Convertir a la clase obrera en dirección política de la lucha contra el ajuste
La Comisión de movimiento obrero deliberó con 119 delegados, entre los
que se encontraban trabajadores de gremios estratégicos, como la
construcción (Sitraic), UOM, docentes (Suteba combativos, AGD-UBA,
Adiunt, Ademys, UTE, docentes de Santiago del Estero, de Amsafe, Adosac,
Aten, etc.), estatales (de ATE y de la CTA de Mendoza, de la CTA de
Santa Cruz, de Tierra del Fuego), Neumático, gráficos, Atrana (radio
Nacional), prensa (Perfil, Tiempo, Sipreba), Smata, ferroviarios,
Foetra, UTA, aeronáuticos, entre muchos otros, y destacados dirigentes
sindicales que dieron cuenta del avance del PO y de la Coordinadora
Sindical Clasista en el seno del activismo y de las organizaciones
obreras combativas.
La Comisión abordó el ataque en marcha a los trabajadores transformados
en centro del ajuste que tiene por eje el pacto buitre, pero por sobre
todo, su alcance. El ajuste de Macri y los gobernadores, que comparte
toda la burguesía, removerá todas las relaciones y compromisos de la
etapa precedente, lo que pone a los sindicatos en el medio de la
tormenta.
La combativa clase obrera argentina será protagonista de grandes
choques. El problema de los problemas es superar, mediante una clara
hoja de ruta, el freno de la burocracia sindical que practica un pacto
social no escrito, inestable, sujeto a la crisis del peronismo y, por lo
tanto, proclive a fracturas y convulsiones.
La primera tarea es preparar, mediante la agitación, la propaganda y la
organización, las condiciones políticas para que el movimiento obrero y
la izquierda revolucionaria se eleven como dirección política de la
lucha para quebrar el ajuste. Macri deberá probar su capacidad para
llevar a cabo semejante ataque a la clase obrera. El protocolo anti
manifestación es el intento de reforzar la capacidad de represión del
Estado con ese objetivo.
Macri y los gobernadores están acosados por las grandes luchas
provinciales de docentes y estatales. La huelga de Santiago del Estero,
la huelga y acampe masivos de Tierra del Fuego contra los despidos y el
aumento cero de la gobernadora K, Rosana Bertone, el paro masivo del
cordón industrial de Rosario para frenar los despidos de ArZinc, el paro
nacional de ATE o la histórica huelga y ocupación de los trabajadores
de Tiempo Argentino y Radio América son expresión de ello. El reflujo
relativo impuesto en el año electoral por la burocracia cruje por todas
partes.
Los delegados caracterizaron que la unidad de la CGT responde por
completo a un objetivo reaccionario, pero sujeto a la crisis del PJ. Por
otro, a una presión de los trabajadores, que los obliga a poner en el
tapete reivindicaciones como ganancias y despidos, a las que le han dado
una perspectiva parlamentaria. Lo mismo vale para la desintegrada CTA.
Nuestra herramienta será el frente único de clase. Su condición es la
más clara delimitación de un kirchnerismo en desintegración, que es
agente último de la burocracia y del ajuste.
El choque con la clase obrera se va a expresar en la lucha contra los
despidos y las suspensiones, lo que plantea la necesidad de un programa:
el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, 40% y
paritarias sin techo y salario igual a la canasta familiar, la abolición
de ganancias en los salarios y la defensa de los convenios colectivos
contra toda cláusula de flexibilización laboral y superexplotación. Fue
rescatado el método de la huelga con que la Línea 60 y aceiteros
quebraron despidos y topes en 2015, como el método por excelencia de la
clase obrera.
Entre las resoluciones centrales destacamos la campaña nacional con el
proyecto de abolición de ganancias y por un paro nacional para
imponerlo, la intervención en las elecciones estratégicas del neumático,
gráficos y otros gremios industriales y de varias seccionales y
sindicatos docentes. También la extensión nacional del trabajo del
Sitraic, cuando la Uocra de Gerardo Martínez ha dejado pasar más de
70.000 despidos. También, sumar al sindicalismo clasista el acto del 1˚
de Mayo que propondremos convocar al Frente de Izquierda.
En ese contexto, el XXIII Congreso aprobó la convocatoria a una
Conferencia Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista para mediados
de año.
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