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martes, 7 de mayo de 2013

Elecciones 2013: Itai Hagman


Por Emiliano Scaricaciottoli. 

Dialogamos con el dirigente de Marea Popular en torno a lo que será el debut de dicha fuerza en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires. 

-Contanos cuáles son los principales ejes de campaña de Marea Popular para las próximas elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires.

-Estamos planteando que hay que hacer un cambio radical en el rol del Estado y, en particular, en la ciudad de Buenos Aires enfatizamos el avance del negocio inmobiliario. La ciudad es absolutamente desigual entre el norte y el sur y ha tenido un boom de la construcción que aumentó esa desigualdad. Hay 500.000 personas viviendo en situaciones precarias, acompañado por un aumento de los alquileres. En primer lugar, hay que desincentivar la especulación con impuestos a las viviendas ociosas, regular el mercado de alquileres y un plan de construcción de viviendas populares con créditos baratos para acceder a las viviendas. Hicimos una fuerte campaña el año pasado al respecto. En segundo lugar, también denunciamos que hay un avance permanente del sector privado en educación y en salud, como se ve incluso en los conflictos recientes. Tenemos una consigna que es ‘el derecho a la Ciudad’, porque pensamos que esta ciudad expulsa a los sectores populares.

A nivel nacional, planteamos que estamos viviendo un agotamiento del modelo económico que rige desde la crisis del 2001. Si bien hubo una recomposición del nivel adquisitivo de los trabajadores, hoy en día se acabó. Lo cierto también es que hay un sector opositor al gobierno que plantea un ajuste. Eso implica incrementar la tasa de ganancia de las empresas a costa del bolsillo popular. El gobierno no tiene una salida muy clara y por eso nosotros planteamos la necesidad de salir de esta situación de agotamiento con medidas de cambio estructural. Básicamente, afectando los intereses de los sectores mas pudientes de la sociedad, en particular a la cúpula empresarial, al sector de poder económico concentrado de la Argentina, que son los que generan los problemas que tenemos: el problema del dólar, porque son los que fugan sus ganancias; el problema de la inflación, porque con mercados concentrados hay una lógica de marcación de precios absoluta; y el problema del famoso déficit fiscal, porque se puede resolver con una reforma tributaria progresiva y nunca ajustando, como propone la derecha.

-¿Qué caracterización hacés del kirchnerismo en la actualidad, como fuerza política y en el marco de las últimas medidas económicas? ¿Creés que está agotado?
-No sé si el kirchnerismo está agotado, creo que el agotamiento del modelo va a generar tensión dentro del kirchnerismo. Uno de los grandes peligros de este modelo es que genere, en política, una reconversión en una variante -dentro del PJ- de derecha. Implicaría, asimismo, una política de ajuste como si ganara la oposición de derecha. El kirchnerismo no va a romper con las estructuras del PJ porque no es su horizonte político-ideológico. Esto no quita que haya sectores dentro del peronismo que sí tengas expectativas en una transformación de fondo y nosotros, justamente, aspiramos a confluir con esos sectores.

-¿A confluir cómo? ¿De qué manera? ¿Integrándose o cooptando?

-Aspiramos a confluir, no cooptando sino confluyendo con sectores que vengan de distintas experiencias. Entre ellos, quienes hayan hecho esa experiencia dentro del kirchnerismo. Pero también esperamos trabajar con sectores que vengan de la izquierda tradicional o de la centroizquierda, como Proyecto Sur o el FAP. Somos un espacio distinto porque no compartimos ni la estrategia del gobierno ni la del FAP ni la de Proyecto Sur; pero reconocemos que en esos espacios hay compañeros con los mismos objetivos. Los procesos de cambio necesitan de un movimiento amplio, heterogéneo y hasta contradictorio.

-¿Qué proceso hicieron como fuerza política para dar este salto cualitativo hacia la participación activa en las elecciones?
-Es una combinación de crecimiento militante, inserción en distintos espacios y una lectura de la situación política en donde hoy es muy difícil visibilizar la militancia que se reúne en Marea Popular sin participar del proceso electoral.

-¿Qué aportaría una bancada de Marea Popular en el Congreso?

-Dos cosas: primero, planteos de fondo, cambios estructurales. No vamos al Congreso a administrar lo que existe. Y segundo, no hacerle el juego nunca a los sectores de poder. No nos asimilarnos a lo existente.

-¿Creés que se instaló el debate en la opinión pública entre lo que ustedes llaman ‘izquierda tradicional’ e ‘izquierda independiente’? ¿O que la caracterización de una fuerza política de la ‘izquierda independiente’ se mide o se construye a partir del patrón más/menos K?

-La discusión pública hoy es kirchnerismo y antikirchnerismo. Y nuestra posición al respecto no es funcional a ninguno de los dos grandes bloques de poder. Ni del poder que después se expresa en el poder de los medios. Porque no vamos a alabar al kirchnerismo pero tampoco le vamos a hacer el juego a los otros sectores para después salir en Clarín. Nunca vamos a hacer un atajo electoral, salir a decir "lo que hay que decir" para visibilizarse a través de los medios. Lo que nos parece a nosotros es que, de todas maneras, hay mucha gente que reconoce cosas positivas del gobierno o, mejor dicho, simpatiza con banderas que el gobierno levanta, como la democratización de los medios de comunicación o la reivindicación de los setenta, aun considerando que el kirchnerismo no va a fondo. Nosotros también nos reconocemos en esas banderas.

-Publicaste una nota el 23 de abril titulada “¿La centroizquierda perdió la brújula? A propósito de los acuerdos en danzadonde, justamente, te referís a un ‘antikirchnerismo ciego y funcional’.
-Sí, hay una serie de organizaciones que se paran a partir del antikirchnerismo y todo lo demás pasa a ser secundario. Y eso lleva a Pino Solanas a asociarse con Carrió, por ejemplo. Esa estrategia los lleva a disputar la base electoral del macrismo. Prefieren, de hecho, al macrismo que al kirchnerismo. Son, claramente, funcionales a los sectores de poder construyendo alternativas regresivas, no superadoras, como la que expresan Carrió y el FAP. Es un grave error hacer cualquier cosa para salir en Clarín. Pino, que hace cuatro años montaba una campaña de emancipación, ahora es subsidiario del mensaje de Lilita: “La corrupción mata”. La agenda la pone Lilita. La agenda del FAP la pone Binner, que votaría a Capriles.

-Existe una mitificación acerca de que la “izquierda independiente” es una expresión propia del movimiento estudiantil y que no tiene inserción en lo sindical o en lo territorial. ¿Qué opinás al respecto?

-A ver, es cierto que La Mella -la juventud de Marea Popular en la UBA- es la principal fuerza política en la universidad. Dirigimos la FUBA. Y le damos ese peso. Y si bien hemos desarrollado, en los últimos años, mucha militancia territorial y despliegue militante en muchísimos gremios de la ciudad el lugar de más desarrollo sigue siendo el movimiento estudiantil. Pero dejamos en claro que de ninguna manera es un movimiento atado a lo estudiantil.

-En ningún momento mencionaste al FIT, el espacio de izquierda con mayor peso específico luego de las elecciones de 2011 ¿No se puede construir con las fuerzas del FIT una alternativa política de unidad?

-Ellos nunca nos convocaron al diálogo. No estamos cerrados ni tenemos una posición sectaria. Todo lo contrario. Pero el FIT sí tiene una vocación sectaria porque ha construido un espacio que no incluye a ningún sector ajeno a la tradición política cerrada que reflejan. Con lo cual es muy difícil. Nosotros apostamos a otra cultura de la militancia de izquierda, mucho más abierta al diálogo con otros sectores no necesariamente de izquierda.

-¿Recibieron una propuesta de Zamora, un llamado a la unidad de la ‘izquierda independiente’?
-Hubo una reunión y conversamos. A Luis lo respetamos mucho por su trayectoria. Es una persona de una ética muy valorada. Y expresa un cuestionamiento a la institucionalidad, que nosotros también compartimos. Porque no se trata de alcanzar bancas. Este Estado así como funciona no puede ser instrumento popular, porque está diseñado para la reproducción de un sistema.

Fuente : Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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