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miércoles, 31 de agosto de 2011

El derecho a la indignación

Por · Gabriela Cerruti

El derecho a la indignación está en la base de la república. Y de la condición humana, y de la libertad y la alegría de los pueblos.

Hoy es un buen día para ejercerlo.

Indigna la tapa de Clarín y La Nación.

En una elección histórica para la historia de nuestro país, CFK sacó más del 50 por ciento de los votos. El escrutinio definitivo confirmó que había sacado aún unas centésimas más que el provisorio. Más del cincuenta, y más de diferencia con el segundo y el tercero. Se descuidaban y llegaba casi a cuarenta.

Pero Clarín yLa Nación no se enteraron.

En vez de eso, tenemos largas notas de tapa relatando las supuestas bravuconadas de cronistas ofendidos porque un ministro les pide que no mientan más, que hagan bien su trabajo, que no se presten a operaciones.

Cronistas que en las últimas dos semanas habían denunciado lo más grave tal vez que se puede denunciar en democracia: fraude.

¿Hay una ofensa mayor para endilgarle al ministro que tiene a su cargo la responsabilidad de los comicios que acusarlo de fraude? ¿De haber cambiado los votos de los ciudadanos?

Los dirigentes de la oposición desfilaron por los medios diciendo cualquier cosa, y cualquier cosa era reproducida como verdad. Cuando todos los que militamos en política, y todos los que hacemos periodismo político sabemos bien de qué se estaba hablando. Algún presidente de mesa que se equivocó, alguno que se mandó una truchada, muchos inexpertos, un sistema electoral que funciona bien pero que puede mejorarse porque las elecciones son cada vez más complejas. O sea, lo mismo de siempre. De cada elección. El escrutinio definitivo iba a terminar demostrando que en defintiva los errores individuales se pierden en la magnitud del sistema que funciona bien.

Hasta el presidente de la Corte salió a aclararlo.

Pero no quisieron escuchar. Montaron un circo. ¿Se le puede pedir seriedad a Chiche Duhalde que anunció por todos los medios que todo había sido armado para que CFK apareciera sacando más del 50? ¿A Duhalde, que dijo que estaba arriba de Alfonsín? ¿A los que salieron a pedir cambiar el sistema, porque con este sistema pierden?

Los periodistas podrían haber dado cuenta de esta historia, obvio, como lo que era. Quejas de quienes habían sido derrotados.

Pero no. Sermonearon, acusaron. No de cualquier nimiedad: ¡de fraude! ¡De Fraude electoral! Ya que el resultado de las elecciones no es el que queremos, digamos que las elecciones no sirven.

Y cuando tienen que reconocer su derrota, con hidalguía, con discreción, con silencio si no les da para otra cosa, se ofenden. Y nos obligan a no leer la noticia del día, una noticia de alegría para la democracia, y en lugar de eso, ser testigos de sus patéticos berrinches porque los trataron mal.

¿Sabés qué? Indigna. Por no decir que da asco, que parece que queda mal.

gabriela2

1 comentario:

Daniel dijo...

Te escribo lo mismo que hice en mi blog;

-Es hora de poner en valor la posición colectiva.
Porque sino les ha sido fácil decir; -"Porque Cristina", -"Porque Randazzo".
En esto el pueblo se está jugando una brava y le boicotean a cada instante la posibilidad de salir adelante de una vez de tanta dependencia y sojuzgamiento.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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