El lunes 2 se realizó, en varios puntos del país, una importante
movilización para exigir justicia por Ismael Sosa. En Córdoba, la
concentración frente al Patio Olmos terminó convirtiéndose en una gran
marcha que recorrió las calles céntricas de la ciudad, con la presencia
de decenas de organizaciones y cientos de jóvenes.
Ismael Sosa (de 24 años oriundo de Buenos Aires) fue hallado muerto, el
lunes 26 de enero, en Embalse de Río Tercero, luego de permanecer
desaparecido desde el sábado 24, cuando ingresaba al recital de La
Renga. Según varios testigos, Ismael fue visto por última vez cuando lo
subían a un patrullero, luego de recibir una golpiza por parte de la
policía. El operativo policial desplegado en el ingreso del recital
descargó una fuerte represión contra los asistentes, el saldo fue de
varios heridos y detenidos.
Desde el día de su desaparición, la familia de Ismael se dispuso a
buscarlo intensamente, sin obtener ningún tipo de respuesta o
colaboración de la policía, o funcionarios públicos de la localidad de
Rumipal o de la provincia. La policía ni siquiera quiso tomar la
denuncia realizada por Facundo (hermano de Ismael). Así comenzaba la
trama para garantizar la impunidad. La inacción de la policía y los
funcionarios públicos, frente a la búsqueda iniciada por la familia,
provocó la rápida movilización de familiares y amigos, quienes marcharon
en Buenos Aires para exigir su aparición con vida.
La muerte de Ismael se suma a una larga lista de víctimas del gatillo
fácil y la represión policial contra la juventud, es el caso de Walter
Bulacio, Rubén Carballo, Luciano Arruga y los más de 14 pibes muertos en
manos de la policía de Córdoba en los últimos dos años.
‘Política de seguridad’
Este es el resultado de la llamada ‘política de seguridad’ del gobierno
de De la Sota, quien es el principal defensor de la cúpula policial. El
perfeccionamiento del Código de Faltas, los "operativos de saturación",
los "operativos de verano" y el fuerte incremento presupuestario en
seguridad forman parte de un reforzamiento del aparato represivo, que
tiene por objetivo regimentar la vida de la juventud y reprimir la lucha
de los trabajadores que se resisten al ajuste en marcha. Es por esto
que cuentan con el respaldo del conjunto de las fuerzas políticas de la
burguesía.
Cuando el país se encuentra sacudido por una profunda crisis política,
producto de la disputa de los servicios de inteligencia y las fuerzas de
seguridad, que oficialistas y opositores se esmeran por sostener, la
movilización en Córdoba y Buenos Aires expresó el repudio al accionar
impune de la policía y responsabilizó de manera directa al gobierno. El
reclamo golpea duramente sobre la ya cuestionada fuerza de seguridad,
vinculada con el narcotráfico, el crimen organizado y responsable del
gatillo fácil en Córdoba; y, fundamentalmente, apunta contra el régimen
político responsable de sostener una política de regimentación y
represión sobre la juventud y los trabajadores.
Desde el Parido Obrero y el Frente de Izquierda nos solidarizamos y nos
ponemos a disposición de los familiares. Exigimos justicia por Ismael
Sosa, el juicio y castigo a todos los responsables.
Para terminar con la brutalidad y la impunidad policial es necesario
avanzar en el desmantelamiento del aparato represivo, la anulación del
Código de Faltas y terminar con un régimen político descompuesto que
dispone de su brazo armado para regimentar y reprimir a la juventud.
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