Edición Impresa #1357 | Por A. G.
Jorge Altamira dio una conferencia y debatió con estudiantes de la
Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT),
invitado por la Asociación de Estudiantes Argentinos de Harvard y el
MIT Club Argentino para abrir el ciclo “Charlas presidenciales”. Por
primera vez, un candidato de la izquierda fue invitado a participar de
este ciclo, que suele organizarse antes de cada campaña electoral
presidencial. En un salón colmado, Altamira habló del ascenso de la
izquierda revolucionaria en la Argentina, de la descomposición de los
partidos políticos tradicionales y la crisis financiera y política
internacional.
En su exposición, Altamira se refirió a la fusión que comienza a
producirse entre la izquierda revolucionaria y el movimiento obrero,
fenómeno reflejado en el comportamiento electoral del Frente de
Izquierda. Esa fusión es un producto y, al mismo tiempo, un acelerador,
de la declinación histórica del peronismo. “La función de los grandes
movimientos populistas es evitar que surja una izquierda, como lo logró
el peronismo en la primera época, con el objetivo de integrar a los
trabajadores, o sea a la clase social antagónica, al régimen político.
El peronismo se quedó con los sindicatos y con gran parte del movimiento
obrero. El gobierno kirchnerista confiesa ese mismo propósito cuando
declara que a su izquierda está la pared, con el propósito de integrar,
en el marco de un movimiento nacional, factores antagónicos e ideologías
contrapuestas y, de ese modo, resolver lo que para este tipo de
movimiento es un anatema: la lucha de clases”.
En ese sentido, Altamira destacó que el desarrollo del Frente de
Izquierda se ha producido “en oposición a un gobierno con esas
pretensiones (…) En cierto modo, la batalla política la hemos ganado,
los resultados se verán con el tiempo”. Después de señalar el avance
electoral del Frente de Izquierda, que incluyó vencer al peronismo en
Salta, el candidato del Frente de Izquierda a la presidencia hizo
hincapié en un aspecto notable de ese fenómeno: “Esta izquierda que
derrota al peronismo no tiene una vocación electoralista, su vocación es
movilizar a los sectores populares por medio de esta experiencia. En la
campaña electoral en esa provincia (por Salta) acuñamos el slogan
‘trabajadores, salten el cerco’, que había sido, a mediados de los años
’40, el slogan del peronismo en el norte. Llamamos en forma expresa a
abandonar el peronismo e ir a la izquierda”.
Experiencia histórica
Altamira indicó que, históricamente, “no somos una novedad, soy de la
opinión de que la izquierda argentina tiene un progreso desde los años
’60, y que la declinación del peronismo es inmediatamente posterior a su
caída (…) eso se ve en el crecimiento de la izquierda en los años ’60 y
’70, del cual nosotros hemos sido parte junto a una multiplicidad de
organizaciones.
Independientemente de numerosos errores políticos, ese crecimiento fue
cegado por la dictadura militar. Uno de los objetivos del golpe de 1976
fue detener la progresión de ese movimiento. Por eso nosotros
acostumbramos a decir que este nuevo avance de la izquierda acumula
experiencias del pasado y representa un nuevo comienzo”.
Altamira, al ir más a fondo en ese análisis, añadió: “Creo que el mayor
mérito del Partido Obrero fue haber advertido que el retorno de Perón a
la Argentina solamente se iba a producir como un recurso último del
Estado argentino, para contener a las clases subordinadas del país. Y
mientras toda la izquierda, y Montoneros y el ERP, lo veían como un
instrumento de liberación nacional y social, nosotros lo caracterizamos
como un instrumento de la contrarrevolución, como un instrumento
reaccionario. Había que tener solvencia para decir eso en la Argentina
de los años ’60 y ’70, mientras peleábamos y luchábamos. El resultado
actual es el producto de una larga evolución histórica”.
La crisis mundial
“Es un punto fundamental, y acá tenemos una polémica: nosotros
consideramos que el capitalismo está en una situación mundial gravísima.
Incluso pienso que en este momento la situación es desesperante, por
todos los pronósticos de repetición agravada de la crisis de Lehman
Brothers. Esto es consecuencia de un fenómeno fundamental: el gran
rescate a bancos y empresas por los bancos centrales no sirvió en
absoluto para disminuir la tasa de endeudamiento del sector privado
mundial, que es hoy la más alta de la historia, luego de ocho años de
crisis. Es decir, la crisis no jugó el papel de depuradora de la
situación de empresas y bancos; sucedió al revés, porque fueron
rescatados por bancos centrales y Estados. Por ejemplo, España tenía una
deuda del 40 por ciento del PBI, hoy su deuda es del 110 por ciento del
PBI. ¿Cómo se pudo haber desarrollado eso tan rápidamente? Bueno,
porque fueron a rescatar empresas. Los países viven una tensión social
descomunal”.
El candidato del Frente de Izquierda añadió: “Hoy ya nadie se pregunta
por la disolución de la Unión Soviética, hoy se discute la disolución de
la Unión Europea ¡Impresionante! ¡Después de la ‘victoria
extraordinaria’ contra la Unión Soviética!”. Altamira situó la crisis
mundial en una perspectiva histórica más amplia: “Los vasos comunicantes
en esta crisis mundial son muy grandes por una simple razón: ésta no es
la expansión del capitalismo del siglo XIX. Este es un capitalismo
maduro, gobernado por monopolios, bancos, financieras; no abre un nuevo
horizonte por el hecho de que se haya disuelto la Unión Soviética o que
haya restaurado el capitalismo en China, ha exportado esa crisis a estos
países. Nuestro horizonte teórico no es el de una izquierda que ve un
capitalismo en constante progreso y con capacidad para atender las
demandas sociales, sino un capitalismo en crisis que necesita destruir
esas demandas.
Argentina
En este cuadro, Altamira situó la crisis argentina, “que va acompañada
con el desenlace político que tengan estas elecciones, y el gran debate
es de nuevo el ajuste, como cada diez años”. Los que deberían dar cuenta
de esa nueva conmoción, señaló Altamira, “literalmente no representan a
nadie, porque los partidos políticos en la Argentina han desaparecido”.
“Nosotros, el PO y el Frente de Izquierda, en cada campaña electoral,
presentamos nuestros manifiestos; los candidatos opositores, como no
tienen partido, lanzan slogans. Entonces, la crisis económica va
acompañada de una debilidad extrema en la representación política”.
Altamira concluyó señalando que “esa debilidad del sistema político
afecta enormemente el tema de las salidas en un marco de crisis, y el
otro tema es la propia crisis capitalista”, que condiciona la
posibilidad de que Argentina salga de sus desequilibrios apelando al
mercado mundial.
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