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jueves, 29 de julio de 2010

El derrumbe de la utopía gestionaria


Por José Natanson

El fin del péndulo cívico-militar y la restauración de la democracia como sistema político permanente produjeron efectos más profundos de lo que habitualmente se piensa.

Un caso interesante es el de las fuerzas de la derecha. Desaparecido el atajo de la opción militar, los intereses (empresariales, económicos) y valores (estabilidad, propiedad privada, orden) que en el pasado se garantizaban tocando las puertas de los cuarteles se reorientaron a la arena electoral, donde hoy se definen este tipo de disputas, con un resultado que sería poco inteligente subestimar: el nacimiento de una derecha auténticamente democrática.

En su famoso Derecha e izquierda (Taurus), Norberto Bobbio explica que la diferencia esencial entre ambas corrientes ideológicas es la posición frente a la desigualdad: desde una visión centrada en el esfuerzo personal, cuyos orígenes remotos hay que rastrearlos en la ética protestante, la derecha acepta las diferencias sociales, es decir la desigualdad, como condición necesaria para el progreso de la sociedad, que avanzaría a través de la competencia (individual) entre sus integrantes, frente a una izquierda que sostiene que estas diferencias no son inevitables sino el producto de construcciones políticas, históricamente situadas, y que deben ser corregidas (básicamente a través del rol del Estado, que por lo tanto debe ser más fuerte).

Así, frente a una izquierda que tradicionalmente ha buscado a sus líderes en los movimientos colectivos (sindicatos, partidos, revoluciones, asambleas), la derecha recurre al mundo empresarial –paradigma del éxito individual en la sociedad contemporánea– como cantera de la que extraer a sus dirigentes más taquilleros.

Algunos ejemplos latinoamericanos ilustran esta situación: Ricardo Martinelli, actual presidente de Panamá y propietario de la cadena de supermercados Super 99, la más grande del país; Elías Saca, que antes de ser presidente de El Salvador era un poderoso empresario mediático, dueño de radios y canales de televisión; Sebastián Piñera, propietario de Lan, poseedor de una fortuna de 1.200 millones de dólares y recientemente elegido presidente de Chile, y Álvaro Noboa, el rey de los exportadores de banano y camarón, eterno segundo en las elecciones ecuatorianas.

El ascenso político de Mauricio Macri, como el de Francisco de Narváez, se enmarca en esta tendencia más amplia, cuyo modelo no es la vieja derecha franquista del Partido Popular español, ni la moderada y socialmente sensible centroderecha alemana ni el tradicional partido conservador británico, sino la nueva derecha italiana que desde hace un par de décadas lidera ruidosamente Silvio Berlusconi. Las coincidencias son notables: en Italia, como en la Argentina, el origen de esta nueva derecha se remonta a un colapso político y al estallido de una crisis de representación, por imperio de las cacerolas (acá) o de la investigación judicial de la Tangetopoli (allá). El resultado, en ambos casos, es una alianza entre negocios, política y deporte (Berlusconi es el dueño del Milan, Macri fue presidente de Boca, Piñera del Colo-Colo).

Desde el punto de vista de la ideología política, hay en estos dirigentes, como en el resto de los líderes de la derecha reciclada, una tensa combinación entre conservadurismo y liberalismo, que se refleja en sus seguidores: señalemos, por poner un ejemplo entre tantos, que algunos diputados del Pro, como Paula Bertol, Lidia “Pinky” Satragno y Laura Alonso, votaron a favor del matrimonio igualitario, en franca oposición a la pata más conservadora, referenciada en Federico Pinedo y en dirigentes porteños ultraconservadores como Santiago de Estrada. Un mix que implica una relación cercana con la Iglesia (Macri suele reunirse con Bergoglio, y Berlusconi acompañó a los obispos italianos en su resistencia a la despenalización de la eutanasia), pero también una libertad muy moderna –y en el caso del italiano muy vistosa– en la vida privada.

La flexibilidad parece ser la clave. Macri, como Berlusconi, es un empresario y no un economista superdogmático, como fueron sus antecesores Álvaro Alsogaray, Domingo Cavallo y Ricardo López Murphy. Quizá por eso, porque proviene del pragmático mundo de los negocios y no de las cátedras de economía (en sus propias palabras, del mundo de la acción y los hechos y no del mundo de los discursos), se permite libertades que sus predecesores hubieran interpretado como sacrilegios filocomunistas: en su campaña electoral, Macri habló de recuperar el rol del Estado, del valor de la educación para todos, de la necesidad de inversiones en obra pública. ( Claro por eso cuando llego al cargo s ededico a destruir la educación y la salud pública como hacen todas las derechas )

Por supuesto, con esto no quiero decir que Macri crea en estas ideas, y mucho menos que las haya puesto en práctica, sino simplemente que está dispuesto a utilizarlas como recurso electoral, lo que de todos modos es un indicador de la versatilidad de la nueva derecha.

Esta amalgama ideológicamente confusa y programáticamente impracticable explica el ascenso del actual jefe de gobierno, cuya estrategia política giró siempre alrededor de una sola idea básica: la eficiencia. En efecto, todo el dispositivo discursivo macrista se construyó en torno a su supuesta capacidad para gestionar de manera eficiente, decidida y sin distracciones ideológicas estériles,( como alguien podía creer eso? Sin ideología no hay historia , ni gestión , ni empresa posible , pero es facil toda persona de derecha habla de fin de ideologías y dice que la derecha no existe mas , que son categorías viejas , es típico ) para lo cual contaría con la experiencia del sector privado (emprendedor exitoso) y deportivo (Boca campeón), como contracara de la presunta ineficiencia de los gobiernos anteriores, que se asociaba a la incapacidad congénita de la izquierda para gobernar.

Pero como Macri es un interpretador y no un creador de tendencias ideológicas, subrayemos que el mito de que la derecha sabe gobernar mejor que la izquierda tiene su explicación, sobre todo si se considera el ciclo de inestabilidad política de fines de los ’80/principios de los ’90, que jaqueó –y en algunos casos derrumbó– a la primera ola de gobiernos democráticos pre neoliberales (los Alfonsín, los Sarney, los Alan García). Esta realidad, sin embargo, ha cambiado, y quizás uno de los grandes aportes de la nueva izquierda latinoamericana sea la demostración de que puede gestionar igual o mejor que la derecha, sin desembocar en el caos y asegurando la gobernabilidad económica.

Mala semana para Macri. El caso de las escuchas ilegales se suma a otros derrapes de su gobierno, desde la designación de Abel Posse en el Ministerio de Educación hasta los problemas en los hospitales. Sin profundizar en los aspectos más oscuros de la gestión, como la unidad especial dedicada a desalojar indigentes, digamos que parece ya evidente que el supuesto salto de calidad en la gestión no se ha producido. El fallo de la Cámara Federal subraya la desafortunada suerte de la Policía Metropolitana, la única en el mundo que sufrió tres descabezamientos antes de salir a la calle, y termina de derrumbar, por si hacía falta, el gran eje de la estrategia macrista: la utopía gestionaria.

Fuente: El Argentino

8 comentarios:

Daniel dijo...

Ahora, digo;
Los Macri, los DeNarvaez, dieron en sus empresas posibilidades de competencia real para que empleados rasos pudieran ascender, tener mejores condiciones y ganar más?
O la plusvalia fue la privilegiada del caso, para formar un fondo propio (y personal) ilimitado con el esfuerzo de ellos.
Generalmente, digo; la guita se la llevan al bolsillo, ni siquiera la regeneran en la propia empresa, que suele ser a la vez, una pata estratégica de un pool, que si no responde a determinadas condiciones puede desaparecer de un día para el otro.

Qué ven sus votantes, entonces cuando los llevan a la administración del Estado?
Qué mierda ven?
Dónde está el sustento para creer que la competencia es una cosa pura?

Situemos a Japón en el extremo mas purista?
La gente vive en una tensión exasperante. De no llegar a tomar vacaciones por el acecho de un compañero (convertido por el sistema en competidor liso y llano, que lo pasa a deguello de inmediato).
Darwinismo social liberado. esto hace a la felicidad de la gente? (y ahí no hay inflación y hay un supercrecimiento).
ni hablemos para abajo. Una franca decadencia el capitalismo, donde en caso como el del colo, los catapulta una publicidad berreta que llega a sectores donde nos debemos un fuerte trabajo de concientización.

Unknown dijo...

Además, increíblemente no son capaces de trascender su idiología y repartir con el pueblo para mantener el poder, tarde o temprano el menemismo se derrumba y los libros de historia no lo recuerdan como algo positivo.

Lo que demuestra que para estos ñatos, todo es imnediato. Juicio político Ya! je.

Ricardo dijo...

Muy buena la nota de Natanson.
Ya había expresado lo mismo cuando fue invitado a 678.
Yo creo que, aparte de la causa de las escuchas, a Macri hay que pegarle por ese lado: el de su ineficiencia. Porque, ¿qué mejoró en la Ciudad de Baires? ¿El Colón? Ni siquiera está terminado y lo llenaron de Alfanos, Forts y Rials. ¿Y los subtes? ¿Espacio público? En fin...

Abrazos.

Marcelo Bustamante dijo...

Excelente lo de Natanson, siempre me gustó la simpleza con que escribe y desarrolla las ideas. Su libro "La nueva izquierda" es genial también. Por mi parte considero que la derecha en el gobierno es más propagandística que otra cosa, da una ilusión de progreso, de falsa libertad, de eficiencia. Muchos compran ese discurso desde luego, por ello es que tantos piensan que macri o de narvaez son tipos eficientes y que están capacitados para gobernar y administrar. Los gobiernos de izquierdas son más reformistas y poco pueden hacer por los embates de los de derechas, muy poderosos todos por cierto. Macri y De Narvaez son Marketing, mercadotecnia, nada mas, ilusión. Anillos de humo sobre el habano de una resignación política.

Javier dijo...

Yo tambien lo habia escuchado a Natanson en 678 y me había gustado lo que dijo con respecto a este tipo de candidatos . Nunca entendí como alguien puede comprar candidatos empresarios como Macri , De Narvaez , Berlusconi o Piñera que a mi me dan absoluta asco y repusión y representan la decandencia de una sociedad que uno imagina mediante el progreso y la participacion colectiva . Tratar a un pais con el criterio empresario me parece de
una locura total , lo unico que importa es la rentabilidad y cagarse absolutamente en todo lo demas y todo en funcion del lucro .
Las personas son recursos (recursos humanos) que si es mas eficiente lo reemplazan por maquinas que hagan el trabajo igual , que no protesten ni tengan criterios que impidan aumentar la rentabilidad y hay personas a las que atrae ese mundo y ese tipo de candidatos realmente me llama la atención.

Muchas gracias cumpas por sus comentarios

A.C.Sanín dijo...

En el caso de la Capital, Macri condensó el voto del amplio antiperonismo porteño (el mismo que impulsó a De la Rua en su momento). Convengamos, también, que las gestiones “progresistas” en la Ciudad no transformaron los indicadores de pobreza ni la crisis habitacional. En el apoyo a Macri hubo una fuerte componente de “voto castigo”, al menos inicialmente. Hoy PRO retiene el apoyo de sólo un tercio del electorado, lo que estaría señalando que bastaron dos años de Gobierno para derrumbar el mito de la gestión exitosa.
Un abrazo.

Javier dijo...

mmmsabes que no estoy tan seguro de que el tema de las gestiones progresistas hayan sido castigadas por mala gestion sino que el medio pelo porteño yo creo que se caga en que los hospitalespublicos funcionen bien , o que las escuelas públicas sean de calidad con la incorpiracion de idiomas y el secundario obligatorio mucho antes que en el resto de la nacion y haber tenido los sueldos docentes mal altos del pais . La clse media se caga en todo eso , comro el discurso neoliberal de que todo lo estatal es malísimo y entonces tiene prepaga , mandan sus hijos a escuelas privadas subsidiadas y parecen valorar mas una vereda de cemento retrucha o el encancerlamiento de las plazas . No soy santo devoto de Ibarra , pero un compelro mio del secundario me sorprendio en una reunion que hicimos yo no lo habia visto los ultimos 10 años y me conto que laburaba en control de gestion hablandome muy bien de la gestion de Ibarra y divciendo que lo de Macri era un virtual desastre y afano a cuatro manos . En plena crisis del fin de la maldita convertibilidad , depresion absoluta , la ciudad preservo los servicios esenciales , salud y educacion en detrimento de lo que se ve y asi pago a partir de uan tragedia en la que yo interpreto no tuvo mayor responsabilidad pero la dercha supo aprovecharse de la tragedia y lo mato politicamente y llego a gobernar para destruir justamente los servicios esenciales , y pasar a endeudar fuertemente a la ciudad sin siquiera haber hecho un solo metro de subte tal como promocionaba mentirosamente para luego nombrar al encubridor de la masacre impune de la AMIA a armar una red de espeionaje privado para apropiartse de las empresas de su padre y atacar a sus opositores . Me llamo siempre la atencion que no se lo criticara porque claramente saiempre estuvo de los dos lados del mostrador negociando contratos para sus emppresas y parece que eso no le molesto a nadie , que interesse defiende Macri los de la cioudad o los de Socma y las empresas del grupo ?¿

Un abrazo

A.C.Sanín dijo...

Coincido en lo que decís, pero me parece que el voto peronista en la ciudad, especialmente en la zona sur, apoyó a Macri, en la expectativa de un cambio. Digamos: la mano benefactora del Estado no llegó allí.
Un abrazo.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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