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martes, 17 de mayo de 2016

La batalla parlamentaria del Partido Obrero

#Prensa Obrera 1410 | Por Néstor Pitrola


El parlamento se transformó en un campo de maniobras del conjunto de la burguesía a partir de la “parlamentarización” de las reivindicaciones obreras por parte de la burocracia sindical que eludió, por esta vía, la convocatoria de un paro nacional y un plan de lucha contra el conjunto del ajuste.  
 
Primero llegó la maniobra del Senado, con el PJ a la cabeza, recortando la ley a seis meses, luego las maniobras dilatorias de citación a la burguesía y a la burocracia sindical a “exponer” en las comisiones de Diputados, luego la precipitada convocatoria de Macri a las cámaras empresarias para respaldar el veto. 
 
En un mes y medio se agotó la experiencia, con un saldo negativo para los trabajadores: salga el proyecto del Senado o salga bastardeado con los subsidios a las patronales, irá al veto de Macri de toda la ley o de los artículos que prohíben el despido y aún de la opción de la doble indemnización por parte del trabajador.  
 
Para la representación obrera y socialista se trató de un laboratorio político. Primero marcamos ante las cinco centrales obreras, el 30 de marzo, que el “parlamento está dominado por los lobbies capitalistas que actuarán contra cualquier prohibición de despidos y los demás proyectos obreros, y si no, vendrá el veto de Macri”. 
 
El proceso político desenmascaró a cada fuerza política de la burguesía, y hasta desnudó el seguidismo de izquierda. El Frente para la Victoria fue el autor de la gran maniobra del Senado; el Frente Renovador se mostró como el árbitro funcional al macrismo prostituyendo la ley con subsidios a las patronales que promueven el despido en lugar de prohibirlo. Macri tuvo que jugar a fondo la amenaza de veto, rompiendo virtualmente las precarias coaliciones que tejió para la aprobación del pacto buitre. Por su parte, la burocracia sindical tuvo que movilizar limitadamente el 29, se rompió (Barrionuevo, Pignanelli, Venegas y Viviani no fueron) y se quedó con las manos vacías. 
 
Los grandes perdedores de este minué son los trabajadores. Al otro día del compromiso trucho firmado en la Rosada despedían 23 compañeros en Massalin, algo que Triaca, como tantas cosas, no pudo respondernos en el debate mano a mano. A esa hora se movilizaban los compañeros del Sitraic contra los 70 mil despidos en la construcción y nosotros éramos aplaudidos por los trabajadores del Ministerio de Trabajo que denunciaron, a través nuestro, el despido de 280 trabajadores.
 
La segunda sesión para tratar una ley (la única que hubo fue por el pacto buitre) en Diputados, convocada por la oposición fracasó, lo que marca la temprana crisis de los acuerdos políticos “ley por ley".
 
El Partido Obrero, en el curso de este intenso debate y crisis política actuó mediante el recurso parlamentario de un proyecto propio, transformado en dictamen de minoría, que lanzamos en diciembre en los albores del ajuste de Macri y los gobernadores, y que constituye un programa integral de lucha de la clase obrera, fundado en el principio del reparto de horas de trabajo sin afectar el salario para que la crisis la pague el capital. Llegamos hasta el final del debate sin apoyar nunca los proyectos oficiales, que pueden constituir un obstáculo a los despidos y a la política estratégica de baja de costos laborales para recomponer la tasa de beneficio de la burguesía, pero que no tienen alcance alguno como programa de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas.
 
Cada intervención parlamentaria ha remarcado la necesidad de la acción directa y ha fijado nuestra posición como contribución al debate de los sectores en conflicto, de los paros nacionales de gremios, de las huelgas en los lugares de trabajo. En este cuadro tenemos que reflexionar el contenido que tendría un paro nacional. Puede resultar disparado como repudio al veto de Macri, en caso de producirse. Se trata de una perspectiva de crisis, pero encuadrada en el operativo de contención de una burocracia sindical que acuerda con el lineamiento de fondo de “sincerar la economía”. 
 
Nuestra perspectiva es antagónica al paro de descompresión. Lo nuestro es la reacción huelguística en los lugares de trabajo y provincias y el paro nacional como comienzo de un plan de lucha para que millones de trabajadores movilizados quebremos el ajuste e impongamos un giro copernicano en la situación política. 
 

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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