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domingo, 18 de diciembre de 2011

Los trabajadores y los sindicatos




Los acontecimientos del 19/20 de diciembre se convirtieron en un laboratorio social y político que parió en su dinámica nuevas subjetividades y generó un quiebre con la lógica del discurso único.

En las últimas semanas el cortocircuito entre el máximo referente de la CGT y la presidenta Cristina Fernández ha hecho que el tema sindical y el rol de los trabajadores sea tapa de los principales medios y el análisis preferido de los más destacados columnistas. En general, el tratamiento se circunscribe a lo meramente coyuntural, las consecuencias del acto realizado por el gremio de Camioneros en el estadio de Huracán y sus efectos al corto plazo. Quizás alguna vez sea necesario trascender los hechos en sí mismos e intentar reflexionar mas allá de la coyuntura sobre la situación de los asalariados en su conjunto, su relación con lo sindical y su posibilidad de ejercer sus derechos democráticos de asociación y organización en el ámbito laboral.

Y también charlar con las bases sobre los reclamos en relación a que la inflación afecta al salario sobre todo si como mencionan sin desmentida oficial , se plantean poner topes en las negociaciones paritarias , algo que no sucedió durante los 7 años de paritarias libres que llevamos y como Moyano hasta el momento sirvió para moderar el reclamo de los trabajadores y tener muchos años de paz social y esto a pesar de que en aún subsisten muchas arbitrariedades empresarias que no se pudieron vencer y nefastas flexibilizaciones laborales resultas de los años previos al 19 y 20 de diciembre de 2001 que pesar de los derechos que se recuperaron en las paritarias de estos años aún continúan vigentes , tanto como las ganancias extraordinarias de las empresas en su mayor parte extranjerizadas igual que sus ganancias .

Hablar de los trabajadores, la globalización económica y los sindicatos en la actual etapa del capitalismo de consumo es intentar entender la profunda metamorfosis de la vida misma y el debilitamiento de lo colectivo por la impronta de más de tres décadas de hegemonía neoliberal.
A pesar de una larga tradición de masiva sindicalización en los albores del peronismo, nuestro país no es una excepción en relación a los niveles de sindicalización formal o participación activa de las bases en el devenir sindical, que en la actualidad no supera el 25% de los trabajadores con trabajo formal. ( En lo personal yo me comí un año sin ningun aumento por negarme a desafiliar de mi gremio a pesar de las presiones de la empresa que luego correctamente tambien recibio una sentencia por discriminación y debio cambiar de actitud)

En el caso argentino esto se debe no sólo a cuestiones comunes del mundo del trabajo a escala internacional, como el crecimiento de la informalidad laboral, hegemonía de las formas precarias de trabajo eufemísticamente llamada flexibilización salarial, contractual y de condiciones laborales, que se ha extendido a lo largo y lo ancho del planeta. (Por eso nunca hay que admitir la existencia de trabajadores contratados , en ese aspecto España es el peor ejemplo de como destruir el trabajo y acá la UIA fue pionera en introducir y presionar por esas formas de contratación de mierda que van en contra de los trabajadores , por eso siempre que lo veo a Ignacio de Mendiguren sigo pensando que veo a un verdadero hijo de puta igual que todos los sindicalistas traidores, o sea los llamados gordos que aceptaron firmar acuerdos a la baja y tranzar con el gobierno de mierda de Menem en lugar de resistir el avance del capital , la entrega de nuestros recursos y la privatizacion de los servicios concretados por el nefasto menemismo y continuado por la alianza que por suerte se fue en helicóptero) Hay, además, un valor agregado: la atomización del colectivo de trabajo, por la creciente colonización discursiva del relato empresarial, expresado por los dispositivos de management, que junto a la actual etapa del capitalismo, ha incidido a escala global en el imaginario del común de los trabajadores jóvenes y no tan jóvenes. En el caso argentino, esta tendencia se ve agravada por los particulares efectos subjetivos que ha dejado el terrorismo de Estado en el activismo sindical. Se aniquilaron las ricas experiencias de lucha de esas décadas y hubo un saldo luctuoso en miles de vidas humanas abortadas por la represión fabril sobre el masivo semillero de la denominada “vanguardia natural” que dio su vida por una sociedad diametralmente más equitativa y por la profundización democrática en el seno de las organizaciones obreras. Sólo a partir de estos antecedentes trágicos en un contexto novedosamente reaccionario a escala mundial puede entenderse el apoyo mayoritario de los trabajadores durante más de una década a proyectos económicos y sociales profundamente excluyentes y marcadamente reaccionarios, implementados en los años noventa.

Con la llegada del nuevo siglo la monolítica hegemonía de los sectores del capital y sus lacayos políticos comenzó a resquebrajarse en regiones específicas como el subcontinente sudamericano. Argentina no fue la excepción. Los acontecimientos del 19/20 de diciembre se convirtieron en un verdadero laboratorio social y político que parió en su dinámica nuevas subjetividades y generó un verdadero quiebre con la lógica del discurso único. En la Argentina, la resistencia a los planes de ajuste llevados adelante por los sectores más combativos del sindicalismo en sus múltiples luchas a lo largo de más de una década fueron el caldo de cultivo que permitió la creación de decenas de empresas recuperadas y las múltiples asambleas barriales como respuesta a la implosión de la Convertibilidad, el devenir de los años de crecimiento de movimientos sociales y de organizaciones territoriales de trabajadores desocupados. Este hecho permitió fijar un límite social a los futuros gobiernos, marcando agenda y de alguna manera el camino a seguir por los nuevos representantes elegidos en el otoño de 2003. (Y por todos los que vengan en el futuro)

En ese cambio de paradigma pueden entenderse los sucesivos gobiernos kirchneristas. Hoy, a ocho años de la asunción de Néstor Kirchner y a una década de la insubordinación destituyente que marcó a sangre y fuego el nunca más de una política de exclusión y hambre, siguen existiendo, pese a los importantes avances de estos últimos años, innumerables asignaturas pendientes. Entre ellas figuran las referidas a la calidad de vida de aquellos cuyo principal capital es su fuerza de trabajo y su capacidad productiva. Millones de trabajadores han sido los principales afectados desde el golpe del 24 de marzo de 1976, con pauperización creciente y el deterioro de su calidad de vida con el empeoramiento de los términos de existencia de su descendencia por más de 30 años. Esos convidados de piedra a la fiesta neoliberal anhelan en el presente que sus hijos y sus nietos ya no se conformen con llegar a fin de mes o se ilusionen con el sueño inalcanzable de su vivienda propia. Aspiran a que la democracia entre en el seno de sus fábricas y lugares de trabajo donde la ley del patrón en muchos casos impide su organización gremial con la nefasta idea que “la mejor comisión gremial interna es la inexistente”.

En esta nueva etapa es importante reflexionar desde los organismos específicos del universo laboral, porque apostar “al crecimiento y el desarrollo del país” es apostar también a que este sea lo menos asimétrico posible. Para que ese objetivo se dé en un marco de verdadera equidad social deberán atenderse las justas demandas de los trabajadores que día a día generan la riqueza del país en sus lugares de trabajo. Además, habrá que garantizar que no pierdan en los hechos su condición de ciudadanos al cruzar el umbral de su fábrica y que puedan ejercer su derecho constitucional a organizarse gremialmente. Este derecho es vulnerado de manera sistemática por la cultura empresarial que tiene como norte exclusivo la lógica de acumulación sin límites, que concibe a los trabajadores como una mera clase subalterna desprovista de derechos, o tan sólo una variable de ajuste en tiempos difíciles.

Por todas estas razones, para profundizar la democracia y mejorar la calidad de vida de los habitantes del país no es posible obviar o dejar en un segundo plano la realidad que aún persiste en miles de establecimientos donde los sectores más numerosos de la población, aquellos que viven de su salario, que contribuyen anónimamente con su esfuerzo cotidiano a la riqueza de la Nación ven cercenados sus derechos.
En estas semanas de tanto debate sobre los desencuentros discursivos del líder máximo de la CGT y la primera mandataria, en relación al rol que deben jugar los sindicatos en la nueva etapa política, profundizar la democracia de base y hacer que los trabajadores no sindicalizados puedan ejercer sus derechos de agremiación y asociación en sus lugares de trabajo sería un aporte interesante. Tal aporte enriquecería el debate sobre la profundización del modelo y la participación de los sin voz en el ejercicio de una democracia real de sus organizaciones sindicales.

Fuente: Tiempo Argentino

7 comentarios:

DP dijo...

http://eldiablosellama.wordpress.com/2011/12/16/cristina-moyano-y-las-diatribas-peronistas/

DP

Daniel dijo...

Yo los pondría a los muchachos del diablo al frente del gobierno a ver si "el pueblo trabajador" le sigue los caprichitos.

Lamentablemente, los formadores de precio se morfan los aumentos que les dan a los trabajadores. Moreno no es ningún boludo y por ahí el no pedir un 30 es un modo de frenarlos con fundamento. Porque uno también puede pedir el 50 si quiere, total.
A mi me parece que tenés demasiada confianza en las cúpulas sindicales, pero cuando cagaban a palos a los de la comisión interna de subtes, Moyano miraba para otro lado.
Después veo que tan en las antípodas está de Fernández. Igual que de Barrionuevo y Zanola, claro.

Mucho más importantes son las condiciones de mierda que tienen los empleados de comercio; que sin embargo; votan a Cavallieri!
Y los que están en negro, que paritarias tienen? Deben aplaudir los aumentos del 35% y el asunto de que se prendan en las ganancias.
Hicieron mucho los de la cúpula para el caso?
Pero bueno, el peón rural debe ser de cuarta categoría para ellos también. Y no me jodan porque no veo ninguna diferencia entre lo hecho el viernes en Comisión y el famoso "voto no-positivo".
Las justificaciones que leí eran que tres tipos no hacían la diferencia.
Y si la hubieran hecho? Cómo hubieran votado?

Ah! y desde que viene esta maromba, si lees mi blog al que más tajantemente critiqué fue justamente a De Mendiguren. Una cosa no quita la otra.

Daniel dijo...

Fijate que Suecia sale de la inflación de los ‘80 que la estaba socavando mal, con el acuerdo tripartito.
Acá se la tiene que cargar en su espalda evidentemente Cristina porque las dos partes prefieren jugar su juego bien irresponsablemente.
Ahora si leés lo del límite a las paritarias, deberías leer la elevación de Moreno, a un cargo casi que de Ministro.
Hoy, como sea, Suecia tiene los mejores salarios comparativos del planeta. Claro que cuando se lo comenté a un trosco, me respondió; -”Pero allá hay explotación”.
Me parece que a veces hay que bajar más al asfalto, porque el manual suele fallar.

roberto dijo...

Me parece una traición no menor a la de Cobos, estos tres sindicalistas que se abstuvieron de votar el proyecto del peón rural, los de arriba no parecen reconocer a los trabajadores desde sus oficinas tratan de perpetuarse. Quisiera ver si votaran todos los afiliados donde estarían, es una lástima que aún no se acostumbre a esa práctica, se acabarían los mandatos eternos.
Se está demostrando que lo único que interesa es lo personal, total el laburante sigue aguantando las "contribuciones" obligatorias de su salario para beneficio de unos pocos. (las bases son buenas, pero no permiten que asuman).

Javier dijo...

El problema es que desde el gobierno no se vislúmbra la voluntad de hacer cambios en el modelo sindical , creo que hubo que esperar sentados por la personería para CTA , no se plantea que las bases terminen con la burocracia sindical , se plantea todo como una pelea de poder por liderazgos y conducción pero la central de los trabajadores no debería tener otros conductores que los que democráticamente puedan elegir los trabajadores . Yo no creo que la CGT ni la CTA deban pertenecer a un partido en particular y por tanto deberían ser independiente de los gobiernos apoyando a aquellos gobiernos que representen avances para los trabajadores ,el problema con la CGT peronista es que han apoyado a gobiernos que gobernaban para destruir a los trabajadores por eso cuando se habla del concepto de unico conductor me parece un concepto en el no me siento representado porque acompañar o no al gobierno deiempre condicional dependiendo que haga ese gobierno y que políticas tenga .

Javier dijo...

En relación a poder compatibilizar el interés del capital y el trabajo , la realidad es que las paritarias libres de estos años han funcionado muy bien y todavía queda un largono por recuperación de derechos . Creo que el problema rentistico financiero del empresariado tiene que ver con la inexistencia de una burguesía nacional , que gran parte de las empresas estén en manos de empresas extranjeras hace que tengan escaso interés en pactos tripartitos mucho mas que los sindicatos y eso se vio muy claro en los intentos de un acuerdo del bicentenario siempre bastardeado por las organizaciones empresarias Y en referencia a topes yo pienso que un tope salarial solo es negociable con la contraparte de un tope a la ganancia de las empresas

Unknown dijo...

Recién vengo de ver la exposición de Télam del 19/20 de diciembre de 2001. Yo trabajaba ahí, en Alsina y Piedras. Trabajaba de saco y corbata, pero los imbéciles de nuestros jefes tomaron la desafortunada decisión de obligarnos a trabajar hasta las 15 hs.
Salimos en el peor momento.
Ahora lo recuerdo y pienso, después de leer todos los comentarios a favor o en contra de la postura de los sindicalistas.
¿Por qué nos piden que seamos solidarios si, después, de un lado y del otro sólo piensan en el agua de sus molinos?
¿Piensan que no nos damos cuenta?
No puedo bancarlo a Moyano diciendo y pidiendo giladas, como no los banco a los troskos soñando mundos, hoy, inalcanzables.
En fin... Toy medio caliente.
Cordialmente,
Yo.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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