Los brutales desequilibrios que oculta el "boom" de la Bolsa
La bolsa norteamericana viene batiendo récord. El índice Dow Jones ha
roto la barrera de los 18.000 puntos. Esta explosión ha sido presentada
como una señal de la recuperación económica norteamericana. La supuesta
fortaleza de Estados Unidos es exhibida como una vía para sacar al mundo
del colapso actual, en momentos en que se derrumban los países
emergentes, empezando por China, que vuelve a caer Japón y que Europa
está la borde de la depresión.
Uno de los "secretos" del actual boom accionario reside en que las
propias empresas recompran sus acciones. De acuerdo a un informe de
Barclays, las compañías norteamericanas han gastado más de 500.000
millones de dólares en esta operatoria el año pasado. Dicha cifra viene
en ascenso en 2014. Sólo a mitad de año, las recompras totalizaban
338.000 millones.
Quienes están al frente de esta operatoria son las grandes
corporaciones. Apple gasta en recompra de acciones más que cualquiera
otra compañía. En el ranking aparecen Microsoft, IBM, Hewlett Packard e
Intel, entre otras. También figura un gigante como Exxon y grandes
laboratorios como Pfizer y hasta financieras como Goldman Sachs. El
fenómeno se disemina por todas las actividades, y es lo que ha llevado a
The Economist a denominarlo "la cocaína" en el mundo de los negocios.
La recompra de acciones ha devorado entre un 40 y un 60 por ciento del
flujo de fondos de las compañas involucradas. Estas operaciones
representan, en un promedio de la última década, el 54 por ciento de sus
ganancias. A su turno, los dividendos aportan otro 37 por ciento. Esto
deja un margen de menos de un 10 por ciento para inversiones
productivas.
La fiebre en la recompra es una señal inconfundible de impasse del
sistema económico: indica que existen pocas oportunidades para
inversiones rentables en la órbita del capital productivo. Estamos
frente a un crisis de sobreproducción de enormes dimensiones, lo que
conduce a una caída de la inversión. "La productividad ha caído en
Estados Unidos a la mitad en los últimos 10 años... y este desplome ha
sido el resultado de una disminución todavía mayor de la tasa de
inversión" (Clarín, 14/12).
Si bien se registraron síntomas de recuperación económica y hasta de la
inversión en el curso de este año, quienes han querido ver un punto de
inflexión de más largo aliento rápidamente recibieron un balde de agua
fría. Cuando se pronosticaba una demanda explosiva para el "viernes
negro", el fin de semana de noviembre donde florecen las liquidaciones,
las ventas minoristas se pincharon. La caída proviene de la declinación
pronunciada del consumo de las personas que ganan menos de 50.000
dólares al año. Desde que se inició la recuperación a mediados de 2009,
las cifras ajustadas por inflación, revelan que la economía creció 12
por ciento; los beneficios corporativos en un 46 por ciento y la bolsa
un 92 por ciento. Pero "el ingreso promedio retrocedió 3 por ciento"
(New York Times, 6/11). Si la caída del consumo no es mayor es por los
niveles de endeudamiento de la población , aunque ese recurso se vuelve
cada vez más ineficaz para sostener la demanda (la deuda representa una
porción mayor del salario, cuyo poder adquisitivo viene siendo
recortado) Estados Unidos tampoco está en condiciones de compensar esta
caída con una mejora del comercio exterior, tendiendo en cuenta el
cuadro de la economía mundial considerado en su conjunto.
La recompra de acciones ha sido utilizada también como herramienta para
evadir impuestos. Las compañías vienen declarando sus ganancias
principales fuera de Estados Unidos, donde el pago de impuestos es
sensiblemente menor. Las casas matrices radicadas en suelo
norteamericano vienen contrayendo préstamos para la recompra de las
acciones. O sea que la contrapartida de este operatoria es la
acumulación de una deuda que crece como bola de nieve. Distintos
analistas ya han comenzado a advertir sobre el riesgo que se abre en
caso de que se produzca un aumento de la tasa de interés.
El boom de la bolsa encierra desequilbrios descomunales y explosivos.
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