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jueves, 16 de febrero de 2012

Los complices civiles de genocidio según el asesino genocida

Con acuerdo de las otras dos fuerzas, yo hube de exponer cuatro cursos de acción, que no viene al caso detallar ahora, que culminó con la selección de parte del doctor Luder del cuarto curso de acción, que era el más riesgoso, en cuanto que confería más libertad de acción, pero que garantizaba en no más de un año y medio que el terrorismo sería derrotado. Los cursos de acción del 1 al 3 eran más contemplativos, pautados con el fin de evitar errores, pero – de ser seguidos – irían a dilatar sin término el caos en el que se vivía.

El acuerdo se firmaba, bajo estos decretos, para combatir el terrorismo en todas sus formas y hasta el aniquilamiento definitivo; por otras razones, más tarde, cuando fuimos juzgados, se le preguntó a Luder por el término aniquilar e hizo un excelente exposición en términos semánticos sobre la cuestión, que se resume en reducir a la nada; no tiene otra interpretación. A partir de ese momento, de hecho y de derecho, el país entra en una guerra, pues no salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos. Estamos preparados, como militares, para matar o morir, estábamos en una guerra ante un enemigo implacable, aunque no mediara una agresión formal, estábamos en una lucha. Así, a principios de octubre de ese año, (1975) entramos en una guerra de una forma clara. (esta claro que la represión y desparición de personas empieza en octubre de 1975 dentro del gobierno peronista de Maria Estela Martinez de Peron , sin olvidar los crimenes de la AAA creada por ese gobierno .

Desde el punto de vista del planeamiento no fue sorpresa porque el ejército ya jugaba con hipótesis de conflicto, una de las cuales era un desborde sorpresivo terrorista que sobrepasara a las fuerzas de seguridad y que se tuvieran que emplear a las Fuerzas Armadas para detener la amenaza. Teníamos esa contingencia prevista y, ante tal eventualidad, lo único que teníamos que hacer era salir a luchar con los planes previstos.

El máximo líder del radicalismo, Ricardo Balbín, que era un hombre de bien, 42 días antes del pronunciamiento militar del 24 de marzo, se me acercó a mí para preguntarme si estábamos dispuestos a dar el golpe, ya que consideraba que la situación no daba para más y el momento era de un deterioro total en todos los ámbitos de la vida. "¿Van a dar el golpe o no?", me preguntaba Balbín, lo cual para un jefe del ejército resultaba toda una invitación a llevar a cabo la acción que suponía un quiebre en el orden institucional. Se trataba de una reunión privada y donde se podía dar tal licencia; una vez utilice este argumento en un juicio y me valió la dura crítica de algunos por haber incluido a Balbín como golpista. Los radicales apoyaron el golpe, estaban con nosotros, como casi todo el país. Luego algunos dirigentes radicales, como Alfonsín, lo han negado.

La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente, de tal suerte que dijo lo que le correspondía decir sin que nos creara a nosotros problemas inesperados. En más de una oportunidad se hicieron públicos documentos episcopales en donde, a juicio de la Iglesia, se condenaban algunos excesos que se podían estar cometiendo en la guerra contra la subversión, advirtiendo de que se corrigieran y se pusiera fin a esos supuestos hechos. Se puso en evidencia de que se debía concluir con esos excesos y punto, pero sin romper relaciones y sin exhibir un carácter violento, sino todo lo contrario. No rompió relaciones, sino que nos emplazó a concluir con esos hechos. Expresó lo que consideraba que no se estaba haciendo bien, porque podía corresponder a su terreno, pero no fue a más. Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable. Y debe reconocer que llegamos a ser amigos y en el problema del conflicto, de la guerra, también tuvimos grandes coincidencias. La Iglesia argentina en general, y por suerte, no se dejó llevar por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada claramente a favor de un bando, de otras iglesias del continente, que sí cayeron en ese juego. No faltó que algún miembro de esa Iglesia argentina entrara en ese juego pero eran una minoría no representativa con respecto al resto.

Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros. Incluso nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de la Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto. Hubo algún roce, claro, como suele suceder, porque cada uno defiende sus intereses siempre. Pero, en general, fue una buena relación.

Este asunto sobre la naturaleza del Proceso no fue tratado oficialmente, pero el debate estaba ahí, subyacía esa división acerca de que dirección se quería tomar y había sus matices sobre cómo afrontar el futuro. Había que dar otra naturaleza, otro contenido al Proceso, pero también estaba la posibilidad de abandonarlo de una forma definitiva. Luego estaba el conflicto con Chile por las islas del Canal de Beagle y tenga en cuenta que estuvimos a punto, en diciembre de 1978, de llegar a una guerra. También quedaba el camino de una salida política ordenada de un Proceso que se había mostrado exitoso en el desempeño de sus funciones; en ese momento se podía negociar desde una posición óptima. Yo mantenía que el Proceso, en esos momentos, tenía que ser capaz de dejar su descendencia, es decir, hacer política de una forma que las Fuerzas Armadas transcendieran más allá del periodo histórico que ya habíamos superado.

6 comentarios:

Carlos Trapani dijo...

¿Quién es el destacado en la ante última foto?
Gracias...

Javier dijo...

Creo que es Franco Macri el de la foto . Buscaba de la pseudoburguesía antiargentina y son los que les estatizaron la deuda en 1981-82 . Macri , Gastaldi , Fortabat , Noble Herrera , Perez Companc , Rocca ?
Esta probada la complicidad de Mercedes Benz , desparecidos en Entel ,etc

MC dijo...

Dar prensa al pensamiento de ese delincuente genocida es darle aire al discurso de muerte y dolor que él representó y sigue representando. Reproducir su opinión no agrega nada nuevo ya que está largamente registrada en muchísimos archivos oficiales y oficiosos. Además la sociedad argentina conoce sus pensamientos por haberlos sufrido en cuerpo y espíritu. La publicación de esa lamentable entrevista y el enorme eco que ella produce solo sirve para incentivar a sus acólitos, para recordarles que no está muerto, para mantener vivas sus perversas ideas. Publicarlo es darle entidad a sus palabras, es elevarlas del nivel subhumano donde se generan al estatus de persona. Rechazo.

Maloperobueno dijo...

Desde el 83 hasta aca, no hubo ningun juicio o escarmiento contra la burguesia nacional complice del Proceso.
Ni Techint,Roggio,Rocca,Noble, Mitre,Fortabat,Macri y muchos otros han sido juzgados.
Es mas, todos estos grupos han crecido con la democracia, los gobiernos los han tenido siempre como contratistas del Estado.
A los unicos que se los corrio por izquierda, fue a los Noble, simplemente por tener una guerra con el gobierno nacional y popular.

Los otros? ahi andan, bien, haciendo fortunas con contratos del Estado y hasta recibiendo creditos y un regimen impositivo favorable!

Y otro tema importante, Videla no esta en una carcel comun, esta preso en Campo de Mayo, una guarnicion militar.

roberto dijo...

Maloperobueno al fin coincidimos en algo.

Jorge Devincenzi dijo...

Siempre me entran dudas cuando se dice "còmplices civiles". En este relato creo que no se menciona la reuniòn entre la cùpula militar y el Consejo Empresario Argentino donde, en 1975, se decidiò el golpe. Hablar de complicidad es como si 4 o cinco dementes hubieran apoyado a los militares. Y, a màs de que un sector social "respirò aliviado" el 24 de marzo, fue el bloque de poder dominante el que lo produjo. Las FFAA actuaron de pretorianos.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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