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jueves, 25 de agosto de 2011

Bienvenidos a la "democracia" libia

Por Pepe Escobar, Asia Times Online
Internacional Miradas al Sur

El Gran Khadafi apenas ha abandonado el edificio –el complejo Bab-al-Aziziyah– y los buitres occidentales ya rondan en lo alto; ha comenzado la pelea por apoderarse del “gran premio” – la riqueza libia de petróleo y gas.

Libia es un peón en un tablero de ajedrez ideológico, geopolítico, geo-económico y geoestratégico serio en la misma medida en que una obra de teatro de moralidad pedestre es como un reality show televisivo; los “rebeldes” idealistas ganan contra el Enemigo Público Número Uno. Otrora el enemigo público fue Sadam Hussein, luego fue Osama bin Laden, ahora es Muamar Khadafi, mañana será el presidente Bashar al-Asad en Siria, algún día será el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad. El enemigo no será nunca la ultra-reaccionaria Casa de Saud.

¿Quiénes festejan?

¿Quiénes son éstos que repentinamente estallaron de alegría en las pantallas de las televisiones estadounidenses y europeas? Después de las sonrisas ante las cámaras y los disparos de kalashnikovs hacia el cielo, hay que prepararse para grandes fuegos artificiales fratricidas.

Es seguro que estallarán problemas étnicos y tribales. Muchos de los bereberes de las montañas occidentales, quienes entraron Trípoli desde el sur este último fin de semana son salafistas de la línea dura. Lo mismo en la nebulosa de Hermandad Musulmana/salafistas de Cirenaica, que han sido instruidos por los hombres de la CIA. Aunque estos fundamentalistas “utilizaron” a los europeos y estadounidenses para aproximarse al poder, pueden convertirse en una horrible fuerza de guerrilla si son marginados por los nuevos amos de la OTAN.

La gran “revolución” con base en Bengasi, presentada a Occidente como si fuera un movimiento popular, fue siempre un mito. Solo hace dos meses los “revolucionarios” armados eran apenas mil soldados. La solución de la OTAN fue crear un ejército mercenarioincluyendo todo tipo de sujetos repugnantes, desde ex miembros de escuadrones de la muerte colombianos a reclutadores de Qatar y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) quienes buscaron a numerosos tunecinos desocupados y gente de tribus descontentas con Trípoli. Todos estos, aparte del escuadrón mercenario de la CIA –salafistas de Bengasi y Derna y el escuadrón de la Casa de Saud –la banda de la Hermandad Musulmana.

Cuesta no recordar la pandilla de la droga de UCK en Kosovo –la guerra que “ganó” la OTAN en los Balcanes. O a los paquistaníes y saudíes, con respaldo de EE.UU., que armaron a los “combatientes de la libertad” de Afganistán en los años ochenta. ( los famosos Talibanes de Osama bin Laden)

Y luego está el sospechoso reparto de personajes del Consejo Nacional de la Transición (TNC, por sus siglas en inglés) basado en Bengasi. El jefe, Mustafa Abdel-Jalil, ministro de justicia de Khadafi desde 2007 hasta su renuncia el 26 de febrero, estudió la Sharía y derecho civil en la Universidad de Libia. Esto le permitirá habérselas retóricamente con los fundamentalistas islámicos en Bengasi, al-Baida y Delna pero podría utilizar sus conocimientos para defender sus intereses en un nuevo arreglo para compartir el poder.

En cuanto a Mahmud Jibril, presidente del consejo ejecutivo del TNC, estudió en la Universidad de El Cairo y luego en la Universidad de Pittsburgh. Es la conexión qatarí clave, al haber estado involucrado en la administración de activos para Sheikha Mozah, la esposa ultra influyente del emir de Qatar.

También está el hijo del último monarca de Libia, el rey Idris, depuesto por Khadafi hace 42 años (sin derramamiento de sangre); a la Casa de Saud le encantaría una nueva monarquía en el Norte de África. Y el hijo de Omar Mukhtar, el héroe de la resistencia contra el colonialismo italiano, un personaje más laico.

¿El nuevo Iraq?

Sin embargo, creer que la OTAN ganaría la guerra y dejaría que los “rebeldes” controlen el poder es un chiste. Reuters ya ha informado de que una “fuerza de transición” de unos mil soldados de Qatar, los Emiratos y Jordania llegará a Trípoli para actuar como policía. Y el Pentágono ya está propagando que los militares de EE.UU. estarán en el terreno para “ayudar a proteger las armas”. Un toque hermoso que ya implica quién estará realmente a cargo: los neocolonialistas “humanitarios” más sus serviles agentes árabes.

Abdel Fatah Younis, el comandante “rebelde” asesinado por los propios rebeldes, era un agente de los servicios de inteligencia franceses. Fue eliminado por la facción de la Hermandad Musulmana, precisamente cuando el Gran Liberador Árabe Sarkozy estaba tratando de negociar una etapa final del juego con Said al-Islam, el hijo de Khadafi de la London School of Economics que ahora volvió de entre los muertos.

Por lo tanto, los grandes ganadores son finalmente Londres, Washington, la Casa de Saud y los qataríes (enviaron jets y “asesores”, que ya están manejando las ventas de petróleo). Con una mención especial al complejo Pentágono/OTAN – ya que Africom finalmente establecerá su primera base en suelo africano en el Mediterráneo, y que la OTAN está a un paso de declarar que el Mediterráneo es “un lago de la OTAN”.

¿Islamismo? ¿Tribalismo? Podrían ser los males menores de Libia en comparación con una nueva fantasilandia abierta al neoliberalismo. Hay pocas dudas de que los nuevos amos occidentales no tratarán de resucitar una versión más amistosa de la corrupta, rapaz, Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) de Iraq, convirtiendo a Libia en un sueño neoliberal de la línea dura de una propiedad total de los recursos libios, una repatriación total de beneficios, corporaciones occidentales con la misma posición legal que las firmas locales, bancos extranjeros que compran los bancos locales, y muy bajos impuestos a la renta y a las corporaciones.

Mientras tanto, la profunda fractura entre el centro (Trípoli) y la periferia por el control de los recursos energéticos se inflamará. BP, Total, Exxon, todos los gigantes petroleros occidentales serán recompensados con gratitud por el consejo de transición, en detrimento de las compañías chinas, rusas o indias. Las tropas de la OTAN en el terreno ayudarán ciertamente a mantener disciplinado y alineado al Consejo.

Los ejecutivos petroleros estiman que se tardará por lo menos un año hasta que la producción de petróleo vuelva a los niveles anteriores a la guerra civil de 1,6 millones de barriles por día, pero dicen que los beneficios anuales del petróleo podrían proveer a los nuevos gobernantes en Trípoli unos 50.000 millones de dólares al año. La mayoría de los cálculos indican reservas de petróleo de 46.400 millones de barriles, un 3% de las reservas mundiales y con un valor de unos 3,9 billones de dólares al precio actual del petróleo. Las reservas de gas conocidas son de unos 5 billones de pies cúbicos.

Por lo tanto, la OTAN termina ganando. El imperialismo humanitario gana. Las monarquías árabes ganan. La OTAN como gendarme global gana. El Pentágono gana. Pero, incluso eso no es suficiente para los habituales sospechosos imperiales, que ya llaman a desplegar una “fuerza de estabilización”. Y todo esto mientras los progresistas perdidos en la trama en una variedad de latitudes siguen saludando la Santa Alianza del neocolonialismo occidental, de las monarquías árabes ultra reaccionarias y de salafistas de la línea dura.
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Fuente: Miradas al Sur

1 comentario:

Daniel dijo...

Qué asco esta gente.
Eso si, jamás se preocuparon por la "democracia" de un país pobre y sin petróleo. Casualidades.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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