Por Gabriel Solano
En los últimos días, el Frente de Izquierda estuvo recorrido por un
debate a su interior sobre la posibilidad de que todos los partidos que
lo integran se sumen a impulsar en común el Congreso del movimiento
obrero y la izquierda. Esta iniciativa fue planteada por nuestro partido
desde el mes de marzo y cobró una forma más concreta aún en el Congreso
del PO del mes de abril. En todos estos meses insistimos en que el
Frente de Izquierda lo tome en sus manos, sobre la base del Manifiesto
del FIT de 2013. Señalamos que la elevada votación del año pasado
brindaba la oportunidad para desarrollar la conciencia de clase del
movimiento obrero. Tanto el PTS como Izquierda Socialista rechazaron una
y otra vez realizar juntos esta campaña, y se refugiaron en el
Encuentro de Atlanta. Este Encuentro no planteaba objetivos políticos a
pesar de estar constituido solamente por corrientes políticas.
Objetivamente, y por muchos aspectos de su composición, se lanzaba en
forma antagónica con el Frente de Izquierda, una perspectiva fuertemente
alentada desde sectores centroizquierdistas.
Nuestra predisposición a una convocatoria estructural común fue
reafirmada en el último número de Prensa Obrera: “el Frente de Izquierda
todavía puede ser convocante al Congreso del Luna”, propusimos. Nos
animó a esa conclusión una reunión de la Mesa del Frente de Izquierda
pedida por el PTS, que tenía como único punto esa convocatoria. Aunque
tardía, y con una campaña en pleno desarrollo desde hace meses,
respondimos en forma muy positiva. En la reunión nos manifestaron que la
base de la convocatoria fuera el acuerdo sellado para el acto del 1° de
Mayo, cerrado por Giordano, Del Caño y Altamira. Una de las caras
principales del Encuentro, el Perro Santillán, pasó sin pena ni gloria
por el acto, sin quedarse siquiera a escuchar al resto de los oradores.
En su discurso de cierre, Altamira afirmó que la lucha de clases sólo es
tal cuando cobra una dimensión política contra los partidos
capitalistas y su Estado.
En la reunión hicimos notar, de todos modos, que la propuesta era
contradictoria, porque los compañeros que impulsan el Encuentro de
Atlanta, del que ahora se apartó el PTS, ya manifestaron su rechazo al
Congreso. De todos modos acordamos explorar todas las posibilidades.
Propusimos dos cosas: que elaboremos un documento de convocatoria,
partiendo del Manifiesto del FIT, y que desarrollemos mesas y plenarios
regionales en un trabajo de frente único.
Lamentablemente, el PTS ha reculado. Nos acusa de pretender que se
“sumen” al Congreso del Luna Park, cuando fue eso precisamente lo que se
debatió, si por “sumen” se interpreta una convocatoria política y
organizativa común. Que desarrollemos las mesas regionales en igualdad
de condiciones y que elaboremos un documento o manifiesto político
común. ¿O el PTS esperaba que rechazáramos la propuesta de repetir el 1º
de Mayo en el Luna, para denunciar nuestro sectarismo, y luego se cayó
de espaldas sorprendido por nuestra aceptación?
Para encubrir este recule, el PTS arma ahora una discusión sobre otros
asuntos. Dice que le parece bien la consigna de la independencia de
clase, pero no el gobierno de los trabajadores, una tesis muy grave de
parte de una organización trotskista. La independencia de clase es un
planteo de doble poder potencial, que culmina en el gobierno de los
trabajadores. Por ese carácter, la burguesía se empeña en regimentar a
los sindicatos. La independencia de clase abstraída de su contenido y
perspectiva política es propia del “autonomismo obrero”, algo que al PTS
no incomodaría. Otro argumento curioso es que los obreros que se suman a
nuestra convocatoria suscriben al planteamiento de un “gobierno de
trabajadores” por confusión, pero lo cierto es que ni por confusión
apoyarían un gobierno patronal. Esa confusión le pasa a la mitad de los
que se reclaman trotskistas cuando rechazan la dictadura del
proletariado. Los bolcheviques acuñaron la expresión gobierno obrero y
campesino para popularizar la dictadura del proletariado y ayudar a
superar esa confusión. En definitiva, los compañeros nos quieren cambiar
el arco de la convocatoria con la que habíamos coincidido.
Lo que el PTS no puede evitar es el fracaso del Encuentro de Atlanta
como método de unificación combativa del activismo. No era ese su
propósito, sino crear un polo político divisionista. Con esas
contradicciones a cuestas no pudo funcionar y fue consumido por la
inactividad, de un lado, y el faccionalismo del otro. No se puede negar
que nuestra advertencia oportuna sobre ésto fue un aporte al desarrollo
final de la vanguardia.
Vamos por el desarrollo de una clase obrera con conciencia y organización de clase. El 8 de noviembre al Luna Park.
Fuente : http://www.po.org.ar/prensaObrera/1335/congreso-del-movimiento-obrero-y-la-izquierda/el-frente-de-izquierda-y-el-luna-park
Fuente : http://www.po.org.ar/prensaObrera/1335/congreso-del-movimiento-obrero-y-la-izquierda/el-frente-de-izquierda-y-el-luna-park
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