The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

lunes, 12 de marzo de 2012

El medio ambiente y el lucro

El cuidado de la Tierra

La economía no puede regir nuestras vidas bajo la fábula de la libre competencia. La naturaleza puede ser usada para vivir, pero no para aquello que no es necesario.

A Guacurarí lo llamaron como a Andresito, el jefe guaraní que se sumó a las huestes de don José Gervasio Artigas, general de los pueblos libres, y que, luego de la derrota, fue esclavizado por el imperio portugués. El nombre de un guerrero para uno de los pocos yaguaretés sobrevivientes en el nordeste argentino, que durante seis años fue monitoreado por biólogos del CONICET y otras instituciones. Días atrás, sus restos fueron hallados dentro del Parque Provincial Urugua-í en Misiones, víctima de cazadores furtivos, como la mayoría de los yaguaretés, en claro peligro de extinción.

En su simpático libro La Pachamama y el Hombre, Raúl Zaffaroni hace un recorrido por las distintas corrientes filosóficas y jurídicas para analizar si los animales gozan de derechos. Desde las antiguas formas de canalizar la venganza –como el juzgamiento de animales–, pasando por la figura del “chivo expiatorio” –luego trasladada a distintos sectores de la humanidad, según la conveniencia–, arribó al concepto de la “búsqueda de mayor felicidad para todos”, de Bentham y el utilitarismo, por el cual se les reconoció derechos, en contraposición a las posturas que privilegiaban la propiedad sobre ellos. Zaffaroni resalta que en las normas penales que castigan el maltrato a los animales, se los coloca en el lugar de víctimas; por lo tanto, tienen el derecho a no ser objeto de la crueldad humana.

Luego se amplía el debate para analizar si, además de los animales, la naturaleza puede ser sujeto de derechos. El derecho ambiental es su manifestación jurídica, que luego se traslada al penal para reprimir conductas que dañan el medio ambiente. Tuvo acogimiento por parte del Derecho Internacional a través de distintos tratados, relacionados directamente con el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. El medio ambiente termina entonces por ser un bien jurídico protegido porque es esencial al desarrollo de la vida humana. Un ambiente sano es un Derecho Humano que los Estados deben proteger.

Quienes sostienen que la naturaleza es sujeto de derechos, aluden a una ética común a todos los seres de la tierra, un instinto comunitario que surge de la convivencia y la cooperación, dado que la vulnerabilidad de la naturaleza pone en peligro a las especies. Se trata de un imperativo que establece obrar de tal forma que lo que se haga no destruya la posibilidad de vida futura. En ese contexto, Zaffaroni recuerda que los Estados Unidos provocaron un grave riesgo para la humanidad y la Tierra al no ratificar tratados internacionales de Derechos Humanos y sobre medio ambiente.

Los científicos que sostuvieron la hipótesis Gaia –nombre de la diosa griega–visualizaron a la Tierra como un sistema viviente autorregulado, en el que cabe privilegiar la cooperación por sobre la competencia. Los humanos no somos huéspedes que utilizamos la Tierra a nuestro antojo, sino parte de ella. A todos los seres se les debe reconocer su derecho a la existencia. Para regionalizar estos conceptos, Zaffaroni cita a Leonardo Boff, que sostiene que el capitalismo –esencialmente competitivo– es el principal obstáculo para la humanidad y la Tierra. La misma lógica de someter naciones y explotar clases sociales es la que depreda el ecosistema. La Tierra es un organismo vivo, la Pachamama de nuestros indígenas.
En ese punto, Zaffaroni aborda el constitucionalismo andino y menciona la Carta Magna del Ecuador que establece la noción del buen vivir –SumakKawsay, en quechua–, la armonía con la naturaleza, con la Pachamama, a la que se le debe respetar su derecho a la existencia y a no interferir en sus procesos. La Constitución de Bolivia, por su parte, reconoce la Pachamama –que todo lo da, pero que exige reciprocidad– y el derecho de las personas a gozar de un medio ambiente saludable. Aunque con matices, en ambos textos la Tierra es titular de derechos y los Estados deben regirse por la norma SumakKawsay, que es la ética que debe relacionarlos con la naturaleza y por la cual la depredación, la tala, el uso descontrolado de químicos, la lesión de un ecosistema, no deben ser tolerados ni mucho menos propiciados. Así como una vez la humanidad supo que la Tierra no era el centro del Universo, debemos ver las cosas no desde el antropocentrismo –o desde el racismo o el machismo, algunas de sus variantes–, sino desde el diálogo –desalojando la dominación– y la cooperación –desechandola competencia.
La economía no puede regir nuestras vidas bajo la fábula de la libre competencia. La naturaleza puede ser usada para vivir, pero no para aquello que no es necesario. Usarla sin la lógica del desenfreno consumista, ni del lucro individualista. Por tener derechos o por ser esencial para el desarrollo de la vida, la Tierra debe ser cuidada. El yaguareté está en peligro de extinción por la actividad humana. El Estado debe tomar urgentes medidas para evitar su desaparición. Del mismo modo, cuando se encara una actividad económica, como la minería a cielo abierto, con directa incidencia sobre la Tierra o un ecosistema, el Estado debe poner por sobre las argumentaciones de lucrocuando además la ganancia se la llevan del país empresas extranjeras–, la necesidad de preservar el medio ambiente y la naturaleza, tanto para los hombres de hoy como como para las futuras generaciones. Que Guacurar-í –y, por qué no, Andresito– nos sirva de enseñanza.

Fuente : Tiempo Argentino

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para que se desasnen los que creen que el ambiente y el hombre son antagónicos

Jorge Devincenzi dijo...

Bueno, Yanzón dice muchas cosas. Dice también que este gobierno no defiende los derechos humanos, con lo cual puedo entender desde ottro lugar cuando alude al "#simpático" libro de Zaffaroni.,

Anónimo dijo...

Y, si defiende la megaminería no defiende los derchos humanos

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera