Y todas las plazas del país
Edición Impresa #1354 | Por Gabriel Solano
Las vísperas del 24 de marzo se caracterizan por una agudización de la
crisis política en todos los planos. La muerte del fiscal Nisman ha
puesto de manifiesto que a 38 años del golpe genocida de los Videla y
Massera el Estado sigue siendo en lo esencial un aparato de espionaje y
represión contra el conjunto de la población. El affaire Stiuso también
permitió poner en evidencia que los sucesivos gobiernos constitucionales
han preservado los servicios de inteligencia de la dictadura militar.
El gobierno "nacional y popular" del kirchnerismo fue más lejos aún, al
promover el entrelazamiento de la Side con los aparatos de espionaje de
estados extranjeros, en primer lugar la CIA y el Mossad. A la represión y
el espionaje se le suma la pérdida de toda soberanía nacional.
Crímenes de Estado
Argentina arrastra un largo proceso de impunidad, que incluye a
crímenes contra el pueblo, perpetrados directa o indirectamente por el
aparato del Estado. La lista comprende al atentado contra la Embajada de
Israel y la sede de la Amia pero no se detiene allí. Deben integrarse
la voladura del arsenal de Río Tercero, a fin de eliminar las pruebas
del tráfico de armas a Croacia, los muertos en los accidentes
ferroviarios como resultado del entrelazamiento de funcionarios y
empresarios amigos, las víctimas de la trata de mujeres y del
narcotráfico, los pibes asesinados por el gatillo fácil o las
ejecuciones producidas por las patotas de la burocracia sindical y sus
barrabravas que crecen al amparo de políticos patronales y burócratas.
El gobierno nacional, que se ha valido de la demagogia de los derechos
humanos para borrar su pasado menemista y cooptar a ciertos dirigentes u
organismos, es el máximo responsable político de estos crímenes contra
el pueblo. El kirchnerismo gobernó con Stiuso en la Side, con las
patotas de la burocracia sindical para regimentar a los trabajadores y
preservó a la mafia pejotista en las provincias y municipios, que, como
se sabe, es quien regentea el negocio del narcotráfico y la
prostitución.
El oficialismo trata de eludir su responsabilidad culpando al "partido
judicial". Pero fue el kirchnerismo (y no otro) quien nombró a la
mayoría de los jueces y fiscales actuales. La disputa entablada entre
ellos es el resultado de una fractura entre socios que gobernaron juntos
durante una década. El pasaje de todo un sector de la clase capitalista
a la oposición al gobierno quebró también el aparato del Estado, a sus
servicios y a su poder judicial. Fue este sector el que promovió el 18F,
al que se sumaron los Macri, Massa, Sanz y cía. Este aparato judicial
opositor, así como el que todavía se mantiene leal al oficialismo, es
responsable, junto con los sucesivos gobiernos, de los principales
hechos de impunidad en el país. En nombre de esa vieja complicidad, el
kirchnerismo ha salido a tramitar una tregua con ellos.
18F y 1M
La filiación derechista de los convocantes del 18F no puede ocultar ni
por un minuto que el gobierno se vale, también, de una base política
similar. CFK se desprendió de Stiuso, pero sólo para entregarle el
aparato de espionaje al genocida Milani, quien controla ahora no sólo la
inteligencia militar sino también la Side. Fue Milani quien, junto a
Berni, armó el Proyecto X para espiar a los luchadores populares. El
cuño antinacional de esta política lo prueba la vigencia de la "ley
antiterrorista", aprobada por el kirchnerismo a pedido del imperialismo
yanqui.
Llegamos a este 24 de marzo con un kirchnerismo en estado avanzado de
disolución. Los camporistas, que en el pasado querían disputarle a la
izquierda y al movimiento popular la Plaza de Mayo, ahora se alistan en
la nueva Side votada a las apuradas en el Congreso, y terminarán
haciendo espionaje para Macri o Scioli. Son los mismos que hacen
operativos conjuntos con Milani y las fuerzas armadas, algo de lo que se
valdrá la clase capitalista en un futuro cercano para reconstruir el
aparato militar quebrado por el desprestigio de la dictadura y la
derrota de Malvinas. El camporismo y los organismos de derechos humanos
cooptados son ‘funcionales’ a la derecha.
#24M
Luego del 18F de la oposición patronal y del 1M del gobierno de Milani y
del Proyecto X, el movimiento popular tiene que ganar la calle en su
gran jornada de lucha: el 24 de Marzo. Vamos por los 30.000 compañeros,
por la apertura de los archivos de desaparecidos de la Side, para que se
vaya Milani, por el esclarecimiento de todos los crímenes contra el
pueblo, por la anulación de la ley ‘Antiterrorista’, por la aparición
con vida de Jorge Julio López, por el desprocesamiento de todos los
luchadores populares.
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