Edición Impresa #1374 | Por S.V. y J.F.
Por la victoria de la gran lucha de los choferes
Al momento de cerrar esta edición, los choferes de la 60 han anunciado
un bloqueo en la Panamericana y han planteado que sólo aceptarían que
salgan las unidades de Plaza Constitución si fuesen conducidas por los
trabajadores despedidos.
El martes 28, la Gendarmería de Berni dispersó, con miles de
efectivos, gases, palos y balas de goma, el corte de la Panamericana a
la altura de la ruta 197. La brutal represión dejó un saldo de treinta
heridos y siete obreros detenidos.
La resistencia firme de los trabajadores permitió que una vez
desalojados de la autopista, se mantuvieran acampados y cortando en su
totalidad esa ruta nacional. Una asamblea permanente en el lugar escuchó
las intervenciones solidarias de sindicatos, delegados de diversos
gremios y partidos políticos. La Coordinadora Sindical Clasista (Partido
Obrero), que viene apoyando activamente la lucha, fue parte del corte
de la autopista y de la resistencia a la represión. También intervino
por medio del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la
Construcción (Sitraic) y de los choferes de Ecotrans, en el corte
simultáneo realizado en puente La Noria.
El gobierno provincial, después de la feroz represión, ofreció una
mediación a través de Granados. Éste, sin embargo, hizo de vocero
patronal. Planteó que los patrones de la 60 ofrecían la reincorporación
de los últimos 48 despedidos, a condición que los choferes paguen desde
ahora sus infracciones de tránsito, que admitan los despidos sin causa
(depuración) y que levanten los comedores de fondo de lucha ubicados
desde hace mucho en cada cabecera. Sin esperar una contrapropuesta de
los trabajadores, Granados, el supuesto mediador, interrumpió las
tratativas y el conflicto volvió a fojas cero.
El miércoles, la jueza Servini de Cubría dio la orden de normalizar la
salida de micros desde cabecera Constitución cobrando boletos -el no
cobro de boleto viene siendo la medida de lucha de la 60-, lo que supone
que manejen carneros y, de hecho, el enfrentamiento con los
trabajadores que permanecen en esa terminal. Ante el anuncio de la
jueza, durante la tarde del miércoles, decenas de delegaciones
solidarias se concentraron junto a los vallados para evitar esta otra
maniobra del gobierno contra el conflicto.
El gobierno nacional ha salido a quebrar el conflicto, lanzando una
campaña a través de sus voceros. Para el diputado Edgardo Depetri, los
choferes y la izquierda “buscan un muerto”; para el provocador Aníbal
Fernández, los choferes quieren que la reincorporación de los cesantes
sea “La Comuna de París”, cuando es el gobierno el que oficia de
maximalista frente a los trabajadores.
Si se pudo solucionar el conflicto de Cresta Roja, que podía dejar
3.000 familias en la calle, puede haber una solución inmediata para los
despedidos de las 60. Si ésta no llega es porque hay una decisión
política de la mano de la patronal de la 60, del gobierno y de la
burocracia de UTA de intentar quebrar un cuerpo de delegados de lucha,
el cual dirige una de las líneas más importantes del conurbano. Roberto
Fernández, de la UTA, ha declarado que “en la 60 no hay ningún conflicto
gremial”.
Asamblea obrera
El sábado 25, el cuerpo de delegados resolvió una medida
significativa: la convocatoria a organizaciones gremiales y políticas
para extender el conflicto y romper el sitio por hambre de la patronal y
el gobierno -a partir del 4 de agosto quedan sin cobro de sueldo. Se
programaron cortes de ruta con epicentro en la cabecera de Maschwitz,
que se repetirán hasta que no haya respuestas, y para el viernes 31 una
reunión amplia de organizaciones, para decidir próximas acciones. Una
importante delegación de choferes volcó dicha agenda en el plenario
obrero de la Lista Unidad del Frente de Izquierda en el Bauen, donde más
de 700 representantes sindicales comprometieron su apoyo.
El conflicto de la 60 tiene trascendencia nacional. Sólo la
desvergonzada burocracia de la UTA no convoca un paro en su apoyo.
Además de las acciones huelguísticas, los cortes, los piquetes, la lucha
por un fondo de huelga y la difusión del conflicto está planteado
organizar una enorme marcha de todas las organizaciones políticas,
sociales, y sindicales -comisiones internas y delegados que apoyen la
lucha de la 60 junto a la Fuba y los organismos de derechos humanos.
Bajo la dirección de la 60, ir con todos dirigentes sindicales y
políticos a instalarse en la sede del poder político hasta que triunfen
Los choferes de la 60 ya le han mostrado al país que están decididos a
quebrar la resistencia patronal, apuntalada por el gobierno y la
burocracia de la UTA. Un apoyo de la clase obrera a su lucha es
necesario para que puedan ganar.
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