Hace cincuenta años, un 2 de diciembre de 1964 y luego de nueve años de
exilio, partía de Madrid Juan Domingo Perón, el llamado Operativo
Retorno. Lo acompañaban, entre otros, Augusto Vandor y Andrés Framini,
las cabezas de la burocracia sindical. Cuando llegó a Río de Janeiro, el
gobierno brasileño impidió la continuidad del viaje y devolvió a Perón a
Madrid. En Argentina la movilización política por el retorno estuvo
ausente: "no se equivoque, General -le escribía J.W. Cooke, referente de
la izquierda peronista, días después. Fueron activistas... no (hubo)
actos de movilización popular... Hemos llegado al fondo del drama, ¿Cómo
salir ahora de la vía muerta?".
Porqué el Operativo Retorno
En la segunda mitad del 64, la situación del peronismo era lastimosa,
frente a un gobierno radical que había obtenido apenas el 24% de los
votos. El peronismo había sido proscripto una vez más en las elecciones
de 1963, la pregunta era qué ocurriría en las sucesivas, en especial
cuando en el ejército había emergido una corriente golpista nueva, que
no indentificaba con el gorilaje liberal. ¿Un nuevo golpe relegaría para
siempre al peronismo? ¿Había que apoyarlo, por el contrario, como
puente hacia otro ciclo electoral con el peronismo adentro? Todo esto
dividía al peronismo. Cuando la burocracia sindical anunció el Operativo
Retorno, pareció unificar el movimiento; la burocracia tenía a Illia
entre ojo y ojo porque el Presidente pretendía modificar el régimen de
unicato sindical. Reclamar el derecho de Perón a volver al país era
confrontar a la UCR con sus principios democráticos. La contradicción se
resolvería, con alcance precario, mediante la autorización a la
participación del peronismo en las elecciones de renovación
parlamentaria del año siguiente.
Derechos democráticos y la vuelta de Perón
"Es evidente que las masas peronistas han estado hasta el momento
proscriptas (...) Todo el asunto consiste en cómo, es decir, a través de
qué política es posible imponer las reivindicaciones democráticas de
legalidad total para el peronismo (...). Basta poner sobre estas bases
reales el problema democrático de la completa legalidad para el
peronismo para apreciar que el principal enemigo que tienen las masas
peronistas para imponer sus derechos es su propia dirección, la
burocracia local y Perón (...)" (Política Obrera, 18/11/64)1.
El peronismo no estaba dispuesto a luchar consecuentemente por los
derechos democráticos, en la medida que esa lucha pusiera en riesgo la
dominación burguesa. Por eso se dividía entre golpistas y antigolpistas.
"Perón no vuelve"
En su primera revista (marzo, 1964)2, PO planteó que "la burguesía y el
imperialismo no necesitan recurrir a Madrid para apuntalar su propio
poder porque, por una etapa, su poder está apuntalado desde adentro, con
el sostén insustituible del ejército y la policía".
En la medida en que el imperialismo y la burguesía no necesitaban
recurrir a medios excepcionales para mantener el orden y que ni Perón ni
el peronismo estaban dispuestos a empeñarse a fondo en una movilización
que quebrara la política de proscripción de la burguesía y el
imperialismo, la conclusión era clara y tajante: "Perón no vuelve" (el
folleto "PO frente al retorno de Perón", deja constancia que el grupo
"Baluarte" que dirigía José Murat (Lima), sostenía la misma posición).
Así ocurrió. El Operativo Retorno encalló sin pena ni gloria. Actuaron
como un coro la diplomacia de los países involucrados, sus fuerzas
armadas y los gobiernos amigos de los yanquis.
La izquierda
La mayoría de las corrientes que hacían seguidismo al peronismo, dentro
o fuera de sus filas, acompañaron la campaña. En algunos casos detrás
de la defensa del "derecho" de Perón a volver (algo elemental)
escabullía el bulto a la toma de una posición concreta sobre la campaña.
El Partido Comunista apoyaba al gobierno de Illia y la campaña por el
retorno de Perón. El retorno, sin embargo, en la medida que podía
suscitar una movilización popular, comprometía la estabilidad de Illia.
Como también comprometía la posibilidad de un golpe, fue bloqueado por
la diplomacia radical y por el Pentágono.
La organización orientada por Nahuel Moreno (Palabra Obrera) se había
incorporado al peronismo hasta 1962, "bajo la disciplina del General
Perón". Reclamaba a éste que volviera al país de cualquier modo y, aún
después del fracaso, sostuvo que "solamente el General Perón está en
condiciones de desbaratar la maniobra con la que se lo ha cercado". En
1957, en su revista Estrategia, había elaborado el planteo de que "la
lucha por el retorno de Perón lleva a la revolución proletaria".
Balance
Perón sólo volvería a la Argentina ocho años más tarde, en 1972, luego
del Cordobazo, no para detonar una revolución proletaria sino para
sacrificar el ascenso revolucionario. Fue convocado por las fuerzas
armadas y los partidos tradicionales, incluido el PC, en un Gran Acuerdo
Nacional.
La posición del PO sobre el retorno de Perón, en 1964, nos preparó
políticamente para caracterizar el de 1972. Sólo este aporte político es
suficiente para poner a Política Obrera como protagonista real de la
historia de Argentina.
1. Política Obrera frente al retorno de Perón, 18/11/64.
2. Política Obrera, revista Nº 1, año 1, marzo 1964.
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