27 de marzo de 2016
| Por Nora Biaggio
El fallecimiento de Mary Sánchez nos obliga a dar cuenta de la historia
de esta dirigente sindical del gremio docente. Sirve recorrer la
historia de su intervención gremial, porque ella ofrece también una
oportunidad para abordar una tradición histórica que sólo
comprendiéndola podrá ser superada.
Nuestra crítica, que se encarnó en una lucha de años de la mano de la
organización docente antiburocrática más importante del país, Tribuna
Docente, no nos hará olvidar, sin embargo, que Mary Sánchez acaudilló
-junto con Cecilia Martínez- el primer gran paro y movilización contra
la dictadura en la provincia de Buenos Aires -cuando las UDEB (Unión de
Educadores Bonaerenses) de La Matanza y Morón marcharon por la Avenida
Rivadavia en 1982. O sus inicios como sindicalista, cuando en 1972 la
dirigente ultramilica de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB),
María Ferrabosco, echó a La Matanza y a 22 distritos "disidentes” por
haber cumplido durante 1971 los paros del Acuerdo de Nucleamientos
Docentes, movimiento que fuera precursor de la Ctera. No casualmente las
crónicas ignoran esta parte de la historia.
También reivindicamos su papel en la sindicalización de la docencia
como trabajadores de la educación, enfrentando la organización anterior
en asociaciones por ramas y niveles, o como profesionales. Sánchez
defendió el carácter de asalariados de los maestros y profesores, de
“obreros de la tiza” como gustaba decir ella.
Sin embargo, su defensa incondicional de la alianza de clase con el
capital y del peronismo la llevaron a abandonar la Ctera a finales de
1975, en medio del Rodrigazo y de la Triple A.
Reingreso
El reingreso a Ctera lo hizo con La Matanza y los sindicatos que
dirigía recién durante el gobierno de Raúl Alfonsín, sobrepasada por la
inmensa tendencia que había en la docencia por recuperar la Central y
sus sindicatos, que habían sido atacados por la dictadura.
Volvió para garantizar la colonización de la Ctera por parte del
peronismo. Se dio un plan de conquista de direcciones sindicales
provinciales y distritales, ingresó a la CGT ubaldinista, quebró la
Ctera y levantó, junto con Marcos Garcetti (dirigente de una de las
Cteras -que por entonces estaba dividida) la histórica huelga por tiempo
indeterminado en 1988 que reclamaba el nomenclador único nacional. Esa
huelga histórica fue levantada sin ninguna conquista y usando para eso
al novel Suteba, constituido sobre la base del estatuto verticalista y
burocrático de la UOM. De ese modo, impuso la mayoría absoluta en la
central.
Luego, como secretaria general de Ctera, tuvo un papel fundamental en
el levantamiento de la huelga de 1991 contra el traspaso de las
secundarias nacionales a las provincias. Así, abrió el camino para la
reforma antieducativa de Menem-Decibe, que impuso el principio de
descentralización de la educación a nivel nacional.
Fue activa
defensora de la Ley Federal Educativa menemista. Logró que se votara, en
1993, el proyecto de ley que representaba a los proyectos de la
iglesia, los radicales, los peronistas y la propia Ctera. Defendió desde
el parlamento, como diputada, y desde las conducciones celestes del
gremio docente, esta ley privatista, acorde a la mercantilización y a
la injerencia de la iglesia en la educación.
Kirchnerismo
Adhirió, antes que la propia Lista Celeste, al "modelo”. Y así pasó de
dirigente sindical a funcionaria. Y desde ese lugar, manejó fondos en
Cooperación Escolar (tenía el piso 14 en la DGEYC), que es el ámbito en
el que se negocian los presupuestos.
Cumplió un papel en el sostenimiento del programa capitalista de
educación y en el armado de un sistema paralelo de precarización y
deseducación que son, entre otras iniciativas, programas como el Plan
Fines.
Nuestra corriente, Tribuna Docente, nació delimitada desde el inicio de
esta política de sometimiento de la docencia y sus organizaciones al
Estado y enfrentó a Mary Sánchez.
La conquista en la actualidad de la conducción del Suteba Matanza (cuna de la Celeste) y de otros 8 distritos en Buenos Aires por parte de
la Multicolor (y conquistas en otras provincias), nos coloca en la
enorme perspectiva de la independencia de clase, cuestión que hace
imprescindible superar al peronismo y a la burocracia sindical.
Nora Biaggio
Fundadora de Tribuna Docente
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