La revelación de varios documentos "confidenciales" firmados por YPF
con Chevron, y que según el jefe de Gabinete Capitanich son "habituales
en materia de contratos hidrocarburíferos", confirma las denuncias que
han sido realizadas en todos los ámbitos por el Partido Obrero: el
contrato de Chevron y sus cláusulas secretas entregan la renta petrolera
a Chevron y a las multinacionales y no la búsqueda del
autoabastecimiento energético.
"Según consta en documentos que firmaron YPF y Chevron", revelados por
La Nación y reconocidos por autoridades de YPF, allí se establecen las
"modificaciones" que debían realizarse de leyes nacionales a su "entera
satisfacción" como condición para iniciar la explotación del yacimiento
de Vaca Muerta.
Esas condiciones fueron implementadas en el decreto presidencial
929/2013 -que creó el Régimen de Promoción de Inversión para la
Explotación de Hidrocarburos-, y que fue la base de lo establecido en la
ley 27.007 de Hidrocarburos, que el Congreso aprobó el 30 de octubre.
¿Soberanía hidrocarburífera?
Mediante aquel decreto el Poder Ejecutivo creó un "Régimen de Promoción
de Inversión de Explotación Hidrocarburífera" donde a los "titulares de
permisos de exploración y/o concesión" se les puede facilitar "la libre
disponibilidad del ciento por ciento (100%) de las divisas provenientes
de la exportación de los hidrocarburos" y el otorgamiento del "derecho a
comercializar libremente en el mercado externo el veinte por ciento
(20%) de la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos producidos
en dichos Proyectos, con una alícuota del cero por ciento (0%) de
derechos de exportación".
Facilitar la "libre disponibilidad" de las divisas provenientes de la
exportación y comercializar un porcentaje de lo extraído en el mercado
externo equivale a la entrega de la renta petrolera.
Depredación
La ley de Hidrocarburos permite a YPF facilitar contratos con las
empresas, redefinir áreas y yacimientos en contratos por "explotación no
convencional de hidrocarburos", lo que facilita el alargamiento de
plazos hasta 35 años con extensiones de 10 años más. Criterios
extendidos también a las explotaciones mar afuera.
Todas éstas son explotaciones de yacimientos que producen un mayor
riesgo de daño ambiental, por el uso masivo de agua y fractura de roca a
grandes profundidades (2.000 a 3.000 metros) y por contaminación de
napas subterráneas y mar afuera (caso del Golfo de México).
Sin embargo, tal como se hizo con Repsol, se exime a las empresas de la
responsabilidad por el daño ambiental (www.cor.to/informemosconi).
Estas concesiones de largo plazo son de alto riesgo de contaminación con
el uso de una técnica sobre la que no existe experiencia en el país. Se
pone en riesgo la Patagonia, uno de los reservorios naturales menos
contaminados del planeta.
Los acuerdos de Chevron, además, habilitan la plaza de Nueva York para
dirimir cualquier disputa contractual futura, similar a los que
facilitaron los juicios de los fondos buitre.
Vaca Muerta
La explotación de Vaca Muerta, uno de los yacimientos de petróleo y gas
más grandes del mundo, exige llegar a 3.000 metros de profundidad con
métodos de fractura horizontal. Esta explotación supone costos elevados,
a los que deben añadirse la construcción de terminales de licuificación
y regasificiación. La caída del precio del petróleo, a menos de 80
dólares el barril, los convierte en no rentables. El descenso del precio
de gas no convencional en Estados Unidos ha sido aún mayor -a unos 3
dólares la unidad técnica.
"Con precios de 84 u 85 dólares (el barril de crudo Medanito), los
resultados económicos (de Vaca Muerta) son marginales reconoció, sin
escatimar sinceridad, el ingeniero Gallucio, que aceptó que por esa
razón "no va a tener grandes resultados por los próximos seis años"
(!!!) (Cronista, 22/10).
Un punto clave de la ley es, por este motivo, la ambigüedad de los
compromisos de inversión, que por ahora se limitarán a la comprobación
de reservas.
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