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miércoles, 23 de mayo de 2012

Próxima parada: estación Darío y Maxi

Próxima parada: estación Darío y Maxi

Serie "San Darío del Andén". Sub Coop, www.sub.coop

Por J. P. Gardes.

A diez años de la “Masacre de Avellaneda”, la comisión de Transportes de la Cámara de Diputados aprobó ayer un proyecto de ley para que la estación de trenes de Avellaneda cambie de nombre y pase a llamarse "Darío Santillán y Maximiliano Kosteki".

Después de su aprobación en la comisión de Transportes, el dictamen fue girado a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías que preside Remo Carlotto -FPV-, donde se espera que reciba un rápido tratamiento para poder ser votado en la próxima sesión de la Cámara baja. La diputada Liliana Parada, vicepresidenta primera de la Comisión que ya dio su aprobación, destacó la “legitimidad” con que cuenta la propuesta, ya que refleja un cambio de denominación que ya es habitual entre los usuarios del tren Roca. Finalizada la reunión, afirmó que “lo que nosotros venimos a hacer es simplemente ratificar lo que el pueblo ya decidió. En este sentido, la ley es solo un paso formal, que es importante y que le da el ‘paraguas’ institucional, pero que tiende a formalizar algo que ya decidió el pueblo”.

El proyecto actual retoma una iniciativa anterior, que venía siendo representada desde el año 2006 por el diputado Eduardo Macaluse (M.C.). En su fundamentación, consensuada con los familiares de las víctimas y las organizaciones donde éstos militaban, se expresa: “Sus nombres representan la dignidad y la solidaridad, en contraste con la prepotencia y la crueldad de los poderosos que planificaron y ejecutaron sus crímenes. Es por ello que proponemos que se le asigne el nombre ‘Darío Santillán y Maximiliano Kosteki’ a la actual Estación de Avellaneda; este aporte a la memoria colectiva constituirá un paso más acompañando el reclamo de justicia”.

Desde el 26 de junio de 2002, momento en que se llevó a cabo la represión a la protesta social que dejó como saldo dos jóvenes asesinados y decenas de heridos de bala y que se conoció como Masacre de Avellaneda, distintos organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas, sindicales, culturales y familiares, y amigos de Kosteki y Santillán, vienen realizando diversas actividades con el objetivo de reclamar justicia y mantener la memoria sobre aquellos sucesos que marcaron la historia política nacional reciente.

En ese contexto se inscribe la reapropiación, material y simbólica, de la Estación donde uno de los jóvenes, Maximiliano Kosteki, agonizó hasta fallecer, y el otro, Darío Santillán, fue fusilado por la espalda cuando intentaba auxiliarlo. Se trata de una de las estaciones ferroviarias más importantes del conurbano, que en la actualidad lleva por nombre el del ex-Presidente de la Nación Nicolás Avellaneda, impulsor de otra Masacre, la denominada Campaña del Desierto, a fines del siglo XIX. (Nicolás Avellaneda juró pagar la deuda "sobre el hambre y la sed del pueblo".)

Sin embargo, hace años ya que quienes transitan por el lugar perciben los carteles que anuncian: “Estación Darío y Maxi”. En el predio lindero al hall central, se alza una edificación construida en los últimos años por los compañeros del Movimiento de Desocupados en el que militaban Kosteki y Santillán, a través de la cooperativa de obra “Raimundo Villaflor”, donde se desarrolla un polo textil que ocupa a 20 trabajadoras. A esta actividad laboral se suma una constante actividad militante y cultural que dio forma a un espacio en construcción permanente que incluye obras de reconocidos artistas, junto a grafittis, intervenciones y esculturas soldadas a la infraestructura tradicional de la estación. Allí se convocaron muestras artísticas, festivales solidarios y resultó un lugar de encuentro de las organizaciones populares de la zona sur del conurbano bonaerense. Diego Abu Arab integra el Frente Popular Darío Santillán, es delegado de la Junta Interna de ATE en el Ministerio de Trabajo, y también artista. Explica: “nuestra justicia es también crear una memoria que contenga nuestra historia. Nos manifestamos políticamente todos los días en la calle, pero también lo hacemos de muchas otras maneras. Es un diálogo político a través de otro lenguaje, desde un soporte artístico del discurso”.

Ese soporte artístico, en tanto voz del arte que fluye, retrocede para tomar impulso y arremete, inmortalizando imágenes, sonidos, olores y texturas, en paredes, vidrios, espejos, pisos, techos y ventanas, se convierte en vehículo de transmisión de la memoria para quienes circulan cotidianamente por la Estación, interpelándolos en su permanencia y continua renovación. La memoria muestra así, de esta manera, su rostro colectivo, de diálogo intersubjetivo, resistencia y lucha por justicia. Memorias de un pasado doloroso cargado de resistencias, historias encadenadas, hilo conductor de la injusticia que se hace presente, día a día, en un espacio público y abierto que, ahora, con la posibilidad de ser reapropiado hasta en su nombre, se constituye desde el trabajo colectivo como presente y futuro de organización, memoria y dignidad.

El taller textil construido por los desocupados en el espacio de la Estación


El andén también es escenario de murales y pinturas

Fuente : Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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