PIDEN PERPETUA PARA 14 DE LOS 17 ACUSADOS EN EL JUICIO POR EL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA
Los abogados del CELS, que representan a la familia de Ferreyra,
identificaron al ex secretario de la Unión Ferroviaria José Pedraza como
“instigador” del homicidio. Señalaron que el móvil del crimen era que los
reclamos de los tercerizados no salieran a la luz.
Por Ailín Bullentini
La querella de la familia de Mariano Ferreyra, el joven militante del
Partido Obrero asesinado en octubre de 2010, solicitó que el Tribunal Oral
en lo Criminal porteño Nº 21 condene a prisión perpetua a 14 de los 17
acusados de planificar, llevar a cabo y colaborar con el crimen. Los
abogados del CELS Maximiliano Medina y Alberto Bovino consideraron que el ex
secretario general del gremio Unión Ferroviaria José Pedraza y su número
dos, Juan Carlos Fernández, fueron los instigadores del homicidio calificado
por concurso premeditado de dos o más personas. A los delegados Pablo Díaz y
Daniel González, a los ferroviarios Salvador Pipito y Gabriel Sánchez y al
barrabrava Cristian Favale los señalaron como coautores del crimen. El
delegado Claudio Alcorcel y los policías federales Hugo Lompizano, Luis
Mansilla, Jorge Ferreyra, Luis Echavarría, Rolando Garay y Gastón Conti
fueron partícipes necesarios. Por ser coautores de encubrimiento del
homicidio, los abogados solicitaron cuatro años de prisión para Juan Carlos
Pérez y Guillermo Uño, en tanto que exigieron una pena de un año en suspenso
al efectivo David Villalba, por omitir deberes de funcionario público. Tras
más de 10 horas de alegato, Medina exigió “en nombre del CELS, del
movimiento de derechos humanos de Argentina y de esta mujer (en referencia a
Beatriz Rial, mamá de la víctima fatal de los hechos juzgados) que hace dos
años espera en silencio, una sentencia que otorgue justicia completa y
abarcativa para poder dar vuelta la página y volver a empezar”.
Bovino y Medina comenzaron a desandar su alegato pasadas las 10, luego de
que el ex comisario Lompizano explicara al tribunal las razones de su
ausencia el pasado viernes –el TOC decidió, al final de la audiencia,
concederle la excarcelación solicitada por su abogada defensora–.
Para la querella de la familia de Ferreyra, el homicidio del militante del
PO es la “máxima exposición de cómo se ejercía el poder en la Unión
Ferroviaria (UF) bajo el mandato de Pedraza, un mecanismo que le permitía
hacer grandes negocios con el sudor y la sangre de los trabajadores”. El
objetivo de mantener encendidos los “grandes negocios” de la cúpula de la
UF, de ribetes políticos y económicos, fue el hilo argumental con la que
estructuró el alegato.
Cacería humana
Lo sucedido aquel 20 de octubre de 2010 en Barracas formó parte de un “plan
criminal ejecutado fría y cobardemente para amedrentar a quienes reclamaban
por sus derechos”, sentenció Medina. Dirigentes gremiales, patota y policías
“participaron de la cacería humana” en la que “con piedras, palos y armas”
un grupo de ferroviarios atacó a los tercerizados, agrupaciones políticas y
sociales, mató a Ferreyra e hirió a otros tres militantes. Antes, su colega
enmarcó el homicidio en el proceso de tercerización, haciendo especial foco
en las características que adquirió en la ex línea Roca, en el papel que la
UF tuvo en ese proceso –llegó a gerenciar cooperativas de tercerizados, con
cifras millonarias de ganancias–, las complicidades que esa dirigencia
sindical entabló con la administradora del servicio, Ugofe, y la Secretaría
de Transporte nacional, y en las tajadas que sacaron de esa situación. En la
existencia de tercerizados, pero sobre todo en el interés de que sus
reclamos no salieran a la luz, radica gran parte del móvil del crimen en
juicio, según el primer alegato oído ayer.
Los instigadores
“Pedraza y Fernández fueron los instigadores del crimen de Ferreyra”,
concluyó Medina, para comenzar a explicar las razones que prueban tales
cargos. “Armaron el plan para matar y generaron dolo en los autores”
materiales del hecho, sumó Bovino, al cierre. Ni Díaz ni Favale ni el resto
hubieran estado en el lugar de los hechos de no haber existido la orden de
los instigadores, concluyó. ¿Por qué? “Para evitar futuros reclamos de otros
tercerizados, mantener la hegemonía política de la UF y conservar poder
económico.” El aporte de varios testigos al debate, las escuchas telefónicas
a los acusados y los documentos secuestrados en sus oficinas fueron las
pruebas principales sobre las que se basaron para determinar la instigación.
Las escuchas demuestran que “ambos estaban preocupados desde el día anterior
por el corte de vías que iban a desarrollar los tercerizados y organizaron,
con Díaz, cómo detenerlos”. Los cruces telefónicos también revelaron la
preocupación de Pedraza por la situación de Favale tras las rejas.
Los coautores
Díaz fue el “encargado de coordinar al grupo de choque” pero también a “más
empleados ferroviarios para que la patota se mezclara, atacara, disparara y
se perdiera en la impunidad”. Según la querella, el delegado fue “el centro
de la convocatoria, quien traspasaba las órdenes de Fernández y Pedraza”. El
garante de que el plan criminal se concretara con éxito. La teoría de la
“autoconvocatoria de los ferroviarios al lugar de los hechos quedó
descartada por completo”, sostuvo Medina.
Díaz era quien tenía la “relación de confianza” con Favale. En base, sobre
todo, a los testimonios que lo reconocieron y lo vieron disparar, además de
las llamadas con Alcorcel, a quien lo diferenciaron como partícipe
necesario, la querella consideró probado que el hombre de Florencia Varela
“llegó al lugar con un grupo de 20 personas, se encontró con aquél, se unió
a los ferroviarios, se reunió con Díaz para ultimar detalles del ataque,
comenzaron las corridas y disparó”. Los testimonios también confirmaron la
culpabilidad de Sánchez en la tenencia de armas y los disparos. A Pipito y a
González, las imágenes de C5N y los testimonios del equipo periodístico de
ese canal los empujaron a la responsabilidad de amedrentar, privar de su
libertad y coaccionar a los periodistas para que no hubiera registro
audiovisual” del ataque.
Partícipes necesarios
En cuanto a los policías, la querella los consideró partícipes del crimen,
de facilitar la fuga y de propiciar la impunidad de los responsables. “No
hicieron nada. Todos, a excepción de Villalba, estaban en condiciones de
haber cumplido las órdenes del día que incluía medidas de prevención de los
hechos, de negociación con los líderes de cada bando... Es muy llamativo que
ninguno haya hecho nada”, remarcó Medina.
Fuente : Página 12
miércoles, 20 de febrero de 2013
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