The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

martes, 6 de marzo de 2012

Las cosas por su orden

Por Enrique Martínez

Tal vez una de las características más desalentadoras del actual escenario político argentino sea la permanente tendencia a discutir, apasionadamente y de forma superpuesta, cuestiones de toda naturaleza, muchas de ellas fugaces, sobre todo sin tener un marco de prioridades conceptuales.
Ésta parece ser una condición de sociedades que están estructuralmente estabilizadas y que por lo tanto se mueven en los márgenes, analizando temas que a pesar del calor de las polémicas, no deciden el destino de la comunidad.
La historia de estos años muestra que hasta quienes creían poder darse ese lujo cabalgaban sobre tierra movediza. Menos lógica tiene que ese espejismo se instale en nuestro país, que todavía debe recorrer un largo camino para configurar una sociedad justa, sustentable y, por lo tanto, próspera. ( Todavía estamos en el purgatorio )

Estructuralmente, si debemos definir una cuestión crítica por sobre cualquier otra, ésta es la injerencia hegemónica del capital multinacional en casi todas las esferas de la actividad productiva, incluyendo los servicios y las finanzas.

Puede sostenerse que esto es un efecto directo de la globalización, pero esa afirmación no debería llevar a la conclusión que se trata de una condición inalterable y, además –y sobre todo–, hacernos olvidar u ocultar los efectos negativos que eso tiene sobre el horizonte de desarrollo de un país.
Éste no es el lugar para enumerar el menú completo de dificultades a eludir en una sociedad con su economía transnacionalizada. Veamos, sin embargo, uno de los subproductos culturales si se quiere más perversos: el respeto exacerbado por la gran escala de producción.
La mirada puesta en la inversión extranjera como mejor y hasta única salida para los problemas productivos del país, lleva rápidamente a pensar que serán grandes unidades productivas, de millones y miles de millones de inversión necesaria, las que constituirán el perfil deseable. Esta imagen está instalada y quienes hacen buen uso de ella son las grandes empresas que controlan cada sector.
De tal modo, cuando se examina la posibilidad de desarrollar pequeña industria lechera en regiones del país que no tienen instalaciones, aparece la objeción pública de las grandes controladoras de la actividad láctea en el país, señalando que no hay seguridad sobre la condición de aptitud bromatológica de leche tratada en unidades pequeñas. Por definición, se dice. Y, por supuesto, sin el más mínimo fundamento técnico.
Lo mismo dice la industria avícola, hoy concentrada en cuatro provincias, cuando se imagina que las restantes provincias se autoabastezcan.
La industria del biodiésel va más allá. Ha conseguido hacer suficiente presión como para que aún no exista una regulación que permita habilitar plantas pequeñas, que serían óptimas para uso local en todo el país, fundándose en que no se puede garantizar la seguridad operativa de esas plantas.

Más y más falacias, que germinan en esa idea que si no es una inversión gigante no será bueno.

En la confusa y poco valiosa, aunque apasionada, discusión sobre la minería que se ha dado en estos días, el gigantismo reaparece con fuerza.
En efecto, es en realidad el mejor fundamento subliminal para defender la minería en manos de las corporaciones transnacionales. Sin embargo, es uno de los espacios donde menos sentido técnico tiene. Si la actividad minera metalífera fuera considerada lo que en verdad es: el primer eslabón de una cadena de valor que termina en productos metálicos que se aplican a infinidad de usos; si desde el inicio se programara la actividad definiendo cuáles de esos productos finales se han de manufacturar en la misma zona donde está la mina; si se tratara que esos productos fueran muchos y diversos, de manera de constituir allí un tejido industrial denso; en tal caso, la construcción empresaria y técnica se haría al revés de lo que hoy sucede: desde el producto final hacia la mina, que es su proveedora primaria.
La mina, en realidad, sería plural. Tantas minas de dimensión humana y al alcance del capital local, público o privado, como fueran necesarias para abastecer mineral en cantidad suficiente para los usos finales que se proyecten. Los bienes que eventualmente se exporten en tal situación deberían ser bienes finales o intermedios, pero nunca primarios.
En tal escenario, la montaña se convierte en la caja de ahorros comunitaria, de la cual se extraen estrictamente los fondos necesarios para el funcionamiento de todo lo que sigue y además se la cuida en sentido estricto, esto es: se extrae justo lo que se necesita y con tecnologías que eviten hacer daño alguno a cualquiera otra actividad de la región o restarle recursos energéticos o de provisión de agua.

Lo expuesto es una lógica inversa a la de las inversiones enormes que buscan explotar de manera acelerada cada mina para exportar el mineral apenas concentrado. Para poder concretarlo hace falta sacarse de encima el prejuicio a favor del gigantismo y dejar debajo el respeto por lo nacional y lo comunitario. No parece imposible.

EL DISCURSO MINERO DE LA PRESIDENTA

Escrito por Enrique Mario Martinez

EL DISCURSO MINERO DE LA PRESIDENTA

Que dijo sobre minería la Presidenta el 1 de marzo de 2012:

.Recordó que la comunidad de Río Turbio defendió la vigencia de tener una mina en ese lugar, frente a alternativas que se planteaban para otros usos.
. Señaló el éxito de explotación con cuidado ambiental en Cerro Vanguardia en Santa Cruz.
. Complementó con comentarios respetuosos de medio ambiente, pero señaló que es prioritario producir riqueza, porque de lo contrario la vida desaparece en algunos lugares.

Qué no dijo sobre minería la Presidenta:
. Que la actual legislación minera tiene 20 años de antigüedad y no solo fue dictada por un gobierno neo liberal, sino que en 20 años en contexto ha cambiado tanto que prácticamente no hay país que no haya negociado mayores regalías de explotación. Del doble del valor de 1993 hasta 10 veces aquella tasa.
. Que en el país solo se llevan adelante las primeras etapas de extracción y concentración primaria. Para dar idea: La Alumbrera exporta 650000 toneladas de concentrado de cobre y oro anualmente, de las cuales el 28% es cobre, el 1% oro y el 3% molibdeno. El resto no es declarado como valioso. El valor final estimado de lo exportado, una vez refinado, es entre 10 y 50 veces lo exportado.
. Que la política de exportar concentrados primarios es contradictoria, de manera abierta, con el reclamo de industrializar la ruralidad. A esta consigna, le corresponde la paralela de industrializar la minería primaria.
. Que casi sin excepción la industria está en manos de corporaciones multi nacionales que en ningún caso han hecho desarrollo de proveedores nacionales ni por supuesto, intento alguno de integrar la industria aguas abajo en el país.
. Que una alternativa virtuosa de llevar adelante la minería es pensando en los bienes finales que queremos producir localmente, recorrer la cadena de valor hacia atrás y de allí definir el ritmo de extracción minera y no a la inversa. Esa lógica pondría la actividad al alcance de consorcios público privados nacionales.
. Que en este último caso hay un gran campo de desarrollo para producción de bienes de capital para minería en el país, que hoy directamente no existe.

En definitiva: Ante un reclamo esencialmente ambiental la Presidenta tomó el guante solo en ese aspecto. Sin embargo, es el conjunto de la actividad el que debe ser cuestionado. Hay tiempo de reformar la ley y cambiar todo el escenario. Se debe tener en cuenta que hay 51 proyectos en explotación, 340 en preparación (que podrían y deberían quedar encuadrados en una nueva ley) y mucho más por hacer, porque Argentina es una de las reservas mineras mundiales más relevantes.

3 comentarios:

roberto dijo...

Javier, cada día entiendo menos, quieren aclarar y se oscurece más.

Anónimo dijo...

Lo que queda en un cono de sombra es la política minera estatal

Javier dijo...

Queda en un cono de sombra que no se hable d emodificar el codigo minero y que siga indemne la ley de Gioja y Menem para saquear el pais.

Me parece excelente el copncepto de que se extraiga lo que sea necesario utilizar para la industrial local , ese debe ser para mi el concepto de mineria , que se usa para celulares , ok fabriquen los celulares en Andalgala y el estaño para las soldaduras se extrae en sitio por una cooperativa de trabajadores a cargo y en peueña escala , lo necesario para las soldaduras solamente.

Al ser en pequeña escala te independizas de las multinacionales porque no necesitas grandes capitales , no extraes mas recursos de los necesarios para tu propio desarrollo industrial , eso si creemos en el desarrollismo , es decir este sistema capitalista injusto con cierta inclusion y generacion de empleo .

Hace rato que yo creo en vivir con lo nuestro , no quiero inversiones extranjeras en mi pais

Un abrazo

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera