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lunes, 10 de enero de 2011

Por qué 2011 será un año crucial

Tiempo de definiciones

Por Carlos Raimundi


El interrogante estratégico que presenta 2011, es si, en términos de sistema político, estamos con la administración Kirchner en presencia de un fenómeno coyuntural, o si se trata de una etapa fundadora de una nueva fuerza política.

El año 2011 puede ser, para la Argentina, el de la consolidación de un avance del campo nacional y popular, o de su retroceso. No es cuestión, como sucediera con otros gobiernos, de decir “yo o el caos”, entendido esto como una amenaza a la democracia procesal. Esta está consolidada en nuestro país. Baste ver cómo la crisis de 2001, que arrojó 39 muertos y una devaluación de un 400%, fue saldada, desde lo institucional, en el más estricto –aunque caótico e injusto– marco legal.

No se trata de eso. Sino de consolidar un proceso, en nuestro país y en la región, de conducción política de la economía, autonomía regional de las decisiones, inclusión de sujetos que hasta hace poco permanecían ignorados, disputa de sentido de tantas palabras y conceptos, fin de la hegemonía cultural de los medios monopólicos, compuertas abiertas a la verdad, la memoria y la justicia, y recuperación de una línea popular de interpretación de nuestra historia, como valores de época que marcan el lugar donde tenemos que estar.

Se trata, en definitiva, de afianzar otro sentido del concepto de democracia. De afianzar otro sentido de la idea de “calidad institucional”. De disputar el sentido de la palabra “orden” (no le temo a la palabra en sí: la desnutrición es desorden, la escolarización por la asignación universal es orden; el retiro voluntario de los ’90 era desorden, la paritaria es orden. De no santificar la consigna del “consenso”, ni aferrarse linealmente a poner todo en conflicto, sino de poner en tensión los intereses que haya que poner, y discutir socialmente qué puntos de la agenda se deben poner en conflicto y en cuáles se debe construir consenso, una democracia enriquecida por la incorporación de nuevos protagonistas.

Esta disputa de sentido es lo que no toleran quienes han visto afectados sus intereses, aunque muchas veces de manera confusa e incompleta. En particular, uno de sus intereses: precisamente su capacidad casi exclusiva, ejercida durante décadas, para formar el sentido, para moldear a su medida el promedio social de interpretación de la realidad. ¿A qué me refiero? Por ejemplo, a quienes hicieron posible que nuestra sociedad le prestara consenso a una aventura como la ocupación militar de Malvinas, a quienes hicieron posible que los despidos masivos de los ’90 fueran tolerados como un mal necesario para la “modernización del Estado”, mientras compraban a los dirigentes políticos y sindicales para que legitimaran el ajuste; a quienes presentaron periodísticamente la rebaja de salarios de la Alianza como un acto de coraje. Y, mientras tanto, concentraban medios y capitales, giraban utilidades al exterior y forzaban leyes que protegieran sus maniobras. Esto, hoy, no está resuelto, pero sí se está discutiendo en las calles, las aulas y los talleres. Estamos en una etapa compleja, pero rica y apasionante, y no ya diseñada con exclusividad por los habitués de la “city”.

Y, –como lo están haciendo– como es precisamente “eso” lo que no toleran, es que van a seguir recurriendo a todos los medios a su alcance para interrumpir el curso del proceso. Fracasado el “gobierno republicano paralelo” prometido desde una remozada mayoría parlamentaria vey frustrados los golpes de mercado que intentaron desfinanciar una economía basada en algunos números contundentesncedora en los comicios de 2009, ellos decidieron intensificar la desestabilización por la vía de la agitación y el clima de enrarecimiento de la atmósfera social, no sin el costo de muertes irreparables. Así, un pequeño grupo pago que tira piedras en Constitución gana las pantallas de todo el país durante horas y horas. Así, el bloqueo extorsivo de camiones de caudales por parte del aparato de un dirigente bancario preso deja los cajeros sin efectivo en las fiestas para enojo de la gente. Así, la profecía autocumplida de la escasez de combustibles y las tomas de predios, tienen el objetivo de enturbiar un presente signado por el crecimiento económico, el turismo interno y el consumo popular.

Pero, aunque creo firmemente que esto es así, no quiere decir que la política oficial no deje flancos para que ocurra. Por eso, 2011 también debe ser el año en que se ponga fin a ciertos pragmatismos. No puede ser que para contar con los votos de San Juan haya que tolerar los estragos de la minería a cielo abierto, o para contar con los votos de Formosa haya que ser indiferentes a la muerte de indígenas, o que para no molestar a ciertos sindicalistas haya que otorgarles espacios en la Secretaría de Ferrocarriles. Por cierto, la presidente ha tomado nota de alguna de estas demoras y ha puesto la política de seguridad en manos de una ministra ajena a todo pacto corporativo como Nilda Garré. Y así deberá tomar nota de la demora en una política de tierra y vivienda, y diseñar políticas de alto impacto en la generación de empleos industriales que intensifique el apoyo de sectores populares y la consideración de sectores medios, a la vez que solidifique la economía. a tan nombrada incorporación de jóvenes a la política, no sólo impedirá que se retroceda sobre lo logrado, sino que será vital para empujar por lo que falta. El otro interrogante, igualmente estratégico, que presenta 2011 es si, en términos de sistema político, estamos con la administración Kirchner en presencia de un fenómeno coyuntural, o si se trata de una etapa fundadora de una nueva fuerza política. En el primer caso, en el momento en que termine el ciclo Kirchner, quien obtenga la conducción del PJ será el encargado de dirigir al partido con más posibilidades de gobierno de la Argentina. Pero eso no garantiza por sí solo la profundización del rumbo descripto. Bien podría significar el regreso a una ortodoxia marcada por los caudillos territoriales de corte más tradicional. ( Si con Scioli vamos a pofundizar el macrismo en todo el país ) Si se tratara, en cambio, de un momento fundante, el campo popular expresado por la recuperación del Estado, la preponderancia del mercado interno, el sentido de inclusión, entre otros valores, será el encargado de erigirse en el sujeto político emergente, y consolidar ideológicamente la dimensión histórica del presente. Mucho tendrá que ver en este aspecto –aunque no sea determinante– la ingeniería electoral que se diseñe para las próximas elecciones. Esto es, la posibilidad de que el rumbo pueda ser apoyado desde una estructura mucho más amplia, que trascienda al aparato formal del PJ y la CGT.

En el final, una expresión casi visceral: qué pena para el país (y, cuando me pongo más estricto, siento, “qué pereza intelectual y qué torpeza política”) que aquellos dirigentes opositores que no están fuera del campo popular tengan una lectura tan lineal del gobierno y se opongan obstinadamente a todo, en lugar de respaldar lo bueno y discutir las grandes estrategias que necesita la Argentina. Y qué pena, qué pobreza de análisis y qué indignación me dan otros dirigentes, autotitulados de izquierda, que siguen diciendo que nuestro presente político es una continuidad del Menemato.

Da ganas de dedicarselo a Artemio y a todos los que andan jodiendo con su peronómetro macartista en lugar de ver que la derecha de esta país puede volver a hacer los mismos desastres de antaño y lo argentinos vivir nuevas y viejas tragedias politicas y económicas si este rumbo no se consolida definitivamente y se le da sustento y militancia a traves del tiempo .

Fuente:Tiempo Argentino

5 comentarios:

Escribidor dijo...

Gran nota. Raimundi me parece un tipo brillante. Que suerte que está de nuestro lado

Daniel dijo...

Los Pj' se enteraron que tienen a Diego Kravetz al frente en la legislatura de la CABA.
Creo que los del Pro se asombraron muchas veces de que era más Pro que ellos.
Si hasta Eduardo Feinmann le llegó a decir;
-"Y Usted no tiene críticas en este aspecto para el Pro"? Por una reseña de gestión que se estaba haciendo en un debate y él, callado.

Sujeto dijo...

Brillante lo de Raimundi, sobre todo, muy profundo.
Abrazo

Javier dijo...

Diego coincido que Raimundi es un tipo brllante y yo realmente lamente que un tipo como el no haya podido renovar su banca porue el congreso necesita gente como el

Daniel : Siempre pense que no se si fue que el ballotage donde Macri llego casi al 60% los dejo medio turulatos pero el primer año lo dejaron gobernar sin oposicion , bueno la opoiscion mayoritaria era conducida por el legislador del PRO ? Diego Kravetz .
Por suerte desde 2009 mal que le pese a Artemio que critico la conformacion del Encuentro popular para la victoria , llegaron a ser legisladores tipos con ls uno puede identificarse como Tito Menna o Juan Cabandie y empezaron a saltar los casos de la UCEP , Del Fino Palacios m de las escuchas por las cuales el delincuente Macri esta procesado a la espera de su juicio oral , el nombramiento de Abel Posse y se empezo a ver por fin el rechazo al macrismo . Nunca entendiporque le dejaron destruir la ciudad durante todo el 2008 , cerrar todos los centros culturales en los barrios y la mayor resistencia a sus nefastas politicas fue por parte de los docentes dirigidos por Tito Menna justamente . Si la mayor parte del PJ de la CABA esta y estuvo siempre con el macrismo . De donde crees que salieron los punteros de Macri en las villla de Soldati y Lugano si no es la estructura historica del PJ en esos barrios donde gano siempre .

Marcelo coincido , siempre me parece una de las personas que mejor expresa las ideas que nosostros compartimos

Un abrazo a todos

Peter de A. dijo...

Una vez que se definan los acuerdos para las elecciones, con Cristina con favorita para la primera vuelta (si es que sucede), muchos peronistas que se sumaron a la rebelión del campo, van a querer un lugar. No queda claro si el problema comienza con la reunificación del peronismo, donde se vean suficientemente fortalecidos como para desprenderse de elementos progresista, o si son éstos últimos los que propician el cuestionamiento de la incorporación al oficialismo del pejotismo. Pareciera así que un fortalecimiento saca a relucir una debilidad, y me viene a la mente la idea tan repetida de que lo mejor del kirchnerismo suele emerger en los momentos de dificultad...

Saludos

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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