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jueves, 15 de mayo de 2014

“Derrotemos el ajuste y avancemos en la alternativa obrera y socialista”

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El cierre de la mayor parte de las paritarias no significa de ningún modo el fin de la política de ajuste ni el fin de la lucha popular contra la confiscación de salarios y jubilaciones. Todo lo contrario, el gobierno ha sido forzado a echar lastre por las huelgas docentes en las provincias de Buenos Aires y Salta, por la movilización de los aceiteros de Rosario y por la gran huelga general del pasado 10 de abril. La política de ajuste ha enfrentado una gran resistencia, mientras sus contradicciones afloran cada vez más y anuncian nuevas devaluaciones del peso y mayores tarifazos. La tentativa de adaptar las convenciones colectivas a un Rodrigazo ha sufrido un enorme revés. El gobierno ha frenado su cronograma de tarifazos por temor a una rebelión popular.
Rodrigazo
La devaluación de enero de CFK y Kicillof ha generado una dinámica explosiva. El costo del endeudamiento del Estado y del conjunto de la economía se ha disparado a tasas de interés descomunales, que solamente rigen en países en quiebra. Asimismo, ha acentuado el tarifazo petrolero, para evitar el rápido hundimiento de la reprivatizada YPF. La consecuencia inmediata de ello ha sido, por un lado, reforzar la tendencia a la crisis industrial y a las suspensiones y despidos, y desarrollar las condiciones de nuevas devaluaciones del peso, por el otro.

Las negociaciones para resolver los conflictos de deuda externa al estilo de lo ocurrido con Repsol, acentúan el hipotecamiento de la Argentina y la crisis de financiamiento de la economía nacional. La deuda externa de la Argentina se cotiza a tasas de interés usurarias y cada dólar que ingresa por exportaciones genera una deuda fiscal del orden del 30% anual. Los ‘gurúes’ financieros advierten que el gobierno ya ha decidido refinanciar los vencimientos de deuda externa de 2015. Para conseguir un rescate financiero internacional, el FMI exige -en representación del capital internacional- el tarifazo definitivo de los servicios, una mayor devaluación del peso y una liberación del comercio exterior. Esta es la agenda en torno a la cual se delimitan los candidatos patronales.

La ‘corrida’ cambiaria de enero pasado desató una crisis política que puso en el candelero una salida adelantada del gobierno o, más llanamente, un golpe de Estado. Esta posibilidad sigue en pie como consecuencia de la agudización de todas las contradicciones que movieron a la fuga de capitales de principios de año. Frases como “cuiden a Cristina” o “queremos que el gobierno se vaya en diciembre de 2015″ sólo deben ser tomadas como expresión de la hipocresía tradicional de las conspiraciones políticas patronales. Nuestro partido pone el acento en esta posibilidad para que los trabajadores nos preparemos en forma adecuada, en el marco de la lucha contra el ajuste, contra los tarifazos y contra los despidos y suspensiones, para rechazar una salida golpista-patronal a la crisis y favorecer la que impongan los sectores laboriosos. Por eso ratificamos el planteo de un plan de lucha, un paro de 36 horas y la convocatoria a un congreso de bases del movimiento obrero, que defina un plan económico y político de los trabajadores.

El frente antiobrero
La votación unánime que ha recibido el proyecto de ley de blanqueo laboral, tanto por parte de los partidos patronales como por la burocracia sindical, ilustra en forma clara la formación de un frente antiobrero, porque no se trata de otra cosa que el reemplazo de los trabajadores corrientes por contratados a los que no se les pagarán aportes previsionales. Implica, además, un subsidio a las patronales por parte de la Anses. En oposición a esta política antiobrera, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda han presentado proyectos de ley que prohíben las suspensiones y despidos, y han ido a los lugares de trabajo a propiciar y a apoyar las movilizaciones contra estos atropellos.

Lo mismo ocurre con el impuesto al salario, que ningún partido tradicional quiere derogar. El planteo opositor de ajustar en forma automática el mínimo no imponible a la inflación parte de un mínimo muy bajo y mantiene la confiscación por parte del Estado de cualquier mejora sustancial en el ingreso de los trabajadores -sean asalariados, monotributistas o jubilados. Los trabajadores tributan más de la mitad del valor de los salarios, sumados los distintos impuestos. Ningún trabajador que se encuentre por debajo de los niveles gerenciales debe pagar impuestos sobre el salario; asimismo, deben derogarse los impuestos al consumo y poner toda la carga impositiva sobre la clase capitalista.
Crisis política

La bancarrota económica alimenta la crisis política. El lanzamiento anticipado de la campaña electoral es una manifestación de ello, porque favorece el desarrollo de una agitación política ininterrumpida y se prepara un eventual anticipo de las elecciones. Los Scioli, Massa, Macri y Binner apoyan el rescate a Repsol, el arreglo con el Club de París y la vuelta del FMI. Este hecho pone al desnudo la disolución del llamado progresismo. Pino Solanas y compañía han bajado todas sus banderas para aliarse con los representantes de los monopolios petroleros y mineros. ¿Qué otra cosa es Cobos sino un agente de las petroleras y la Barrick Gold? ¿O Binner, en Santa Fe, que apoya a los sojeros Cargill y Monsanto? En tanto el gobierno cacareó durante más de una década acerca de crear un monopolio estatal del comercio exterior, los recientes acuerdos entre las comercializadoras de China y las internacionales significan la completa consolidación del monopolio capitalista de las exportaciones agroindustriales de Argentina.

Los partidos patronales, junto con las burocracias sindicales de todo pelaje, están embarcados en maniobras para bloquear la acción directa de los trabajadores que luchan contra el ajuste. Se valen para ello, en primer lugar, de la burocracia de los sindicatos y, obviamente, de la promesa de una salida electoral a largo plazo. En oposición a ello, el Partido Obrero, junto con el Frente de Izquierda, llama a un plan de lucha y a una huelga nacional de 36 horas, por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar y por el 82% móvil para los jubilados, y desarrolla desde los parlamentos una política de denuncia de las maniobras y conspiraciones que se traman en las instituciones del Estado contra los trabajadores. El objetivo es desarrollar la capacidad política de la clase obrera para derrotar a la clase capitalista y a sus representantes.
Ascenso de la izquierda

En este cuadro de crisis se acentúa el desplazamiento de los trabajadores y de la juventud hacia la izquierda, tal como se manifiesta en el crecimiento de nuestro partido y de los partidos de izquierda, como no pueden dejar de reconocerlo las encuestas de opinión, que llegan a una intención de voto del 6 por ciento. Hay una vuelta de página en el escenario histórico de la Argentina, que plantea el desplazamiento del peronismo y la burocracia sindical, y el ascenso del clasismo y de la izquierda revolucionaria.

El crecimiento de la izquierda ha sido conquistado por medio de una confrontación política sin atenuantes con el gobierno que se presentó como la salida a la bancarrota de 2001 y como la expresión ideológica más avanzada del peronismo. El desarrollo de una izquierda revolucionaria cambia las perspectivas de salida de la crisis capitalista, en relación con lo ocurrido en el pasado. La tarea de la hora es ampliar el campo de lucha, de organización y de reclutamiento de la izquierda revolucionaria en el movimiento obrero. La izquierda democratizante, que en algunos casos se alineó con el kirchnerismo y en otros con la Sociedad Rural, e incluso con uno y otro en estos diez años, ha retrocedido en forma espectacular o se ha pasado al campo de los frentes patronales. Sólo una lucha política socialista puede reforzar el proceso popular en marcha, que es el pasaje de franjas enteras de los trabajadores del peronismo a la izquierda. Es lo que el Partido Obrero dejó en claro en las tribunas levantadas por el Frente de Izquierda el pasado 1° de Mayo.
Un Congreso de la Izquierda y el movimiento obrero

El Partido Obrero apunta a convertir las tendencias de sectores crecientes de trabajadores hacia la izquierda en un reagrupamiento de fuerzas real y de masas, y llama al Frente de Izquierda y a toda la izquierda combativa a marchar en esa dirección. Para ello proponemos que el Frente de Izquierda y los luchadores sindicales y populares convoquemos en conjunto un Congreso de la Izquierda y el Movimiento Obrero. Llamamos también a desarrollar un frente único en cada sindicato y a la unidad de acción dentro del movimiento obrero contra la política de ajuste. La coordinación de la vanguardia debe comenzar por la unidad en cada sindicato. Los sindicatos siguen siendo el marco de acción ineludible de la izquierda revolucionaria; el crecimiento del clasismo es una prueba de la vitalidad de los sindicatos a pesar de la burocracia sindical y el marco para luchar por una nueva dirección del movimiento obrero. Llamamos a participar en las elecciones de la CTA-Micheli, que se realizarán el próximo 29 de mayo, para reforzar una construcción clasista en el conjunto del movimiento obrero.

El Partido Obrero destaca la importancia del próximo Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizará en Salta, en octubre, como la ocasión de una gran lucha contra el clericalismo y por el laicismo, por la defensa de los derechos de la mujer contra el clero y el Estado que ampara la trata y la impunidad. No es posible poner fin los atropellos que sufren las mujeres trabajadoras, desde las muertes por abortos clandestinos, la trata de personas y los abusos y patronales, sin una lucha consecuente contra el clero y el Estado.

La convocatoria a un Congreso de la Izquierda y el Movimiento Obrero es una necesidad que hunde sus raíces en el conjunto de la situación histórica.


• Por la absolución de los condenados de Las Heras.
Por la libertad de Martín Oñate, Néstor Vivares y Jorge Armoa, petroleros de Las Heras.

Por la libertad de Fernando Esteche y Raúl “Boli” Lescano.

Comité Nacional del Partido Obrero

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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