Por Viviana Asrilant
Jorge Fischer y Miguel Bufano comenzaron a militar en la Tendencia
Estudiantil Socialista Revolucionaria (TERS), agrupación estudiantil de
Política Obrera, en 1969 y 1970, respectivamente.
En 1972, Jorge ingresa
a la fábrica Miluz, donde en un año se convierte en delegado general;
poco después ingresa Bufano. Los trabajadores ocupan la planta y deciden
importantes medidas de lucha en pos de mejores condiciones de trabajo y
salubridad. Votan integrar, junto a activistas de otras fábricas del
gremio de la pintura, una lista de oposición a la burocracia de
Zambeletti (que hoy, cuatro décadas después, sigue conduciendo el
gremio) y la Coordinadora de la zona norte. También es votada en
asamblea la participación en el plenario antiburocrático que se realiza
en Villa Constitución en apoyo al Villazo, protagonizado por los obreros
de Acindar, Metcon y Marathon, mediante el cual 17.000 trabajadores
defendían a la dirección que habían elegido en la UOM local, desconocida
por Lorenzo Miguel.
En abril de 1974, Jorge plantea en el plenario de Villa Constitución la
formación de una Coordinadora nacional clasista, rechazada por Tosco,
Salamanca y Piccinini por ‘prematura’. Se trata, en realidad, de no
establecer una oposición obrera declarada al gobierno peronista, quien
dos meses antes había promovido un golpe policial en Córdoba para
intervenir luego la provincia.
El secretario de Seguridad del gobierno, Juan Licastro, pide
inmediatamente el listado de los participantes. Es el primer paso de lo
que se convertirá, más tarde, en la militarización del Paraná -desde
Ramallo a San Lorenzo (provincia de Santa Fe).
Para enfrentar al clasismo, la burocracia de Zambeletti hace entrar a
la fábrica a varios provocadores, que forman una agrupación y largan una
campaña macartista que no logra eco entre los obreros de Miluz. En esos
meses, también se lanza una escalada represiva contra Villa
Constitución y es despedida la interna de Panam (en la Panamericana).
En este marco, la convocatoria, por parte de Perón, a un acto en Plaza
de Mayo el 12 de junio de 1974 al mediodía, dos semanas antes de su
fallecimiento, plantea una encrucijada en la fábrica. Perón buscaba
reposicionarse luego de la ruptura con la Juventud Peronista, el 1° de
Mayo precedente. Zambeletti ve la ocasión para golpear al clasismo en
términos políticos. Luego de una aguda deliberación en Política Obrera,
se desecha esquivar el desafío con un planteo de libre elección para
salir o no a la Plaza. Una extensa declaración, que denuncia la política
antiobrera del gobierno y llama a no concurrir, es discutida por las
asambleas de ocho secciones. Por 7 a 1, la fábrica vota no ir.
Hasta ese
momento, era el único caso de confrontación política consecuente con el
gobierno peronista. El gobierno zanjará esa confrontación por medio de
la Triple A. Trece meses más tarde, se desatará la huelga más importante
del movimiento obrero argentino desde la del Frigorífico Lisandro de la
Torre, que había tenido lugar en enero de 1959: se trata de la huelga
contra el rodrigazo, que forzará el apartamiento de López Rega. En Villa
y en Miluz y la zona norte, Jorge Fischer y Política Obrera habían sido
sus precursores. El golpe militar del ’76 será el acto final de la
ofensiva desatada contra los Fischer y Bufano de toda la clase obrera de
Argentina.
En octubre del ’74, un operativo comando confunde al padre con Jorge y
lo secuestra; se vota el ingreso a la semi-clandestinidad. La patronal
confronta esta decisión, el 13 de diciembre, al citar a ambos para un
reconocimiento médico. Afuera, la policía de Martelli, alertada por los
vecinos, identifica a personas armadas, pero las deja en libertad de
acción. Los compañeros son secuestrados en un colectivo, a la salida,
aún cuando se encuentran acompañados por varios trabajadores. Dos días
después, aparecieron en un basural de Avellaneda acribillados a balazos.
Fue multitudinaria la participación de militantes políticos y
compañeros de Miluz en el velorio de los primeros obreros asesinados por
la Triple A.
Dos meses después fue asesinado Héctor Noriega, el reemplazante de
Jorge Fischer como delegado general. Noriega era un compañero peronista
que se había volcado hacia los delegados clasistas de la interna, a
partir precisamente de su apoyo al boicot al acto de Perón.
Cuarenta años después, hay una causa abierta contra la Triple A, en la
cual somos querellantes. Pero sólo hay siete detenidos presuntos o con
prisión domiciliaria del organigrama de la Triple A. La causa no
incrimina a la burocracia sindical, partícipe principal en los
asesinatos, ni a Isabel Perón, ni siquiera menciona a Perón, el
responsable político de la creación de la Triple A.
Va mi recuerdo afectuoso y revolucionario a Jorge Fischer, mi esposo, y a Miguel Angel Bufano, gran compañero y amigo.
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