La asunción de los nuevos diputados nacionales y legisladores del
Frente de Izquierda en diferentes provincias ha reproducido en mayor
escala lo que ya vivimos en 2013: el PTS inscribió como propias las
bancas que se obtuvieron colectivamente, rechazando hacerlo en el marco
de un bloque común del Frente de Izquierda.
Así ocurrió en Córdoba, donde el Frente de Izquierda obtuvo tres
diputados (el PO e IS, en cambio, resolvieron constituir el bloque FIT);
en las dos bancas de Neuquén, donde Raúl Godoy ha formado un bloque
separado; en Mendoza, donde el FIT contará con dos senadores y cuatro
diputados provinciales, además de numerosos concejales; y en la Ciudad
de Buenos Aires, donde el FIT pasa a tener dos bancas en la Legislatura
porteña.
En el Congreso Nacional, Myriam Bregman ya se había separado del bloque
del FIT apenas asumió su banca en lugar de Néstor Pitrola. Ahora, a
partir del 10 de diciembre, el bloque del Frente de Izquierda en el
Congreso estará constituido por los tres diputados del Partido Obrero
-Néstor Pitrola, Pablo López y Soledad Sosa, que asume en lugar de
Nicolás del Caño. Bregman, por separado, formó el "bloque PTS".
La escisión de los diputados del PTS de un bloque común comporta una
ruptura con todos los acuerdos fundacionales del FIT, que establecieron
la rotación y la gestión colectiva de las tareas legislativas. La
apropiación para un partido de bancas conquistadas en común es una
usurpación política, incluso frente al electorado que votó por "un
bloque del Frente de izquierda", en el Congreso o en las legislaturas.
Los acuerdos de rotación que firmamos en 2011 implicaban la
participación de asesores de los tres partidos durante los mandatos
legislativos de los sucesivos compañeros y, naturalmente, un debate
colectivo sobre los desafíos políticos a enfrentar por los diputados del
FIT. El "rancho aparte" del PTS ha implicado el desconocimiento de esos
acuerdos, con excepción de la rotación, y la exclusión de los otros
partidos del Frente cuando a los diputados de ese partido les toca
ejercer sus mandatos.
En este cuadro, y después de haber ratificado esta escisión en todas
las legislaturas, los compañeros del PTS de Mendoza le han enviado una
carta al PO de esa provincia proponiendo la constitución de un
"interbloque" de diputados y senadores. Estamos ante una maniobra o
tentativa de encubrir una política escisionista, cuyo origen, sin
embargo, podemos adivinar. La escisión de las bancas le ha originado al
PTS una crisis y un rechazo político que, en el caso de Mendoza, es
proporcional al lugar electoral alcanzado por el FIT. Ese daño, sin
embargo, alcanza al conjunto del Frente de Izquierda, ante la evidencia
de que sus conquistas parlamentarias son un campo de intensas disputas
faccionales. Desde el Partido Obrero, no podemos contribuir a disimular
ese daño con imposturas políticas -por caso, admitiendo un remiendo
precario -el "interbloque". Reclamamos un debate político en la mesa
nacional del Frente de Izquierda y una salida nacional a esta crisis:
asumir los acuerdos originales del Frente de Izquierda, constituyendo
bloques comunes en el Congreso y en todas las legislaturas, y debatir
una agenda de lucha política de cara a todos los episodios que planteará
la actual transición y el ajuste en marcha contra los trabajadores.
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