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lunes, 14 de mayo de 2012

El sinuoso camino del kirchnerismo

Por Martín Scalabrini Ortiz*. El sinuoso camino del kirchnerismo

En el marco de la iniciativa de la expropiación del 51% de YPF en manos de Repsol, es interesante realizar un análisis político sobre el papel del kirchnerismo en la realidad nacional, desde el punto de vista del pensamiento nacional, que es el que entiendo se trata de reflejar en este espacio.

El kirchnerismo es un proceso cruzado de contradicciones conformado por distintas corrientes, agrupaciones y partidos, con una fuerte base ideológica basada en el pensamiento nacional-popular. En el discurso, como mínimo, y en algunos hechos concretos. Creo que ha sido la fuerza política que permitió subir la vara de la discusión política. Si hubiera sido otra fuerza, seguramente más tirada a la derecha antinacional (recordemos que Menem salió primero y López Murphy salió tercero en 2003) no creo que hubiera existido el campo fértil para debatir ciertos temas. Por ejemplo veo impensable que otra fuerza, salvo Proyecto Sur, hubiera planteado el año homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz en en el 2009, en una victoria cultural impensada tiempo atrás, impulsada por uno de los grupos a quienes guardo mucho respeto. O la relectura de los autores del pensamiento nacional en los nuevos canales educativos como Encuentro, TV Pública u otros. Cuestiones que parecen menores, pero no lo son tanto, teniendo en cuenta la colonización pedagógica que sufrimos desde siempre y aún continúa en la base de las publicaciones más reaccionarias.

Como decía, el kircherismo no es homogéneo y está conformado por distintas corrientes, en su mayoría ancladas en lo nacional-popular. Recordemos que el proto Proyecto Sur estaba conformado por distintas personalidades que luego siguieron otro derrotero (Ana Lorenzo, Norberto Galasso, Horacio González, Hugo Barcia, Ana María Ezcurra, Carlos Juliá, Roberto Brennan, etc), más precisamente de apoyo a los gobiernos kirchneristas. Posteriormente siguieron el mismo camino algunos de quienes estuvieron más afianzados en el tiempo y en el proyecto, como Angel Cadelli, Alberto Lapolla y la agrupación La Scalabrini, por citar a algunos.

También existen innumerables agrupaciones políticas, sociales, universitarias, sindicales que en base a una formación y desarrollo del pensamiento nacional y, en algunos casos, de izquierda, también apoyan, algunos críticamente, a la actual administración. Me resulta harto difícil, sino imposible, explicar estas posiciones con el simple argumento de "cooptación". Sería interesante realizar un ejercicio intelectual más desafiante que la simple chicana o la acusación de traición que fácilmente se puede utilizar.

En los hechos concretos, el kirchnerismo ha tenido un derrotero sinuoso. En este espacio y en el blog, se han marcado las continuidades y semejanzas con el menemismo en ciertas áreas estratégicas de nuestra economía y el perfil industrial. De acuerdo a los datos duros, la concentración y la extranjerización se han mantenido e incluso aumentado en algunos sectores. El mantenimiento del modelo ferroviario y el modelo minero neoliberales, son incuestionables. El comercio exterior agropecuario sigue en manos de las grandes multinacionales, mientras continúa la concentración de los campos. Sin embargo, cada vez que el kirchnerismo se encontró con la pérdida de iniciativa o con una caída en su credibilidad e imagen, ha sabido, por convicción o conveniencia, generar medidas interesantes y progresivas. Es decir, cada vez que ha encontrado un problema o estado "contra las cuerdas", ha salido en la dirección correcta (salvo la aprobación de la ley Antiterrorista, una mancha difícil de limpiar o en su momento la Ley Corta de Hidrocarburos y la ley de incentivos a la exploración hidrocarburífera más la extensión de los contratos petroleros, principalmente Cerro Dragón y alguna otra iniciativa). Entre ellas, podemos encontrar la estatización de las AFJP, cambiando un paradigma importantísimo en el régimen de jubilaciones y pensiones, la Ley de medios audiovisuales, cuya lógica inicial era poner un coto a la impresionante concentración de medios del principal grupo mediático y alimentar la diversidad de voces, la Ley de Matrimonio Igualitario, la estatización de Aerolíneas Argentinas, y ahora, la nacionalización parcial de YPF.

Desde luego, lo que haya hecho o vaya a realizar el Gobierno con estas herramientas obtenidas con amplio apoyo popular, sobre todo la de YPF, es una cuestión posterior que hay que analizar bajo el concepto de gestión. Siempre hay tiempo para cambiar la gestión y la representación parlamentaria. Si manteníamos lo que estaba, era legitimar la continuación menemista. ( Coincido totalmente me paso por las bolas las criticas de la gestion en Aeerolineas o en YPF , porque para mi lo importante es que queden en poder del estado y las administraciones pueden cambiar no asi que sean servicios estrategicos que deben estar siempre en m,anos de los estados )

Por otro lado, los enemigos más virulentos del kirchnerismo provienen de los mismos sectores (o parecidos) a los que tuvo el peronismo histórico del 45. La Nación, La Prensa, las clases acomodadas, el medio pelo, la Sociedad Rural, los grupos empresarios más concentrados (aunque no todos ahora se expresan, se puede leer lo que piensan en El Cronista, El Economista, Fortuna, etc.) y la izquierda más dura, también histórica enemiga del peronismo al considerarlo un muro de contención frente a la rebelión obrera. Además, ésta última estará en contra de toda iniciativa que provenga del Estado capitalista burgués por una cuestión conceptual y por definición, ya que este Estado se encuentra al servicio de la burguesía y el imperialismo. Nunca han tenido resuelta la discusión de la cuestión nacional.

El kirchnerismo ha marcado un proceso histórico definido, nos guste o no. El resto de las fuerzas políticas, salvo Proyecto Sur, no ha levantado, en forma contundente, las banderas de la emancipación nacional. Sin embargo, existen grupos dentro de las otras fuerzas políticas que podrían también ser partícipes de acciones comunes con este denominador común. No estamos hablando, por supuesto, del PRO, que no tiene ningún tipo de afiliación política ni de construcción ideológica determinada porque es la no-política. Y la no-política juega a favor de los intereses del establishment, convirtiéndose per se en una fuerza de derecha. La social-democracia ha resultado ser en nuestro país una expresión del liberalismo político con algunas preocupaciones sociales, pero que en definitiva no parece ser una fuerza que pueda tocar los intereses más profundos de nuestra dependencia o nuestra situación neocolonial. A pesar de que existan, dentro de ella, grupos progresistas que apunten en esa dirección. El radicalismo está atravesado por un pensamiento, también social-demócrata por un lado y conservador por otro, que ahora está haciendo eclosión frente a la posición asumida por el partido ante el proyecto de YPF.
Desde luego, este es un breve análisis que pretende ser un punto de partida para la discusión política de la realidad actual y enriquecer el debate con quienes comparten una base común de pensamiento.

En fin, en mi opinión, para la construcción de la Patria es necesario dejar de lado partidismos, divisionismos y claramente jugar con aquellos sectores con los cuales se puedan realizar acciones comunes en el sacrificado y sinuoso camino de la liberación nacional.

* Ingeniero Proyectos Gas y Petróleo / Miembro del Consejo Editorial Revista Industrializar Argentina / Candidato de Proyecto Sur en las elecciones nacionales de 2011

A mi el texto y su procedencia me parce por demas interesante pero probablemnete no esta a la altura de las descalificaciones que provienen de quienen ven la realidad bajo un prima de bipolaridad absoluta que obtura cualquier tipo de debnabate serio de como alcanzar la emancipación de nuestro pueblo pensando mas en el lejano plazo y con quienes debemos contar para dar esas batallas aún pendientes para liberar a nuestro país .

Fuente: Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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