Gran victoria en Santa Fe
Las maniobras fraudulentas practicadas por el Frente Cívico en el
recuento provisorio de los votos el día de la elección fue uno de los
debates centrales en la situación política. Ese día, cuando la página
oficial informaba que se habían escrutado el cien por cien de las urnas,
faltaban sumar unas 700, que representaban un 250.000 votos.
La pelea que dio el Frente de Izquierda contra estas maniobras fue
enorme. Desde el primer minuto denunciamos públicamente los faltantes,
lo que instaló a nuestros candidatos en todos los medios. La batalla al
interior del propio escrutinio definitivo fue intensísima. Grupos de
compañeros en todas las mesas defendiendo voto a voto la elección 12 ó
13 horas por día durante una semana, presentaciones legales, audiencias,
impugnaciones. Para el sector joven que organizó la batalla fue una
experiencia íntegra.
Al cierre de esta edición, entre los datos oficiales ya presentados y
los datos de nuestros fiscales, el Frente de Izquierda está pasando en
todas las categorías provinciales y prácticamente todas las categorías
locales con porcentajes muy superiores a los obtenidos en elecciones
pasadas.
Un párrafo aparte merece la lucha librada en la categoría Intendente de
la ciudad de Santa Fe, la capital provincial. El sexto día de
escrutinio, el Tribunal presentó el resultado oficial del departamento.
Allí aparecía nuestro compañero German Lavini, candidato a Intendente,
con el porcentaje necesario (1,5%), pero con la leyenda (no cumple). El
Tribunal sostenía que el porcentaje era el exigido pero no permitía que
nuestro compañero se presente en la elección general. La diferencia, en
un padrón de 302.000 personas, era de sólo cuatro votos (0,0008%). Al
cierre de esta edición, nos encontramos en una pelea intensa, que
incluye maniobras del Tribunal para rectificar el resultado oficial y
modificar el porcentaje obtenido por el Frente de Izquierda en esta
categoría, solo para dejarnos afuera.
La elección
Las elecciones de Santa Fe representan, en primer lugar, una derrota
del Gobierno nacional. Después de arroparse detrás de la derecha
pejotista, llevando al sciolista Perotti como candidato a Gobernador, el
kirchnerismo quedó en un tercer lugar en esta categoría y sufrirá, en
la elección general, una reducción significativa de sus bancas en la
Legislatura provincial. Todos los candidatos de Cristina fueron
"tapados" en listas encabezadas por los viejos cabezones de la derecha
peronista. El kirchnerismo en la provincia no es más que una camarilla
insignificante que se confunde cada vez más entre el aparato del PJ.
Sin dudas, el dato más relevante es la derrota del Frente Progresista
Cívico y Social. El progresismo quedó muy rezagado en la consideración
de la gran burguesía del país.
El bufón
Una gran parte de la burguesía de la provincia, como parte de su viraje
a nivel nacional, jugo en la provincia por el candidato del PRO, Miguel
Del Sel. Este se llevo la mayoría de los votos, superando incluso la
sumatoria de la interna del Frente Cívico. Macri se anotó en esta
elección un poroto en su carrera presidencial, pero un poroto
escasamente presentable. Después de darle el triunfo en una de las
provincia más importantes del país, Miguel no fue invitado a la fiesta
que organizó Mauricio para festejar el triunfo en Capital.
Un eventual gobierno del PRO en la provincia va a tener que lidiar con
los problemas que representa controlar una porción ínfima de la
legislatura provincial. Ocurre que la figura de Del Sel ganó a
gobernador; mientras que en la categoría diputados, el PRO quedó tercero
muy lejos de los dos primeros.
Además, no les va a ser fácil impulsar una política de alianzas en un
cuadro de dispersión política acentuada. La cantidad de internas en las
listas de los partidos tradicionales fue exhorbitante. Eso se vio en el
propio escrutinio definitivo, donde cada candidato -no cada lista, cada
candidato- defendía su voto y su resultado, no el de sus compañeros de
fórmula, lo que produjo un escrutinio caótico, repleto de gente. Sólo el
Frente de Izquierda trabajo de manera unificada.
Del Sel no es más que una marioneta que puede permitir a un sector de
la burguesía y una parte de viejo aparato reutemista controlar la
provincia. Su triunfo es una expresión de la debacle del progresismo. Es
una respuesta distorsionada de los trabajadores contra la crisis
desesperante que viven, principalmente en las grandes ciudades de la
provincia.
Nosotros, entre los ganadores
La votación obtenida en esta elección por el Frente de Izquierda es la
mejor performance realizada por la izquierda en la provincia, por lo
menos, en los últimos 35 años.
Además, fuimos uno de los protagonistas de la denuncia de las maniobras
fraudulentas del Partido Socialista. La opinión pública siguió con celo
la votación de la izquierda, que había quedado afuera en el recuentro
provisorio de votos el día de la elección y que después sorprendió
superando con comodidad todas las trabas impuestas.
El problema que se nos presenta ahora es una gran campaña para lograr
el ingreso a la legislatura provincial y en los concejos deliberantes de
las principales ciudades.
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