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domingo, 1 de agosto de 2010

Hace ocho años que no asiste un presidente

Esperemos que nunca mas asista un presidente argentino a ese lugar nefasto.

A la inauguración de la muestra anual

(de la oligárquica Sociedad Rural Argentina)


En 2002, Duhalde pegó el faltazo. Estaba molesto por las críticas del agro a las nuevas retenciones. Kirchner y Cristina nunca fueron.

Rendirle cuentas al poder. Cierta tradición indica que una vez al año, el presidente de la Nación debe visitar el predio de la Sociedad Rural Argentina (SRA) para recibir aprobación o críticas –según “corresponda”- a las políticas gubernamentales, no sólo las que afectan al sector. En general, los mandatarios que participaron del acto de inauguración de la exposición comenzaron sus discursos con un racconto de la gestión y continuaron con los beneficios otorgados al agro. Una arenga matizada con conceptos como “federalismo”, “patria” y “hombres de campo”. Aplausos o silbidos en vivo y en directo. En los últimos años, las vacas lecheras y los toros sementales cedieron su protagonismo en los campos y las muestras a las millonarias máquinas de siembra directa para la soja. Lo que no cambió es la atención que concentra la presencia o ausencia de un jefe de Estado.


La tradición se rompió.

Desde 2002, ningún presidente participa de la ceremonia. El 3 de agosto, Eduardo Duhalde pegó el faltazo.( ahora Duhalde al servicio de las corporaciones igual que toda la oposicion destituyente haciendo presencia frente a sus patroncitos , la que no se si fue es su compañera de ruta Cecilia Pando ) “Cuesta creer que en el siglo XXI se hable de retenciones”, dijo determinante Enrique Crotto, titular de la Rural. Por esos días Felipe Solá era gobernador de la provincia de Buenos Aires. El ingeniero agrónomo había expresado en 1996, cuando oficiaba como secretario de Agricultura del gobierno de Carlos Menem, que no se volverían a aplicar retenciones a las exportaciones agropecuarias ni nuevos impuestos para el sector. Los tiempos habían cambiado y las promesas se habían roto.

En 2003, el entonces presidente Néstor Kirchner anunció que no participaría del acto de inauguración de la exposición anual y que, en su lugar, asistiría su vice, Daniel Scioli. El 2 de agosto, el ex secretario de Agricultura, Miguel Campos, comenzó su discurso con un error: “Señor Presidente... eeeh... señor vicepresidente”. Un año después, el ex titular de la Rural Luciano Miguens dio su discurso inaugural otra vez sin la presencia de Kirchner. “Desterremos el pasamontañas y la ocultación de identidad como medio intimidante”, expresó el ruralista. En 2005, el entonces secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, fue el único representante del gobierno nacional en la ceremonia. La historia siguió. Desde que asumió, en 2007, la presidenta Cristina Fernández tampoco concurrió.

En 2008, el año del conflicto por las retenciones, “Cleto” fue la figura de la exposición. Todos querían una foto con el toro homónimo del vicepresidente Julio Cobos que parecía decir más que los discursos críticos al gobierno. Un día antes de la ceremonia oficial, las patronales del campo habían faltado a la asunción del nuevo secretario de Agricultura, Carlos Cheppi. En el año de la 125, ningún representante del Gabinete participó de la inauguración. Ausencia con ausencia se paga, y más, en tiempos de cólera. En su discurso, Miguens agradeció al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, por haberle permitido realizar el acto organizado por la Mesa de Enlace en el Monumento de los Españoles.
Mirando hacia atrás, en plena crisis de 2000, Fernando de la Rúa entró al predio del barrio porteño de Palermo montado en un Cadillac negro modelo ’55, que había comprado Juan Domingo Perón. Los aplausos le dieron la bienvenida. Carlos Menem fue un buen alumno. “Posiblemente sean ustedes quienes con mayor velocidad reaccionen a los estímulos económicos”, dijo a un año de asumir y lo aplaudieron.

Comenzaba un proceso de concentración de la tierra y quiebra de pequeños productores. Según el Censo Nacional Agropecuario, entre 1988 y 2002 desaparecieron 87.688 explotaciones rurales. Esas tierras no quedaron ociosas sino que fueron compradas por grandes terratenientes en remates. La Rural y la Federación Agraria estaban enfrentadas, la Mesa de Enlace era impensable porque las dos entidades representaban proyectos políticos antagónicos.

Raúl Alfonsín, el 13 de agosto de 1988, eligió palabras que molestaron a los hombres de La Rural. “Queremos ser serios para construir el país que sabemos que nos merecemos, que no es el país de la vocinglería, ni del agravio, ni de la falta de respeto a las instituciones de la República, es el país de los productores.” Silbidos. El primer presidente democrático post golpe de 1976 eligió despedirse de los dueños de las vaquitas al grito de “fascistas”.
Entre 1973 y el 24 de marzo de 1976, ningún presidente asistió a la inauguración. Jorge Rafael Videla reinstaló la tradición. A cambio, recibió la bendición de los ganaderos. En el primer aniversario del golpe, la entidad publicó una solicitada: “La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales.” Rendirle cuentas al poder. El poder –y su renta–, agradecido.

Fuente : Tiempo Argentino



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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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