El viernes 12, en horas de la tarde, una médica residente trasladó a
una paciente que debía realizarse una resonancia magnética. Ingresó al
sector donde se encuentra el resonador con una silla de ruedas
convencional y cuando la paciente se paró, la silla de ruedas, que es de
metal, material inapropiado para dicho lugar, fue succionada por el
resonador.
Un accidente inesperado que es producto de las malas condiciones
laborales, ya que el traslado debería haberlo realizado personal idóneo y
no una médica, que puede desconocer ciertas medidas de seguridad y que
tiene otras responsabilidades a cargo.
Esta situación está siendo utilizada por las nuevas autoridades del
hospital para incriminar a los trabajadores en cuestiones de sabotaje y
responsabilizarlos de los daños, cuando en realidad son ellos mismos los
que no garantizan las cuestiones elementales en cuanto a condiciones de
higiene y seguridad laboral. Al mejor estilo de Aníbal Fernández con
los ferroviarios, los saboteadores son los trabajadores. Ni lerdos ni
perezosos, ya iniciaron las denuncias penales y los medios nacionales se
hicieron eco del “sabotaje” en el Posadas.
Peor aún, cuando el propio jefe de servicio de diagnóstico por imágenes
informó a las autoridades sobre lo ocurrido, la dirección, sabiendo que
se trataba de un accidente, armó la farsa del sabotaje. Luego, en
conferencia de prensa, fue más lejos todavía al plantear que existe un
clima de amenazas que provendría de los trabajadores.
Lo concreto es que esto le viene como anillo al dedo para justificar la
posibilidad de despidos masivos en el hospital al igual de lo que
sucede en todo el Estado nacional.
Las nuevas autoridades
Las nuevas autoridades llegaron al hospital el 11 de enero de este año
designadas por el Ministerio de Salud por 180 días -ad referéndum del
Poder Ejecutivo Nacional. Lo primero que hicieron fue acatar el decreto
254/16 del nuevo gobierno, que plantea la revisión de los contratados de
los últimos tres años.
El 10 de diciembre pasado renunciaron todos los funcionarios de
Sabbatella, quienes habían venido en abril de 2015 como parte de una
intervención designada por Cristina. En los ocho meses de gestión,
utilizaron un enorme presupuesto para su propia campaña política, y se
estima que durante esos meses ingresaron 1.800 nuevos trabajadores.
Esta situación de connivencia entre las burocracias y la gestión que
acaba de irse hicieron posible que se haga la vista gorda en un montón
de cuestiones, al punto que el sabbatellismo y el propio kirchnerismo
mantuvieron la situación de precarización y pésimas condiciones
laborales. No olvidemos que luego de la trágica muerte de Emanuel
-noviembre 2014-, las cosas continuaron de la misma manera. Hoy, el 80%
del personal sigue siendo contratado desde hace más de 20 años, se
realizó un concurso de pase a planta sólo para sólo 580 vacantes, cuando
la mayoría solicitábamos el pase a planta, generando mayor diferencia y
enfrentamiento entre los trabajadores.
Hoy, el director Díaz Legaspe plantea que han ingresado militantes de
Nuevo Encuentro y serán investigados. Por otro lado, el sabbatellismo
sale al cruce planteando que la actual gestión pretende imponer
despidos. Unos y otros son responsables de la desidia, abandono y
precariedad, una situación que afecta tanto a trabajadores como a
pacientes.
A principios de año, ATE realizó una asamblea donde planteó que no iba a
haber despidos, que ellos tenían muy buena llegada a los directivos,
que se reunían diariamente, acto seguido plantearon que no se hacían
cargo de los ingresos “irresponsables”, con esto plantearon una
negociación con las autoridades y en segundo término le soltaron la mano
a los sabbatellistas. Esto pinta de cuerpo entero a una burocracia que,
esté quien esté, trata de negociar para mantenerse.
La incertidumbre y la bronca de los trabajadores son inmensas. Ante la
crisis permanente que existe en el hospital, en primer lugar, debemos
plantear:
• ningún despido;
• pase a planta permanente de todos los precarizados sin concurso;
• que se abran los libros del hospital y que una comisión electa en asamblea verifique como se utiliza el presupuesto.
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