Edición Impresa #1370 | Por Rafael Santos
A 70 años de la Segunda Guerra Mundial
Se cumple el 70° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. En
mayo de 1945, con la caída de Berlín a manos del Ejército Rojo, terminó
en Europa. En agosto -luego de tirar los yanquis bombas atómicas sobre
Hiroshima y Nagasaki- con la rendición de Japón, en Asia.
Ha sido la oportunidad para conmemoraciones y balances de diverso tipo.
Uno particular hacen formaciones políticas argentinas neoK y
frentepopulistas: reivindican del papel que jugo Stalin.
El PCR critica a Fidel Castro porque sacó una posición saludando la
gran lucha librada por el pueblo soviético contra el nazismo "pero sin
nombrar a Stalin" (Hoy, 13/5). "Es una gran injusticia" dicen los
autoproclamados maoístas argentinos.
El PC tiene similar posición. En un acto conmemorativo, su secretario
general Echegaray, planteo: "al frente de la heroica resistencia que
logro vencer al nazismo, estuvo el Partido Comunista soviético liderado
por Joseph Stalin y que, más allá de los enfoques críticos que podamos
tener sobre su papel en el proceso revolucionario, en el tema de la
guerra jugó un papel que no puede ser ignorado y menos menoscabado"
(Propuesta, 14/5).
Página 12 destaco un artículo de Atilio Borón, camarada de ruta del PC y
su política de apoyo crítico a los K: "A 70 años de la caída del
fascismo alemán... estamos en condiciones de iniciar una discusión seria
sobre la Segunda Guerra Mundial, sacando a luz el aporte decisivo de la
URSS y proponiendo una aproximación rigurosa a la figura de Stalin,
cuyos crímenes son harto conocidos pero que no alcanzan a eclipsar por
completo los aciertos que habría tenido en la conducción de lo que los
rusos llaman ‘La Gran Guerra Patria'".
¿Errores? No: política contrarrevolucionaria
Aunque reconocen "errores" de Stalin no caracterizan el papel
contrarrevolucionario que jugo su dictadura en el proceso soviético. Fue
el gran verdugo del Partido Bolchevique. En 1940 había
eliminado-asesinado todo el Comité Central que dirigió la revolución de
1917; sólo quedaban vivos Stalin y Trotsky (desterrado de la URSS). Y
Stalin lo mandó matar en su exilio de Méjico. Son millones los
comunistas asesinados y enviados a los gulags (campos de concentración
creados antes que Hitler en Alemania).
Stalin llevó sus purgas a todos los niveles. En 1936 -como parte de un
acuerdo con Hitler- asesinó a toda la jefatura del Ejército Rojo,
dejando al mismo descerebrado. Fue un elemento no menor para que Hitler
se animará iniciar la Guerra Mundial: la falta de operatividad del
ejército soviético.
¿Stalin fue el líder de la guerra? Su ceguera política -deshechaba un
análisis de clase marxista- lo llevó a desoír las advertencias de sus
principales espías de la inminencia del ataque nazi a la URSS (Sorge en
Japón, la ‘orquesta roja' en Alemania, etc.). Una vez iniciados los
ataques, Stalin seguía creyendo que era información falsa. El desastre
que sobrevino fue tremendo. Todo el ejército se desmorono y los nazis
llegaron rápidamente a las puertas de Moscú. El avance alemán fue al
principio bien recibido por los pueblos oprimidos por la burocracia.
Pero al ver que estos eran tan o más salvajes que el stalinismo y que
encima venían a restaurar la propiedad latifundista y capitalista,
comenzó a crecer la resistencia soviética. Los ‘errores' del ‘gran
mariscal' el pueblo soviético lo pago muy caro: la URSS perdió más de 20
millones entre soldados y civiles; los alemanes se desangraron con 7
millones de bajas con más años de guerra y en todos los frentes. El
triunfo soviético se debe a la propiedad pública de los medios de
producción que con una planificación centralizada fueron trasladados a
los Urales, trabajando a toda maquina para proveer de incesante
armamento al heroico pueblo.
Contra la revolución en la postguerra
Atacada la URSS, Stalin acuerda con las potencias imperialistas aliadas
(Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos) enfrentar a Hitler. Pero se
compromete a frenar todo proceso revolucionario durante y después de la
guerra. Es sabido, la guerra es partera de la revolución socialista: la
primera es producto de la crisis capitalista, la segunda la salida
revolucionaria a la barbarie de esa crisis.
Por pedido de Churcill, Stalin disolvió la Internacional Comunista como
garantía de que abandonaba definitivamente el apoyo a la revolución.
En el transcurso de una guerra interimperialista por el dominio de los
mercados, el deber de los revolucionarios es impulsar la revolución. Fue
lo que plantearon e hicieron Lenin y Trotsky en la Primera Guerra
Mundial.
Para el PCR en cambio la guerra que "comenzó como una
confrontación entre las potencias imperialistas... se transformó a
partir... de 1941" cuando Alemania invade la URSS "en una guerra mundial
antifascista". Para Echegaray (PC) también "sólo la alianza del
capitalismo y el comunismo contra el fascismo permitieron salvar la
democracia". La lucha de clases para abolir al capitalismo fue
reemplazada por el enfrentamiento entre democracia y fascismo. Como si
la democracia imperialista no fuera también un Estado de opresión y
barbarie no sólo sobre su clase obrera, sino contra los pueblos
coloniales del mundo. El PCR se suma a la política concreta del
stalinismo criollo que se puso en la década del '40, del lado de la
Unión Democrática contra la deformada resistencia nacional del
peronismo. Echegaray se queja: "lamentablemente, para los antifascistas
argentinos fue particularmente duro" que Argentina no entrara en guerra
-como "hicieron Brasil y Colombia que enviaron tropas al frente
europeo". El PC actuó en el movimiento obrero como quintacolumna de la
burguesía imperialista: sabotaje a la histórica huelga de la carne, etc.
Ambas vertientes -PC y PCR- tienen un origen histórico stalinista
común.
La derrota fascista encontró a Stalin en su principal papel
contrarrevolucionario, pactando con el imperialismo ‘democrático' la
contención de la revolución. El PC afirma que "se lograron varias
décadas sin guerras mundiales y la abrumadora mayoría de colonias y
países dependientes iniciaban el camino a su independencia política".
Stalin se opuso a la extensión de la revolución: en China y en
Yugoslavia: los PC tuvieron que romper con el mismo para enfrentar a la
burguesía y al imperialismo y tomar el poder. En Italia (ver PO
anterior), en Francia, en Grecia, etc., los PC stalinistas desarmaron a
las masas e integraron gobiernos de "unidad nacional" con la burguesía,
gran parte de la cual había sido pronazi. El bloqueo central fue la
política llevada sobre Alemania para dividirla e impedir el desarrollo
de la lucha de clases y la revolución. Una política conciente. "El mejor
alemán es el alemán muerto" decía un propagandista stalinista. Ocupadas
zonas por el Ejercito Rojo se envío sectores atrasados a saquear y
violar mujeres para que no hubiera posibilidad de confraternización
revolucionaria. Disolvieron los comités antifascistas que se creaban a
medida que se desmoronaba el Reich.
Lo mismo con la revolución colonial. El PC stalinista francés apoyo el
intento de mantener el dominio imperial sobre Viet Nam y Argelia, etc.
Los avances revolucionarios de postguerra se lograron superando la
política contrarrevolucionaria ‘democrática' del stalinismo. Ejemplo
contundente fue el triunfo de Fidel y el Che en Cuba enfrentando la
oposición del PC stalinista, partidario de un gobierno de unidad con la
burguesía.
La emergencia de la campaña electoral en marcha impide desarrollar en
lo inmediato cursos o charlas sobre la Segunda Guerra que muestren el
carácter contrarrevolucionario del stalinismo.
No es casual que el PC que apoya al frente K, como el PCR que integra
el Frente Popular de centroizquierda, aprovechen el aniversario para
reivindicar a Stalin. No solo para defender una trayectoria
contrarrevolucionaria. Es un ataque contra el ascenso del Frente de
Izquierda, que plantea un camino de independencia política para los
trabajadores.
martes, 7 de julio de 2015
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