblos Ibéricos. La ley de transición que aprobó el referendo del 1° de octubre pasado no es más que un aval al status quo de Cataluña -o sea, el status quo de los banqueros y el ‘ajuste’.

En cualquier hipótesis -compromiso o ruptura-, emerge el desarrollo de una crisis política de conjunto del Estado español. No estamos ante “una cuestión catalana” sino ante la “cuestión española”, que no ha cerrado, históricamente, la etapa del franquismo ni las grandes cuestiones planteadas por la revolución española y la guerra civil.

Esta crisis tiene lugar en el marco de una crisis fenomenal del movimiento obrero, escindido entre dos nacionalismos, por un lado, o la pasividad, por el otro, y lo mismo ocurre con la izquierda en sus diversas variantes. Con esta comprensión de conjunto, reforzamos el planteo de una República, en primer lugar, Federativa y Socialista, y en oposición a Unión Europea del capital financiero, los Estados Unidos Socialistas de Europea.

jueves, 26 de octubre de 2017

Sidor en huelga

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por P. H.


Sidor es protagonista de una huelga que ya lleva tres semanas. Los trabajadores están en pie de lucha, desafiando la arbitrariedad y prepotencia de la empresa y a la propia dirección que viene actuando en forma cómplice con los directivos del establecimiento. El pliego de reclamos comprende los siguientes puntos:

1. Que la empresa dé a conocer el método de cálculo del salario del trabajador.

2. Que se otorguen a los trabajadores el 37%, más el 40% de los aumentos salariales presidenciales que nunca llegaron a los bolsillos de los sidoristas.

3. Dar a conocer en cada área, en el portón y a los trabajadores del país, el contenido del contrato firmado con la empresa.

4. El pago inmediato de tres millones de bolívares a cada trabajador por la firma del contrato” (extraído de Info La Clase, prensa de C- Cura)”.

La huelga continuó aún en medio de las elecciones a gobernador. Y, en los hechos, fue un contrapunto con la propaganda oficial que venía haciendo demagogia con los reclamos de los trabajadores. El candidato oficialista en persona prometió a los sidoristas que serían los mejores pagados en Guayana y ofreció seguridad ante la acción del hampa. Esas promesas quedaron en la nada.

Por otro lado, fracasó el intento oficial de quebrar el conflicto metiendo gente a calentar los hornos. La respuesta de los compañeros fue contundente, rompiendo la maniobra y continuando con el paro.

Los trabajadores denuncian que con el paso de los días, como consecuencia de la hiperinflación, sus salarios no valen nada, y que en agosto y septiembre, el trabajador ha visto mermar aún más sus ingresos. Los compañeros señalan, además, la supresión de ciertas cláusulas del convenio colectivo, privando a los compañeros de beneficios, entre los cuales figura los planes vacacionales que gozaban los trabajadores de Sidor y sus familias.

Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1479/internacionales/sidor-en-huelga

Las elecciones del 22 de octubre*

26 de octubre de 2017 | #Prensa Obrera 1479 | Por Comité Nacional del Partido Obrero
 
[Editorial] 

La victoria electoral del macrismo ha puesto de manifiesto, por un lado, el férreo respaldo de la clase capitalista al proceso económico y político puesto en marcha en diciembre de 2015 y, del otro, un aval al mismo por parte de un sector importante del electorado. El gobierno se alzó con la victoria en trece provincias, incluidas en ellas a los cinco distritos cruciales de Buenos Aires, Capital, Mendoza, Santa Fe y Córdoba. En Salta, el macrismo venció a Urtubey, un aliado al gobierno y aspirante presidencial de una renovación pejotista. En la Rioja derrotó al propio Menem. En los dos distritos donde aspiraba a una victoria, Buenos Aires y Santa Fe, el kirchnerismo fue derrotado. Al voto al gobierno, que supera el 40% del padrón nacional, hay que sumarle los que recibieron las opciones pejotistas filomacristas, por lo que la victoria del campo del ajuste es contundente. La burguesía saludó con una suba en la bolsa este aval a un proceso de rescate capitalista de la mano del capital internacional, que ha sumado casi 100.000 millones de dólares de deuda en dos años y enormes ganancias al capital financiero.

Semanas atrás, en el Coloquio de Idea, los voceros del gran capital saludaron el rumbo económico y, sobre todo, la agenda de “reformas” antiobreras planteada de aquí en adelante. Es necesario, sin embargo, caracterizar el apoyo que cosechó esta salida en una vasta porción del electorado. El gobierno presentó a su planteamiento económico como el único plan de salida a la crisis que dejó el kirchnerismo, incluso con los agravios que conlleva contra los trabajadores y la población explotada. La salida del cepo y el retorno del financiamiento internacional ha dado lugar a un reendeudamiento potencialmente explosivo, que en lo sustancial recicla la deuda anterior, por un lado, y, por el otro, financia un déficit fiscal que es resultado de un régimen acentuado de incentivos al capital -reducción de impuestos a las exportaciones, exenciones a grupos capitalistas, subsidios a la ‘nueva’ producción gasífera.

En una porción menor, sin embargo, el endeudamiento ha reactivado parcialmente la obra pública y también el crédito privado, incluyendo en esto a un sector de los trabajadores. Este endeudamiento también se produce en condiciones usurarias y potencialmente confiscatorias, como ocurre con el crédito de consumo, donde los trabajadores compensan con deudas la caída de sus salarios, o con las nuevas líneas hipotecarias -UVA, cuyo repago se indexa sin tener en cuenta la evolución de los ingresos del deudor. En otro orden, el macrismo redobló la explotación política de la corrupción kirchnerista, de cuyas causas se pretende valer para envolver en una pátina “moral” la escalada de medidas ajustadoras. Del mismo modo, tomó el eje de las “mafias sindicales” y encarceló al “Pata” Medina, pero sólo para forzar a los otros mafiosos a sentarse a discutir -y entregar- la reforma laboral.

Crisis de dirección

Pero ninguna determinación puramente económica explica esta aceptación electoral. La cuestión central pasa por la crisis de dirección del movimiento obrero. En estos casi dos años de macrismo, la clase obrera desplegó enormes esfuerzos para rechazar la política de cierres fabriles, despidos y paritarias con cepo. En ese derrotero se encuentra la lucha de AGR, de Pepsico y de un importante conjunto de fábricas. Estas luchas, o fueron aisladas por las burocracias de sus gremios en el propio conflicto -como Banghó- o soportaron luego el bloqueo de las centrales obreras. Después del paro del 6 de abril, la CGT no sólo dejó librados a su suerte a los conflictos sino que terminó sumándose abiertamente a la negociación de la reforma laboral con el gobierno. El kirchnerismo jugó un papel crucial en ese proceso: la Corriente Federal de los K no levantó nunca los pies del plato respecto del pacto entre Macri y la CGT. La propia Cristina, incluso, desalentó cualquier tentativa siquiera de movilización de los gremios kirchneristas -ello, en nombre de que “había que asestarle al gobierno un golpe en las urnas” que, finalmente, tampoco pudo concretar. Lo mismo puede decirse de la gran huelga docente, que el yaskismo nunca preparó en la perspectiva de infligirle una derrota al gobierno.

En este balance ocupa un capítulo especial el caso Maldonado y su desenlace sólo provisorio -la aparición e identificación del cuerpo del joven, en las vísperas mismas de las elecciones. Esta desaparición, ocurrida en medio de una represión ordenada desde el mismo Ministerio de Seguridad, provocó una fuerte conmoción popular, que dio lugar a movilizaciones masivas. Esa intervención popular terminó colocando en crisis a las maniobras de encubrimiento del gobierno, que sembró versiones falsas sobre el paradero de Maldonado para proteger a la Gendarmería. La crisis se coló directamente en la campaña electoral, incluso con una directa intervención nuestra: ello ocurrió en el debate de Capital, cuando Ramal emplazó a Carrió a pronunciarse sobre el tema, desatando un desbarranque de provocaciones verbales que obligaron al gobierno a retirarla de la campaña. En un diario oficialista como La Nación, varios columnistas expresaron preocupación sobre una posible caída importante de votos de la candidata oficial. Pero en las horas decisivas, cuando el cuerpo de Maldonado aparece y es identificado, el gobierno logra retomar la iniciativa en base a una furiosa campaña mediática que busca desacreditar al movimiento que luchó por la aparición de Santiago. Cuando el juez de la causa se apresura a anunciar que el cuerpo de Maldonado “no tiene heridas”, apuntando así a una muerte accidental, se imponía una fuerte respuesta popular para rechazar esta operación política y sostener la responsabilidad de fondo del Estado y el gobierno en la desaparición forzada. El kirchnerismo boicoteó la movilización popular y facilitó las manipulaciones oficiales.

Para que una parte del voto popular fuera capturado por el macrismo, debió mediar previamente este trabajo implacable, de la burocracia y de la oposición patronal, contra las reservas de lucha de la clase obrera y, en general, del movimiento popular.

Vuelta de tuerca en el ajuste

El gobierno se valdrá del aval electoral para tentar una vuelta de tuerca drástica en el ajuste, lo cual había sido planteado claramente por los voceros del capital financiero -Morgan Stanley- en el curso de la campaña. El ajustazo es, en primer lugar, una exigencia de los usureros para que la deuda -que ya supera las dos terceras partes del producto- cuente con una garantía de repago. El Coloquio de Idea, en este sentido, operó como un apoyo y, a la vez, como un emplazamiento al gobierno, en la línea de las reformas “en serio”. Este viraje, que fue disimulado durante la campaña electoral, fue el corazón de los anuncios de Macri en la conferencia de prensa de este lunes. La agenda plantea, en primer lugar, la reforma impositiva, que es el corazón del ‘nuevo’ pacto federal con los gobernadores. Se trata de una reducción de los impuestos que gravan a los capitalistas y, como contraparte de ello, un progresivo plan de ajustes en los gastos de las administraciones provinciales, con despidos incluidos y con la modificación de sus regímenes previsionales. En torno de este acuerdo deberá articularse la “gobernabilidad” entre el macrismo y los senadores o gobernadores del Pejota. La agenda oficial incluye, por supuesto, a la reforma laboral, que avanza en los acuerdos gremio por gremio, pero que exigirá también medidas legales de alcance general, a ser debatidas en el Congreso. Es el caso de la nueva reducción de aportes patronales que se discute como contrapartida de un blanqueo laboral. A su turno, esa caída de los ingresos previsionales empujará a la reforma del régimen jubilatorio, con el aumento de la edad para el retiro. El paquete oficial se completa con una reforma educativa que subordine definitivamente a la enseñanza media a las necesidades del capital (en la línea de lo que se implementa en Ciudad de Buenos Aires), con un régimen de “cobertura única de salud”, que comporta un principio de privatización del hospital público y una nueva escalada de tarifazos.

Esta declaración de guerra será fuente de choques y luchas en todos los terrenos del movimiento de las masas, que tendrán que ser preparadas a través de una intensa tarea de propaganda, agitación y organización. Por otra parte, el plan oficial enfrenta los límites más generales que plantea la marcha de la crisis capitalista. La sobreabundancia de liquidez internacional -que ha facilitado la financiación de la bicicleta “macrista”- podría continuar durante todo un período y darle aliento al plan de endeudamiento oficial. Pero no puede excluirse una reversión brusca en el flujo de capitales, como consecuencia de un agravamiento de la crisis mundial. Ello podría conducir a una brusca eclosión del planteamiento económico del gobierno.

Peronismo y kirchnerismo

La elección ha marcado un punto muy alto en la desintegración del peronismo, y, como parte de él, del kirchnerismo. Apenas pasados los comicios, parte de los intendentes que apoyaron a Cristina ya han comenzado a desfilar por el despacho de Vidal, como antes lo habían hecho con Pichetto. En la propia campaña electoral, el kirchnerismo reveló su impotencia para actuar como referencia opositora al macrismo. CFK cuestionó genéricamente al ajuste y al endeudamiento, pero nunca planteó el repudio de la hipoteca usuraria que su propio gobierno contribuyó a consolidar. Después de las Paso, Cristina acentuó un perfil pejotista, en la expectativa de blindar el apoyo de los intendentes del conurbano. Un capítulo especial del desbarranque K han sido las críticas al régimen venezolano, como señal indudable de un alineamiento continental estratégico en torno de una salida de recolonización económica y política de la mano del imperialismo. La decadencia del kirchnerismo plantea el fracaso de una tentativa tardía de rescate del nacionalismo burgués en la Argentina, y le plantea al Partido Obrero una enorme batalla política en el movimiento obrero y la juventud.

El Frente de Izquierda

El Frente de Izquierda obtuvo 1.150.000 votos, lo que implica un crecimiento del 25% respecto de la votación en las Paso y un registro similar al que alcanzamos en 2013. En Buenos Aires, la tentativa de polarización entre las candidaturas de Bullrich y Cristina, que golpearon fuertemente al massismo y al PJ de Randazzo, no afectaron al FIT, que logró 500.000 votos en una votación homogénea entre las candidaturas de senador y diputado. En este cuadro, estamos consiguiendo el ingreso de dos diputados y un legislador provincial. En la Ciudad de Buenos Aires hicimos nuestra mayor votación, quedando a pocas décimas del ingreso del diputado pero conquistando por primera vez dos legisladores. Este progreso en Ciudad y Buenos Aires debe confrontarse con retrocesos en otros distritos donde el FIT había alcanzado grandes votaciones en 2013 y ahora retrocedimos. Es el caso de Salta, Mendoza y Córdoba. Estamos peleando el legislador provincial en Catamarca y, un poco más lejos, en Santiago del Estero, en tanto conquistamos la concejalía de la capital neuquina. La enorme votación alcanzada en Jujuy, con el ingreso de cinco legisladores y una votación a diputado nacional que supera al Pejota en la capital de la provincia, ha tenido lugar en medio de una aguda crisis del PJ. Hemos obtenido casi el 10% en Santa Cruz y crecimos fuertemente en Tucumán, pasando del 3% en elecciones anteriores a casi el 5%.

La campaña electoral ha demostrado, de un modo todavía más agudo que en el pasado, que el Frente de Izquierda, siendo una indudable referencia electoral, está lejos de constituir un polo político capaz de vertebrar cotidianamente a la clase obrera en la lucha contra el Estado y los partidos capitalistas. Pasadas las Paso, el Partido Obrero le propuso al FIT un plan de acción, dirigido principalmente a una acción resuelta para la conquista del voto en la clase obrera y sus sectores más activos. Este planteo, y otras iniciativas de frente único -comenzando por los elementales spots comunes-, fueron rechazados por el PTS. Sin perjuicio de ello, organizamos con IS el plenario obrero en apoyo al FIT en la cancha de Lanús, que agrupó y atrajo a un importante abanico de activistas y dirigentes obreros en torno de la lucha electoral planteada y de iniciativas de lucha contra el ajuste y la reforma laboral. Nuestra campaña levantó con fuerza la denuncia del pacto Macri-CGT, golpeando a todas las alas del PJ que sostienen a la burocracia y al sector de la izquierda que mantiene ilusiones en el moyanismo o en la Corriente Federal.

Nos esforzamos en asociar la campaña del PO a los grandes episodios de la crisis política y de la lucha de las masas,
al punto que fuimos acusados de ello en varias oportunidades por los voceros mediáticos de la burguesía. Los voceros del Partido Obrero asumieron un lugar protagónico en la lucha electoral, como resultado de una orientación definida de delimitación y lucha contra el gobierno ajustador y la impotente oposición patronal.

Lo que viene

Para el Partido Obrero, la votación alcanzada es una importante plataforma para el desarrollo de una oposición política al macrismo sobre bases obreras y socialistas, que deberá concentrarse ahora en los sindicatos y en todas los terrenos donde tendrá lugar la deliberación y las luchas respecto de las iniciativas reaccionarias del gobierno. La agenda que el gobierno anunciará en su “gran acuerdo” con los gobernadores, la burocracia sindical y las centrales empresarias debe ser enfrentada con un programa y un plan de acción, que debe desenvolverse en las organizaciones obreras, en la juventud y también en los parlamentos -ese debe ser el contenido de una política de frente único. El balance y las conclusiones de la gigantesca batalla política que dimos en estos meses es la premisa ineludible para conquistar y agrupar a los centenares de compañeros que hemos sumado.
 
* Extractos de una resolución del Comité Nacional del PO (24/10)
 

miércoles, 25 de octubre de 2017

Santiago Maldonado: el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia se moviliza el 1 de noviembre

24 de octubre de 2017 | Por Encuentro Memoria Verdad y Justicia


A tres meses, todos a Plaza de Mayo
Verdad y Justicia por Santiago Maldonado!

En el marco del estado de alerta y movilización del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, a 3 meses de la desaparición forzada de Santiago y luego del doloroso hallazgo de su cuerpo en el río Chubut, convocamos a todas las organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, de trabajadores , de derechos humanos, y al pueblo en general a movilizarnos en forma conjunta el miércoles 1° de noviembre, en Plaza de Mayo y en todas las plazas del país contra la impunidad y el encubrimiento del gobierno y para exigir verdad y justicia.

ENCUENTRO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA
24 de octubre de 2017

Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/politicas/santiago-maldonado-el-encuentro-memoria-verdad-y-justicia-se-moviliza-el-1-de-noviembr

martes, 24 de octubre de 2017

LA AGENDA DE GUERRA DEL CAPITAL Y LAS PARSPECTIVAS PARA LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA


Un aporte al balance electoral
LA AGENDA DE GUERRA DEL CAPITAL Y LAS PARSPECTIVAS PARA LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

Por Javier Becerra


¿Se tiño el mapa de amarillo? La victoria de Cambiemos en casi todo el país, pero principalmente en lugares estratégicos como Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba, Neuquén y Jujuy así lo demostraría. Sin embargo, como en todo balance político electoral se debe evitar caer en las impresiones. La consolidación de la “onda amarilla” está condicionada por la propia acción del gobierno, quien más temprano que tarde atentara, y de modo criminal, contra su propia “base social” precariamente construida entre la clase media y sectores de trabajadores. Hoy mismo, el aumento de las naftas actúa como pellizco de realidad.
 
El voto al macrismo no se puede analizar de modo “ideológico” ni tampoco apelando a la cantinela de que estaríamos frente al advenimiento de la cristalización de un brote fascista en una porción mayoritaria del electorado. Este es un planteo que le queda cómodo al impotente y minimizado kirchnerismo quien intentara contagiar de su propia desmoralización a todo lo que lo rodee. A nadie se le puede escapar, por ejemplo, que el caso Maldonado constituye un golpe duro para el gobierno que le ha implicado la pérdida de votos. ¿Cuál ha sido entonces la zanahoria del macrismo que le ha permitido ganar la elección en el principal distrito del país y ganar en tantas otras provincias? Pareciera que finalmente la agenda anticorrupción le siguió alcanzando al macrismo para derrotar a los K. El peso que el planteo tiene en sectores medios de la sociedad sigue siendo grande, en especial en aquellos sectores que aun tienen “grasa” para resistir tarifazos y ajustes, y obviamente, entre aquellos que se han beneficiado hasta aquí de las medidas del gobierno (obtención de insumos y productos importados). El planteo “anti corrupción”, de todos modos, debe ser interpretado en términos materiales , en especial cuando la concepción general que de ella tienen sus adherentes es que todos los males de la nación se terminarían en cuanto se le ponga punto final a la corrupción k, como si lo “afanado” pudiera revertir las tendencias económicas que recorren al país. Esto quiere decir que detrás de una visión literaria de la lucha “anti corrupción” anida la ilusión de que ella podría modificar las condiciones de vida materiales. Sin embargo si la corrupción prevalece sobre la inversión es porque la tasa de ganancia que se puede obtener de la primera es muy superior a la segunda. Por esto mismo es que el gobierno Cambiemos se prepara para ir a fondo en una reforma laboral y previsional de carácter destructivo para la clase obrera, e incluso para sectores medios, sin que esto implique el abandono de negocios corruptos entre el Estado y sus amigos capitalistas.

La agenda que el gobierno tiene pendiente le otorga un carácter absolutamente volátil a una parte importante de su electorado que será expoliado en forma trágica. La explotación no es un fenómeno contable ni “moral”, es una relación social concreta que está evidenciando una ofensiva en toda la línea de la clase capitalista contra los trabajadores. La visión literaria que una parte de la clase media tiene de la “ lucha anticorrupción” se puede ir rápidamente al tacho con un nuevo ajuste y tarifazo o con la fuga millonaria de dólares. Lo mismo vale para la concepción positiva que aun mantiene un sector de trabajadores en relación al macrismo que ha mantenido cierto nivel de consumo con base en el crédito. La fantasía de que poniendo punto final al circo kirchnerista vendrían los tiempos del pan recibirá un golpe durísimo de parte de la realidad con más despidos y con la nefastas reforma laboral y jubilatoria.

El kirchnerismo y la vergüenza.

El kirchnerismo ha sufrido una derrota histórica. No solo por los números sino esencialmente por el contenido político de la misma. Todos los esfuerzos de CFK desde el minuto uno de su campaña consistieron en poner a la Unidad Ciudadana como una fuerza de contención de las masas. Llamando a la oración, al abandono de las calles, a no hacer huelgas y a concentrar la oposición al macrismo en el voto a la UC, culminó por evidenciar una concepción reaccionaria que incluyó entre otras cosas, con una delimitación total de CFK de la experiencia chavista. La ausencia de las calles de las organizaciones K en exigencia de justicia por Santiago Maldonado luego de la aparición de su cuerpo, constituye una herida por la cual parte importante de los simpatizantes y militantes K, sangraran por mucho tiempo.

Los supuestos “paladines” de los DD. HH se borraron literalmente de modo escandaloso. Los “pibes para la liberación” no fueron expulsados de la Plaza por ningún Lider en esta ocasión; no aparecieron por una decisión propia revelando todo el carácter conservador del Kirchnerismo. Han sufrido la derrota más vergonzosa, que es la que nace de la especulación meramente electoral. 
 
El rechazo de CFK a debatir con los candidatos a senadores fue otra de las perlas del desplome. Se privó de interpelar al balbuceante Bullrich en función de su auto preservación. La famosa frase de Nestor Kirchner –ya poco creible en aquella época- de que los kirchneristas no dejan sus “principios” en la puerta de la Casa Rosada, ha “evolucionado” en la práctica hasta corroborar la realidad: para el kirchnerismo no existen principios de ningún tipo si el fin es ingresar a la casa rosada.
Si bien es cierto que el kirchnerismo nunca expreso ningún contenido de lucha, este último episodio se terminara de confirmar crudamente para una fracción de trabajadores y jóvenes que han mantenido hasta hoy una visión también literaria o romántica de la política “nacional y popular”. Los restos del kirchnerismo serán paseados en el congreso y por el senado, por un lado, por el PJ tradicional, y por otro, por la burocracia sindical. Vale señalar que la Unidad Ciudadana en definitiva, fue un rejunte de barones del conurbano y burócratas sindicales. El macrismo espera deseoso su apoyo en ambas cámaras a las reformas anti obreras en carpeta. 

¿Qué significado tiene para los revolucionarios cosechar 1.300.000 votos?

Para un democratizante vulgar está claro que los votos solo representan bancas. Estos suelen encender la ilusión de que la simple acumulación de bancas constituyen en sí mismas un dique de contención al ajuste con lo que finalmente solo terminan promoviendo desmoralización. En el caso del Frente de Izquierda, a pesar de la tan excelente elección lograda, tenemos menos bancas que antes (pasamos de tres diputados nacionales a solo dos, con la contrapartida que por poquísimos votos podríamos tener cuatro).
Para los revolucionarios, las elecciones no implican solamente los cargos obtenidos, sino un recuento de fuerzas que debe incluir absolutamente todos los aspectos que resultan de una campaña electoral. El millón 300 mil votos son en definitiva una ampliación de la placenta en la que se mueven los defensores de la construcción de un partido que luche por el poder para la clase obrera. Este es el dato primordial. Las bancas (sean pocas o muchas) deben estar al servicio de fortalecer el combate de los trabajadores contra la ofensiva del capital, combate en que el gobierno intentará vencer, apoyándose en su victoria a escala nacional, a sabiendas de que una derrota a partir de una fuerte resistencia obrera, puede abrir una crisis política sin precedentes. Es precisamente esta situación lo que vuelve a poner de manifiesto que la lucha por el gobierno de los trabajadores no puede estar ausente de la agitación de los socialistas, y que incluso deberá ser parte del vocabulario parlamentario.
 
Está claro que lo más grueso y grosero de la agenda de la burguesía contra la clase obrera aun no se ha manifestado. La implementación de esta batería de ataques dejara muy atrás la concepción mesurada de que estamos ante un simple ajuste. Se impone una agenda de guerra del capital –corresponde definirlo con todas las letras- que promoverá un doloroso arrepentimiento entre aquellos trabajadores que han votado a Cambiemos. Es la hora de profundizar en los sindicatos la agitación y la propaganda sobre los planes en curso del gobierno. Nuestra tarea además de preparar a los trabajadores para esta lucha, debe señalar que el derrumbe del kirchnerismo renueva las perspectivas de que un partido de la clase obrera contribuya a la superación en una nueva frustración nacional y popular. Para los revolucionarios no se trata de solo demostrar ser los más consecuentes luchadores contra el ajuste sino en brindar una estrategia de poder. Entramos, definitivamente, a una nueva etapa en la que jóvenes obreros y estudiantes debutaran en durísimas luchas ya sin el peso de influencia de la mitología kirchnerista y con una clara referencia en la izquierda revolucionaria. A no desaprovechar esta oportunidad.

 Fuente: https://www.facebook.com/javier.becerra.3194/posts/10215650031833497

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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