“Cartel de venta y compradores entusiastas”. Así se refiere la revista Petroquímica (29/8) a los precios de “liquidación” de las áreas de exploración y producción de los campos de petróleo y gas. “Es un momento para comprar, porque los precios de los campos argentinos son muy bajos”, dijo un alto directivo de YPF, el mayor “jugador del mercado”.
El defol ha bajado el precio de las reservas probadas a 5 ó 7 dólares por barril, un tercio de lo que valen en Brasil y Colombia, donde se paga 20. Una nueva devaluación llevaría nuestros activos a precios aún más irrisorios.
Las productoras están buscando sumar áreas, entusiasmadas con las medidas del kirchnerismo que aumentaron el precio interno del petróleo y del gas en boca de pozo. Coinciden en que lograrán que el precio del crudo alcance las referencias internacionales. Exigen casi duplicar el precio del gas en boca de pozo: de 3,50 dólares por millón de BTU a 6. Esto subiría aún más las tarifas de gas y combustibles para la población, asfixiada por los aumentos ya aplicados. Esta línea ha sido sustentada por todo el arco político patronal opositor, en el evento que recientemente convocó Magnetto-Clarín en el Malba. Las compañías “esperan un giro market friendly del próximo gobierno”.
Grupos económicos del exterior se reúnen en la city porteña para adquirir los activos baratos de Argentina. Recientemente, Medanito -una petrolera de Carosio y Grimaldi- compró campos en Mendoza por 84 millones de dólares, la canadiense Madalena Energy compró las áreas de Neuquén y del NOA de Gran Tierra Energy por 60 millones de dólares, la británica President Energy adquirió un yacimiento en Salta, que era de Petrolera San José. Eurnekian apuesta a quedarse con las áreas de Petrobras en Santa Cruz. Y Pan American Energy, Roch y Pluspetrol se disputan, junto con otros grupos internacionales, la compra de las concesiones de Apco Oil & Gas, de Neuquén y Río Negro.
Las petroleras YPF, Pan American Energy, Total, Wintershall, Pluspetrol, Sinopec, Chevron y Tecpetrol, que tienen el 70% de la producción de hidrocarburos, no estarían dispuestas a desprenderse de sus campos. Quedan las formaciones de no convencionales para ofrecer a los pulpos-buitres petroleros pero, en estas condiciones, la puja capitalista, ya reflejada en los conflictos alrededor de la ley de hidrocarburos, se acentúa.
Con la devaluación, los tarifazos y el remate de los activos argentinos, la política oficial ofrece nuevas oportunidades a los especuladores.
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