El Futuro de la Revolución Bolivariana
Ojalá el presidente se restablezca y pueda cumplir con la voluntad popular expresada en las urnas.
Desde hace un año y medio, Hugo Chávez sufre
un cáncer agresivo. Arribó a La Habana para someterse a la cuarta
intervención quirúrgica, que viene con una carga extra: detectaron
células malignas en la misma zona en que le fueron curadas meses atrás.
El 11 de mayo pasado, el presidente bolivariano anunciaba que el exitoso
tratamiento de radioterapia recibido en Cuba le permitía retomar sus
actividades y por eso, el 1 de julio, se ponía al frente de la campaña
electoral para renovar su mandato presidencial, contemplado en la
Constitución Bolivariana. El 7 de octubre pasado, con el 55% de votos a
favor y con 10% encima de Henrique Capriles, el candidato opositor,
Chávez ganaba una vez más en las urnas. Este militar revolucionario que
ejerce el Ejecutivo de Venezuela desde febrero de 1999, dijo el pasado
sábado que, en caso de incapacidad o muerte, tal como lo mandaba la
Carta Magna del país, los venezolanos debían ir a las urnas y elegir un
sucesor.
El hombre que lleva 13 años en el Palacio de Mirasoles acusado por la
gran prensa nativa e internacional de ser la bestia negra del
continente, no dudó en esgrimir un ejemplar de la Constitución que él
mismo diseñó y que el pueblo aprobó durante el primer año de mandato
para justificar que, más allá del resultado, si él sale de escena, es
imprescindible que los venezolanos no se aparten de las leyes. Muchos
analistas se lanzaron, de inmediato, a señalar que Nicolás Maduro,
canciller desde hace años, vicepresidente electo para el mandato
2013-2017 y señalado por Chávez como su candidato, era chofer de
subterráneo.
Los sesudos analistas señalan, por si fuera poco, que nada
podrá hacer Maduro contra el abogado Capriles. El desprecio a un
dirigente político por su origen obrero en la actual América Latina
revela no sólo un elitismo vibrante sino el desconocimiento feroz de
cómo orientan sus simpatías los pueblos. La gran prensa se permite
naturalizar la discriminación sin reparar que el mismo Capriles tiene
abuelos de parte materna (Radonski) sobrevivientes del Holocausto y que
su propio apellido paterno es de origen judío sefardí. Tanto habló, por
años, la gran prensa de la persecución de los judíos en Venezuela y, sin
embargo, durante la campaña jamás pudieron consignar una sola frase que
surgiera del chavismo en contra de Capriles por su pertenencia a la
comunidad judía venezolana.
Es completamente incierto el panorama respecto de cómo puede evolucionar
el tratamiento de Chávez, pero fue él mismo quien le dio toda la
información al pueblo. Usó la cadena nacional para evitar las
especulaciones sobre su salud. Y eso viene muy al caso porque el próximo
domingo hay comicios para elegir quiénes quedarán al frente de las 23
gobernaciones en las que está dividido el país. Una junta médica de
especialistas provenientes de Cuba, Venezuela y Brasil estudiará la
conveniencia de la operación y, de paso, evitan que en esta semana
alguien pretenda decir que Chávez utiliza su enfermedad para seducir
electores el próximo domingo.
LA LETRA DE LA LEY.
Más allá de las pasiones y tratando de no caer en el
juego maniqueo de la derecha, es difícil prever resultados de
elecciones presidenciales en Venezuela sin Chávez. Ojalá el presidente
se restablezca y pueda cumplir con la voluntad popular expresada en las
urnas el pasado 7 de octubre. Sin embargo, lo dramático de sus palabras
revela que los venezolanos deben digerir desde ahora cómo se
comportarían electoralmente ante su ausencia.
Días pasados, Telesur
emitía un documental de un realizador español sobre los planes de
vivienda popular en el Gran Caracas de un valor didáctico y sociológico
extraordinarios. No sólo mostraba los avances de la Gran Misión Vivienda
Venezuela para urbanizar las barriadas de las laderas de la ciudad sino
también muestra los matices y contradicciones propios de la
relocalización de barrios humildes o la construcción de barrios al lado
de urbanizaciones de clase media. Se muestra la gran paradoja de que
muchos habitantes de clase media se quejan: señalan el miedo que les
producen sus nuevos vecinos, muchos de los cuales –según ellos–
provienen de actividades marginales, y temen que entren a robar a sus
casas. Amén, por supuesto, de la desgracia de la desvalorización de sus
propiedades.
Es muy necesario pensar que 13 años de crecimiento
ininterrumpido, con diez del petróleo en manos del Estado como fuente de
reasignación de recursos a favor del pueblo, no sólo mejoraron la
calidad de vida de los más humildes sino que permitieron la elevación
del consumo de sectores que ahora nadie duda en calificar como de clase
media. Las tensiones respecto de la reasignación de riquezas y recursos
no son sólo las peleas simbólicas por identidad política sino que en
muchos casos son económicas, son de intereses. Muchos empresarios
venezolanos se quejan por el poder que tienen los sindicatos y, en
consecuencia, por "el costo laboral". Y se quejan por los impuestos que
pagan. No sólo los grandes. Muchas veces pequeños propietarios
inmobiliarios, por poner un ejemplo, ven como una intromisión del Estado
el mero hecho de regular el precio de los alquileres. Venezuela, a
través del Ministerio de Vivienda y Hábitat, tiene un registro de
viviendas en alquiler y cuenta con un organismo –la Superintendencia
Nacional de Arrendamientos de Vivienda– que actualiza el valor del
inmueble que se alquila y establece el precio del alquiler por un
coeficiente de ese valor. Es más, el propietario tiene una carga
impositiva mucho mayor cuando tiene varias casas o departamentos que
ofrece en alquiler al mercado. Es decir, desde la óptica mercantilista
liberal, ciertos sectores ven esto como una intromisión, mientras que
desde el punto de vista de quienes no son propietarios de una casa y
deben alquilar, si el Estado no regula, sienten una indefensión ante la
falta de un derecho elemental como es el de la vivienda.
Entonces, ante este anuncio de Chávez, se plantea una serie de
cuestiones que ponen una prueba dura a quienes fueron parte de la
Revolución Bolivariana pero que quizá no sientan la misma convicción si
no está el líder natural de esta transformación.
¿Cuál será el imaginario colectivo de estos sectores que accedieron a
más consumo? ¿Será un ascenso social individualista que trata de borrar
sus orígenes y copiar los anuncios publicitarios que les dan dinero a
esos grandes medios? ¿O, por el contrario, esos sectores sociales
beneficiados por la Revolución Bolivariana podrán poner en valor el
proceso colectivo que vive esa nación?
Parece necesario detenerse en el dramatismo de la hora de Chávez para
buscar respuestas. Si el líder bolivariano, tras un triunfo holgado como
el del 7 de octubre, quisiera privilegiar la construcción de su propio
proyecto político, no sólo designaría a su eventual sucesor como
candidato sino que, directamente, promovería alguna enmienda legal o
forzaría al Congreso para plebiscitar el triunfo y conjurar una eventual
elección con resultados inciertos. Chávez no dudó: ejemplar de la
Constitución en mano, le dijo al país, a propios y ajenos, que la ley
obliga, "en caso de renuncia, muerte o destitución por el Tribunal
Supremo de Justicia", a llamar a elecciones en los 30 días siguientes.
Es más, la Constitución establece que "no podrá ser elegido presidente
quien esté en el cargo de vicepresidente ejecutivo". O sea, Maduro
debería renunciar a su cargo de vicepresidente en ese caso para poder
hacer campaña desde el llano.
Desde ya que es muy doloroso pensar en escenarios donde Chávez esté
inhabilitado para continuar. Sin embargo, dado que fue él mismo quien
planteó esa posibilidad, es conveniente avanzar un poco más en el
análisis, desde la perspectiva argentina y también latinoamericana.
Quienes despotrican contra Chávez tienen como uno de sus argumentos
favoritos que con petróleo cualquiera habla de socialismo. Error grave.
Venezuela tenía riqueza petrolera antes y quedaba en pocas manos. No tan
pocas, porque hasta la dirigencia sindical petrolera se subió al lock
out del cual se cumplen ahora diez años y que pretendieron derribar al
gobierno de Chávez a sólo tres años de mandato y cuando nueve meses
atrás (golpe de abril de 2002) habían llegado hasta a secuestrar al
presidente y usurpar por unas horas el poder.
Petróleos de Venezuela
(PDVSA) es una empresa estatal y su renta es usada en beneficio de los
sectores populares. Educación, salud, vivienda, transporte. Además,
tiene relación estrecha con otras petroleras públicas o mixtas del
continente. Por caso, Ecuador recuperó soberanía petrolera y el año
próximo empezará la construcción de una destilería, vital para Ecuador,
que exporta crudo e importa combustibles. La planta la hará PDVSA. Ahora
viene lo delicado y conviene no equivocarse: el odio de la gran prensa a
Chávez por su relación con Irán está hecho a medida de los intereses de
las petroleras privadas internacionales norteamericanas y británicas
que aspiran a contar con un gobierno títere que remplace al gobierno de
Mahmud Admadinejad. Por pena, una parte significativa de sectores
medios, en Venezuela, en Argentina y en el resto del mundo, están tan
identificados con valores neoliberales que no se paran ni un segundo a
pensar lo mal que la están pasando muchas clases medias precisamente por
los ajustes del poder concentrado.
Correr el velo del desprecio y el odio con el que los medios hegemónicos
trataron a Chávez no tiene el sentido de pretender que todo el mundo lo
aplauda. Habrá quienes no se identifiquen con su estilo, incluso con
sus medidas, y hasta quienes sostengan que la democracia está hecha para
la alternancia de gobernantes. A esos sectores les convendría reparar
en que el estilo es este, el de hacer cumplir una Constitución que
obliga a llamar a unas elecciones peligrosas para el chavismo. Las
medidas son las que ayudaron a que, como símbolo, un chofer de
subterráneo sea quien podría aspirar a sucederlo. Y la alternancia se da
si la voluntad popular, expresada en las urnas y en respeto de las
normas constitucionales, elige a otro candidato. Si no, la alternancia
no procede. Cualquiera puede ir a preguntar por qué no cambia un
presidente de una multinacional. La respuesta será que los accionistas
deciden quién dirige y los estatutos de las empresas poderosas tienen la
precaución de no impedir nuevos mandatos si los presidentes de esas
compañías les hacen ganar plata. Claro, son puntos de vista. En un caso,
para mejorar la vida de un pueblo; en el otro, para continuar con
privilegios.
Yo entiendo que la alternacia permite reforzar las fuerzas politicas , si queres las burocracias partidaria , por ejemplo el PRI goberno como 70 años consecutivos sin reelección , se premia a los partidos en detrimento de los líderes pero tambien sigue siendo lamentanble que se voten personas en lugar de ideologías. Y tambien la organizacion vence al tiempo y nunca las personas
Fuente : Tiempo Argentino
martes, 11 de diciembre de 2012
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5 comentarios:
Lo que es el ansia de poder.
Te acordas cuando volvio de Cuba anunciando que estaba "completamente curado" y con las elecciones que se venian?
Chavez es un despota, persigue laburantes, mantiene la pobreza y una economia que compra al exterior el 70% de los alimentos que producen.
A esta altura decir que es socialista o revolucionario es una fantochada que no resiste menos analisis.
En Venezuela la protesta social se reprime peor que en la Argentina, a los judicializados les puede caber la justicia ordinaria o la militar.
Ni hablar de los militantes trotskistas asesinados durante su regimen.
Y otros tantos dirigentes sindicales o delegados discolos despedidos de las empresas con el aval del gobierno.
Chavez no es pro Javier
No coincido eespecto de que Chavez si ha configurado otra vision de latinoamerica como ningun otro lider de la region , solo el hoy habla contra el sistema imperante quien lanzo las mayores iniciativas ara la region desde la Celac , Telesur , la radio del sur , si bno consideras que eso sea ningun avance me parece que soslayas la realidad de que hoy el mundo marcha en un sentido contrario y la revolucion bolivariana ha sido el faro que ilumina nuetsra region , el salir del CIADI , el abandonar el TIAR , el plantear el socialismo aunque no te satisfaga en la practioca , pero las nacionalizaciones van en ese camino .
Lo que pienso tambien es si no fue irresponsable al haber sido nuevamente candidato sabiendo el problema grave de salud que tenia , pero parece que sin Chavez tal vez hubiera ganado Capriles para celebracuion de nuestra derecha y la embajada yankee de volver a disponer del control del petroleo venezolano
Si, tambien su apoyo a Kadafi, a Al Assad y cualquier carnicero de medio oriente.
Es logico que para vos sea un faro, cualquier reformista ex pc piensa que cualquier tipo que habla de socialismo es un revolucionario.
20 años en el gobierno y en Venezuela lo unico que existe es un ejercito de pobre y los que tienen suerte de laburar ganan salarios miserables.
Fijate que bancas hasta Cristina, que jamas hablo de socialismo y mucho menos lo pone en practica!
Y despues esa fijacion que tenes con la derecha, o es un problema de lateralismo o una especie de fetichismo, porque vos sos marcadamente un tipo de derecha, Javier
Saludos
Ok yo soy de derecha , porque para vos Capriles y Chavez son iguales y en caso de convocarse a elecciones si perdiera Maduro y ganara Capriles para vos no seria ninguna preocupacion , si aca fue toda la derecha mas reclacitrante a apoyar a Capriles parece no significar nada para vos
No, no significa nada porque tanto Chavez como Capriles, no estan para solucionar los problemas de los trabajadores venezolanos.
Como Cristina tampoco cumple esa funcion en el pais.
Sos de derecha, apoyas un gobierno gorila, punto.
Saludos
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