Edición
Impresa #1370
| Por Marcelo Ramal
Después de las Paso, la campaña para las elecciones generales en la
Ciudad -que estamos cerrando en estas horas- transcurrió fuertemente
ligada a las principales reivindicaciones sociales y movimientos de
lucha.
Cuando el PRO todavía celebraba su victoria, se produjo el espantoso
episodio de la muerte de dos niños en un taller clandestino de Flores.
En nuestra intervención, reclamamos la interpelación de Rodríguez
Larreta y de los principales funcionarios involucrados, e hicimos de
ello una campaña política. Junto a La Alameda y otras organizaciones
sociales, realizamos movilizaciones y actos frente a la Legislatura.
Subrayamos que el trabajo esclavo es sólo la variante más extrema de la
precarización laboral en la Ciudad (que envuelve también al comercio,
los call centers y el propio Estado). Así lo denunció uno de nuestros afiches de campaña. Arrancamos una
sesión especial de la Legislatura para debatir la cuestión de los
talleres.
Otro aspecto de nuestra agitación electoral se concentró en la
vivienda. Hicimos un plenario con representantes de más de cincuenta
cooperativas de vivienda, que cargan con numerosas experiencias
negativas con los gobiernos de la Ciudad. Expusimos nuestro programa y
logramos adhesiones definidas, que luego se expresaron en recorridas y
actividades callejeras. Días atrás, nos acompañaron en un acto que
realizamos en la puerta del Instituto de Vivienda de la Ciudad, donde
denunciamos su vaciamiento, la política expulsiva del macrismo y la
connivencia de los opositores.
Con Pueblo en Marcha e Izquierda Socialista diseñamos una campaña
frentista que superó, en método y extensión, a lo que hicimos en las
Paso. En una gran recorrida en la Villa 21-24, de más de un centenar de
compañeros, hicimos actos y habladas en varios puntos del trayecto. Lo
mismo hicimos en la Villa 20, en los monoblocks de Lugano y en las
puertas de hospitales. La crisis del centroizquierda en la Ciudad
-varias de cuyas vertientes no pasaron las Paso- se manifestó en el
apoyo que recibimos de un sector de Proyecto Sur, que rechazó los
coqueteos de Solanas con Massa y con el peronismo
En plena campaña, ocurrió la gran movilización de la mujer del 3 de
junio. En la Legislatura, presentamos proyectos relacionados con la
lucha contra la violencia de género: la creación de centros integrales
de atención a la mujer en todas las comunas, bajo control de las
organizaciones de la mujer, y la licencia laboral por violencia de
género. Nuestro pedido de tratamiento preferencial para estos proyectos
fue destacado por los medios, e incorporamos los proyectos a nuestros
materiales de difusión callejera.
Mientras progresaba la campaña, como consecuencia del ajuste del
presupuesto de salud y educación, varios nuevos hospitales trabaron
relación con nuestra banca, en la comisión de salud. Con ellos hicimos
un encuentro el pasado 21 en la Facultad de Odontología, que resolvió
una intensa campaña en los hospitales por el voto al Frente de
Izquierda. El inicio del debate en comisión de nuestro proyecto por la
jornada laboral de seis horas en enfermería reanimó al movimiento. Otro
punto alto fue nuestra intervención en los centros de salud mental: en
un panel, en el Hospital Ameghino, polemizamos con el kirchnerismo por
la “desmanicomialización” y sus intentos de escindir a los profesionales
del sector (Macri está golpeando como nunca al Moyano y al Borda). Allí
llamamos a la unidad de todos los trabajadores de la salud mental
contra su desguace, y fuimos muy aplaudidos en un ambiente dominado por
el kirchnerismo. En el debate sobre el desarrollo urbano y los espacios
públicos organizado por un colectivo de organizaciones vecinales en la
Legislatura, expresamos (según uno de sus participantes) la solidez de
"una fuerza que quiere gobernar la Ciudad".
Crisis educativa
La campaña coincidió con el estallido de la crisis educativa en la
Ciudad. Dos proyectos -la declaración de la emergencia edilicia y la
suspensión de la NES- fueron el eje de un amplio plan de recorridas a
colegios, e intervenciones en la comisión de educación que nos abrieron
nuevas puertas. Allí donde la UJS no había aún llegado, fuimos invitados
por los padres a concurrir a las escuelas tomadas. En algunos casos,
como el instituto Yrurtia, participando de reuniones de alto voltaje
político, donde explicamos nuestra posición socialista frente a la
reforma antieducativa. Los folletos con nuestros proyectos se
repartieron masivamente en las escuelas y en toda la Ciudad.
La campaña en los barrios se contrapuso con los slogans vacíos de
Larreta, Lousteau y Recalde, que terminan su campaña enlodados por
acusaciones cruzadas y el peso de sus prontuarios y de quienes los
apoyan.
La elección de la Legislatura ha sido celosamente ninguneada -cualquier
debate al respecto hubiera sacado a la luz el cogobierno legislativo
del macrismo con el kirchnerismo y con los ‘patrocinantes' de Lousteau.
Nuestra campaña, de todos modos, no se apartó del objetivo planteado del
voto al Frente de Izquierda para la Legislatura, como primer paso de
una adhesión política militante.
La introducción de la boleta electrónica no nos releva de la necesidad
de fiscales -muy por el contrario, tendremos que reforzar las alertas en
todas las mesas y máquinas habilitadas para votar.
De aquí al domingo, en la pelea voto por voto y en las redes sociales, seguiremos dando batalla en la Ciudad
Fuente:http://www.po.org.ar/prensaObrera/1370/politicas/ciudad-una-campana-frentista-y-de-lucha
viernes, 3 de julio de 2015
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