El duro conflicto de la línea 60 lleva una semana y se encuentra en un
momento de enorme tensión. El lock-out patronal con más los 48 despidos,
apunta a quebrar al cuerpo de delegados para emprender una depuración
de personal como parte de la reorganización de una empresa que desde
hace años viene dilapidando los enormes subsidios del Estado sin
invertir ni en unidades ni en repuestos, ni en herramientas de trabajo.
El Ministerio de Trabajo fogonea, junto a la UTA, el desangre de esta
lucha de los choferes. El primero no hace cumplir la conciliación
obligatoria con los despedidos adentro cuando tiene todas las
condiciones para hacerlo, pues puede sacarle los pisos a la empresa. La
UTA no reclama la reincorporación ni se solidariza con el conflicto
cuando correspondería un paro de los colectivos para ganar esta huelga.
Los trabajadores resolvieron insistir con su modalidad de lucha y poner
las unidades a funcionar sin cobrar boleto La medida refrescó el
entusiasmo de los choferes y cuenta con el apoyo de los pasajeros,
quienes avalan con sus firmas a los colectiveros, pero la respuesta de
la patronal fue ampararse en la Justicia y las fuerzas de seguridad.
Tienen un estado de sitio sobre las cabeceras de la 60 que impiden sacar
los micros.
El apoyo extendido de otras líneas, que envían delegaciones a las
cabeceras, y de numerosas organizaciones sindicales y estudiantiles, dan
el marco para transformar el conflicto de la 60 en una causa de todo el
movimiento obrero. Está planteada una marcha para el día martes del
Obelisco al Ministerio de Trabajo, así como también otras acciones de
lucha. Es de suma importancia que el movimiento de lucha de la UTA
convoque a un gran plenario obrero en la cabecera de Constitución para
darle fuerza y proyección a cualquier acción en defensa de los
despedidos. Todo el apoyo a los luchadores de la 60.
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