Por Alan Daitch*.
Primera entrega de una serie de notas que analizan el fenómeno Google.
La empresa hegemónica que hoy domina internet y maneja información de
millones de personas en todo el mundo.
Juan se levanta a la mañana, al escuchar el despertador de su celular Samsung que, como el 75% de los smartphones del mundo, funciona con Android, el sistema operativo de Google para celulares. Aprovecha para revisar desde el teléfono su casilla de Gmail (Google Mail), así como otras 425 millones de personas que lo hacen el servicio de mails más utilizado, y revisa sus planes para el día en Google Calendar. Antes de comenzar su día, acostumbra a leer las noticias más destacadas en Google Noticias,
aprovechando que compila información de casi todos los medios de
comunicación del mundo. Como tiene que ir a una entrevista de trabajo,
se fija la dirección en Google Maps y busca el nombre de quien le va a hacer la entrevista en Google. Esta búsqueda es una de las 4.717 millones que recibirá Google durante el día. Encuentra un video del ejecutivo, subido obviamente a Youtube, la plataforma de videos de Google, la más grande del mundo, en la cual se suben 72 horas de video por minuto. Como le molesta ver el video en la pantallita del celular, prende la PC y abre el Google Chrome, el navegador más usado del mundo a partir de este año, destronando al histórico Internet Explorer. Antes de salir, manda un mail al GoogleGroup que comparte con sus amigos para avisarles que no podrá acudir al asado de esa noche.
El detalle más interesante es que esta suerte de
hegemonía que se genera no le cuesta de manera directa al usuario ni un
solo peso. Sin embargo, toda esa masa de información sobre el mismo que
se carga a los servicios de una sola empresa sí tiene valor, y mucho. El
96% de los ingresos de la empresa se deben a publicidad por internet. Google ha desarrollado AdWords,
el sistema más avanzado y eficaz para generar publicidad efectiva y
relevante: al poder analizar los mails, las webs que navega, los lugares
que frecuenta, los videos que ve y las cosas que busca el usuario,
cuando navegue no irá viendo anuncios genéricos de publicistas sino
aquellos diseñados especialmente para él y relacionados con su vida.
Esta recopilación masiva de todo lo que hacemos en la
web se ha acentuado este año con la unificación de las políticas de
privacidad entre sus diferentes productos, permitiendo a la empresa
combinar la información que recopilan sobre nosotros en sus diferentes
plataformas, reavivando la polémica al respecto.
Es importante resaltar que Google no vende datos personales, sino que
ofrece a los anunciantes realizar una segmentación para que, por
ejemplo, si el anunciante vende viajes al exterior, su anuncio se le
presente a quienes hayan visitado recientemente webs sobre hoteles, o
quienes en sus mails hayan utilizado términos como “vacaciones”. Esto
siempre se realiza sin informar al anunciante la identidad de a quiénes
se les presenta el anuncio.
Juan consiguió su entrevista laboral introduciendo en
google “busco trabajo” y haciendo click en el primer resultado que
obtuvo, Empleos Clarín. Por cada click, Clarín paga a Google un promedio
de $5. Sin embargo, Juan no aplicó a ningún empleo al ingresar a la web
la primera vez, porque no encontró ninguna oferta laboral interesante, y
siguió su búsqueda. Al quedar registrado el ingreso de Juan a esa
página, súbitamente comenzaron a aparecer anuncios gráficos de Clarín
Empleos en muchas páginas que Juan frecuentaba hasta que, seducido por
uno que decía “Mirá los nuevos empleos de esta semana”, Juan ingresó
nuevamente a Clarín Empleos, por un click que le puede haber costado a
Clarín unos $2, y finalmente encontró una oferta interesante de trabajo.
Ese día, Google ganó $7 y por año gana un promedio de 30 dólares por
cada una de las más de mil millones de personas que utilizan Google
todos los meses.
¿Un monopolio por elección?
La posición inmensamente dominante de Google por sobre
cualquier otra compañía en el rubro es incuestionable. Sin embargo, a
diferencia de Microsoft, esta posición no fue generada por ser los
pioneros de un mercado (como lo fue el de las PCs en su momento) sino
que Google surge cuando ya había otros buscadores (Yahoo!, Altavista) y
va adquiriendo su lugar en el mercado a costa de la altísima eficiencia
del servicio que provee, generando resultados relevantes de búsqueda en
centésimas de segundo, al punto que Yahoo! hasta el 2004 utilizó el motor de búsqueda de Google.
Actualmente, este nivel de dominación sobre el mercado ha llegado a generar el debate en la Real Academia Española para aceptar la palabra “googlear” como válida.
La pregunta más difícil es: ¿cómo se controla este nivel de
monopolización? Al ser un servicio web, no se puede limitar la cantidad
de stock a producir, ni limitar su alcance geográfico, ni obligar a los
usuarios a no utilizarlo.
¿Cómo se controla a un monopolio que es gratuito y
gana por calidad? La concientización masiva sobre este fenómeno, ¿nos
hará utilizar peores buscadores o servicios para simplemente evitar un
monopolio? ¿Dónde entra este tipo de control sobre el mercado con mayor
crecimiento mundial en las teorías económicas de la izquierda y la
derecha?
Google no solo es la empresa con mayor hegemonía en la
web: es un organismo complejo, orgánico, lleno de dimensiones y mitos.
Se pueden analizar múltiples dimensiones del mismo: su relación con el
medio ambiente, con sus trabajadores, con la libertad de expresión y con
sus competidores, por ejemplo. De eso iremos hablando en las siguientes
notas.
* Miembro Calificado de Google AdWords con
especializaciones en publicidad basada en red de búsqueda, publicidad
basada en red gráfica y publicidad basada en informes avanzados /
Participante de la Cumbre Mundial de AdWords 2012 en las oficinas de Google en Mountain View, California a la que asistieron 53 usuarios expertos de AdWords de todo el mundo.
Fuente : Marcha
Fuente : Marcha
No hay comentarios:
Publicar un comentario