En los últimos días, el gobierno de Macri anunció un aumento del 37,5%
en la “tarifa técnica” del subte –o sea, el valor hipotético del pasaje
que surge de dividir los costos del servicio por la cantidad de
pasajeros, sin considerar subsidios. Aplicando ese incremento sobre la
tarifa actual, el valor del pasaje se iría a a 6,15 pesos. El aumento
acumulado desde que el kirchnerismo le trasladó el servicio a la Ciudad
rondará el 350%.
En las últimas horas, voceros del gobierno PRO desmintieron un nuevo
aumento durante 2014, pero aclarando que la Ciudad “absorberá los
mayores costos”. Ello significa que se ha convalidado la nueva ´tarifa
técnica´, aunque los mayores costos serán bancados con los recursos
generales de la Ciudad. Pero el 90% de los ingresos del estado porteño
se sustentan en impuestos que pagan trabajadores, consumidores o
propietarios de vivienda única. Por lo tanto, el concesionario Metrovías
recibirá con plenitud la nueva tarifa, sólo que será resarcido con
otros impuestazos.
En su informe, la empresa de subterráneos relaciona al tarifazo con los
aumentos salariales. Pero éstos resultaron de un 23% anualizado, mucho
menos que el incremento que hoy se convalida. Es evidente que la suba de
la tarifa financia a una caja sin control. Delegados del subte han
denunciado que Metrovías malversa el mantenimiento de las formaciones,
al tercerizar esta tarea en empresas privadas que devuelven los vagones
en estado ruinoso. Entre esas empresas, se encuentra una `vinculada` del
propio Roggio. Lo mismo puede decirse de los vagones comprados a
España para la línea B, cuya adecuación a los túneles está exigiendo
gastos colosales e interrupciones del servicio. En la Legislatura,
hemos presentado estas denuncias, reclamando la interpelación del
presidente de Subterráneos de Buenos Aires.
El kirchnerismo de la Ciudad ha recibido estos anuncios de aumentos con
`bajo perfil`. Siempre es necesario recordar que, en el acta de
transferencia del Subte a la administración macrista, el kirchnerismo
le cedió a Macri “poderes ilimitados” (sic) para el manejo de la tarifa,
a sabiendas de lo que se venía. Para los K, los aumentos del subte son
la coartada para la `corrección` posterior de la tarifa de colectivos y
trenes.
Rechazamos este nuevo tarifazo, por ahora encubierto detrás del
presupuesto general. Reclamamos una auditoría integral de los costos
del subte a manos de trabajadores y usuarios. Esa investigación debe
sacar a la luz el destino de los fondos que el macrismo supuestamente
destina al subte, y que se reunieron a fuerza de tarifazos, impuestazos y
endeudamiento.
Marcelo Ramal
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