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miércoles, 11 de mayo de 2011

Lo que queda de lo que fue

Por Gonzalo Ruanova

Zygmunt Barman en su libro "En busca de la política" sostiene que cuando el ágora, el espacio del debate publico, es invadido por quienes defienden los intereses privados, el campo de batalla de lo político queda "vacante a la espera de cualquier aventurero ansioso de invadirlo". Mauricio Macri es el aventurero de turno, la continuación del proceso iniciado en 1976 y consolidado en los 90, que ha logrado con relativo éxito convertirse en el actor político que defendería los beneficios y los intereses privados en la arena pública. Su alusión continua de que se viene preparando para ser Presidente de la Nación no deja lugar a dudas que su proyecto no es mas que el proyecto de los sectores mas poderosos y concentrados de la sociedad, que ocultos y fuera del debate democrático, intentan reconquistar el centro decisorio para defensa de sus intereses y ponerle un freno al proceso de debate abierto y participativo que, desde 2003, ha puesto nuevamente a la política en el eje del debate público.
Mauricio Macri intentó, desde este lugar, ser el modernizador de la derecha, centrando su discurso en el paradigma de la gestión sin paradigmas y de la eficiencia, remitiéndose para ello a su gestión como presidente de Boca.

Militante del mas básico sentido común, del que pregona que si no hay grandes tareas, no hay necesidad de grandes ideas, el que considere banales y antiguas las ideologías, su gestión estuvo mas preocupada por los mensajes que por los hechos, y no logró modificar, luego de 4 años, la agenda política de la ciudad.
( por suerte sino el daño hubiera sido aún mucho mayor )

Gestión llena de vaivenes y desinteligencias, mas conocida por las excusas injustificadas y el simplismo retórico, Mauricio Macri se ha lanzado a una reelección que no soñó, en un acto en el que lucio cansado, con un discurso desgastado, vacío e infantil, lejos del efectismo demagógico de otros tiempos. Se nota que no siente lo que hace.

Junto a esto ha mostrado que su compromiso con las ideas van de la mano de las encuestas. Muy lejos de aquellos dirigentes que, comprometidos con sus ideas, cuya mística les han permitido no renunciar a llevarlas a cabo, Macri ha decidido archivar su sueño y el del poder que lo construyó y lo sostuvo. No debe saber que quienes se convierten en estadistas pueden perder varias elecciones antes de ser presidentes. Hoy, convertido en una sombra de lo que fue, es la muestra del fracaso de quienes creyeron ver en el un serio militante de las ideas mas conservadoras cuya imagen les permitiría reconquistar, como afirmamos antes, el lugar preponderante que la defensa corporativa de intereses privados ocuparon en la arena política durante los años del menemismo.
Macri es hoy el fracaso de la antipolítica. No solo porque no ha logrado limitar el ámbito del debate democrático, sino porque, obligado mas por las circunstancias que por su compromiso, ya sin la frescura y la fuerza de antaño ya no puede explicar porque ahora si, en los próximos cuatro años todo va a cambiar. La Ciudad de Buenos Aires se merece nuevas ideas y nuevos actores. Los candidatos del poder no pueden garantizar, y lo han mostrado durante estos últimos cuatro, una gestión digna de ser recordada.

Fuente :Diario Registrado

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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