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viernes, 16 de noviembre de 2012

Histórica elección gremial en Clarín

Histórica elección gremial en Clarín Tras doce años sin comisión interna, los trabajadores de Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA), la empresa que contiene publicaciones gráficas y digitales del grupo Clarín, eligió a sus representantes en una elección masiva.
Un total de 505 trabajadores de Clarín, Olé, La Razón, Muy, Zonales, Fotografía, Diseño, Suplementos, Ole.com, Clarin.com, Zonales.com, Pymes, Viva, Arquitectura, Ñ, Elle, Genios y demás publicaciones de AGEA, eligieron ayer a sus representantes en la interna gremial. El diario era el único de los grandes medios que no contaba con delegados gremiales. El proceso se dio con total normalidad, según anunciaron desde la Junta Electoral, desde las 10 de la mañana hasta las 22. Resultaron electos, dentro de la lista 1, la única presentada, Francisco Rabini, Matías Longoni, Carlos Liascovich, Horacio Bilbao, José Angel Mateos y Fabricio Soza como delegados gremiales. El hecho cobra especial relevancia porque en la empresa EGEA hace 12 años que no se realizan elecciones de junta interna y es el medio de alcance más masivo y con una gran planta de trabajadores.
Twitter se pobló de mensajes como “Soy trabajador/a de Clarín y hoy voy a votar para recuperar mi Comisión Interna tras 12 años” bajo los hashtag #15N y #eleccionesclarin. También allí recibieron saludos, muestras de aliento y felicitación a la cuenta @delegadosclarin, gestionada por sus delegados paritarios e impulsores de este proceso eleccionario.

Hace una semana aproximadamente, los trabajadores de Clarín habían recibido el apoyo de los delegados gremiales y paritarios de Página 12, El Cronista, Veintitrés, Diario BAE, Miradas al Sur, Editorial Perfil, Tiempo Argentino, Revista Veintitrés, Crónica, La Nación y Télam, entre otros. Consideraron que la elección “se trata de un paso fundamental para la realización de la actividad gremial en AGEA, lo cual constituye un derecho elemental de todos los trabajadores“. La solidaridad del conjunto de los trabajadores de prensa con los de Clarín, no es del todo una novedad. El 2 de octubre de este año en todas las redacciones se realizó un aplausazo en apoyo al reclamo por libertad sindical y por el cumplimiento de las paritarias. En abril de este año los trabajadores de AGEA consiguieron después de diez años tener delegados paritarios y firmaron su primer acuerdo de negociación salarial en 37 años, logrando que la empresa respete los básicos de convenio y efectivice a decenas de trabajadores. El 27 de septiembre también habían quitado la firma en diarios como BAE, Crónica y Página 12, sumando los reclamos particulares de Clarín al pliego de reivindicaciones general.
El miércoles también se habían elegido miembros de la comisión interna en otro de los espacios centrales para el sindicato de prensa, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. En Télam, la agencia estatal de noticias, se dio una elección record en la que participaron 551 trabajadores. La lista "Unidos por Télam" obtuvo 276 votos contra 242 de su rival, "Entre Todos".

Clarín: La gran resistencia argentina

Desde Ana Ale intentando organizar a sus compañeros en plena dictadura militar hasta este momento, la historia de los trabajadores de Clarín se ha convertido de alguna manera en un paradigma de la ofensiva y persecución empresaria ante la organización gremial. También, no está de más decirlo, en cuanto a las condiciones laborales y la política de precarización y fragmentación que sufren quienes trabajan en los medios de esa empresa mediática. Pero década tras década, los redactores, editores, cronistas, diagramadores, fotógrafos, infógrafos, administrativos y pasantes, intentan desafiar ese poder y poner en pie su organización gremial. En un comunicado que vio la luz el año pasado,  trabajadores despedidos de distintos medios de AGEA en los últimos 35 años, denunciaron "la sistemática violación a los derechos de los trabajadores, el desconocimiento de la libertad sindical, la persecución gremial, la judicialización de los conflictos laborales, el desobedecimiento de las órdenes judiciales de reinstalación de representantes gremiales y su persecución". También rechazaron "el intento de criminalizar a delegados y trabajadores y la discriminación por cuestiones políticas e ideológicas que el Grupo Clarín lleva adelante desde la instalación misma de la dictadura militar hasta hoy, y que ha producido no menos de 1.500 despidos en estos últimos 35 años".

Los hechos más conocidos se remontan, por un lado, al despido de la comisión interna en 1991, de la cual formaba parte Pablo Llonto (autor al año siguiente del libro “La Noble Ernestina”), a quien le prohibieron ingresar a la empresa, aunque fue reelecto por sus compañeros hasta el año 1999, ya con la comisión interna desarticulada y en su ausencia. Por otro lado, quizás el hecho más presente en la memoria reciente, tiene que ver con los 117 despidos del año 2000, también incluyendo al conjunto de sus delegados electos apenas 3 meses atrás, entre ellos Ana Ale, quien es reconocida por todos como el motor incansable de la organización de los trabajadores de Clarín.

La militarización de la zona del diario en ese momento, con efectivos policiales impidiendo el acceso a la empresa, con empleados filmando las asambleas para hostigar a quienes en ellas participaban, y el ninguneo de la por entonces ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, por miedo a enfrentarse al poderoso medio, fueron un duro golpe para los periodistas.
La esquina del diario hoy lleva el nombre de Ana Ale en su homenaje, ya que falleció en 2005. Pablo Llonto, quien era su pareja y padre de sus hijos, además de ser compañero activista dentro del diario, la recordó en el acto que se hizo al inaugurar un mural con su imagen, con las siguientes palabras: “Queremos que este mensaje llegue a los más jóvenes, que el recuerdo de la Negra Ana, la última secretaria general de la comisión interna que también fue joven, también peleo. Y sobre todo que los periodistas, que defendemos la libertad hacia afuera, la libertad de expresión, también defendamos la libertad hacia el interior, la de organizarnos”.

Tal vez la impronta de Ana Ale, de los 1500 despedidos en los últimos 35 años y de las decenas de delegados y activistas gremiales que pusieron lo mejor de sí para que los trabajadores de prensa del grupo AGEA puedan tener la libertad y hacer uso de su derecho de organizarse gremialmente, hayan estado sobrevolando hoy el barrio de Constitución, alentando, dando fuerza para esta nueva etapa que comienza.

Fuente: Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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