Todo indica
que la lucha de gangsters por el control del fútbol argentino terminará
en un acuerdo. Resulta útil, sin embargo, analizar en qué consiste el
botín en disputa, más allá del resultado de la pugna entre el sector que
lleva de figurón a Marcelo Tinelli (River, Boca, San Lorenzo, Racing)
por un lado y, por otro, el de Hugo Moyano (Independiente) y su yerno
Claudio “Chiqui” Tapia (Barracas Central y casi todo el ascenso)
La piedra de toque es la organización de una Súper Liga empresarial (se
discute si funcionará dentro de la AFA o afuera de ella), que implicará
la colonización del fútbol argentino por camarillas empresariales y
pulpos extranjeros: un paso decidido de transición hacia un sistema de
sociedades anónimas como el que rige en la mayor parte de Europa. El
acuerdo que ahora se discute, como se ha publicado en los medios,
colocaría a Tinelli al frente de la Liga y dejaría una AFA “residual” a
cargo de la programación del seleccionado y del ascenso (de la
comercialización y el marketing de la Selección también se haría cargo
Tinelli). La crisis, sin embargo, sigue abierta: es que el macrismo
recela de darle al camionero y capo de Independiente el manejo de la
AFA, aún cuando ésta quede reducida al manejo de los torneos locales. El
diario El País, de España, habla de “guerra abierta” entre los
dirigentes del fútbol de la Argentina, mientras emisarios del gobierno y
de “los cuatro grandes” viajan a Europa para negociar una intervención a
la AFA que no provoque sanciones por parte de la FIFA. Moyano, por su
parte, ha respondido a las hostilidades de Tinelli (y Macri?) con la
amenaza de un “paro del fútbol”. En función del gigantesco negocio en
juego, estaría dispuesto a las “medidas de fuerza” que no estuvo
dispuesto a hacer por los despidos.
Esto se discute en medio de una crisis de profundidad sorprendente: la
AFA libró, en solo dos meses, casi quinientos cheques sin fondos por 73
millones de pesos, y el cuerpo técnico del Seleccionado no cobra sus
sueldos desde hace siete meses.
La “CEOcracia” en el fútbol
El más claro expositor del asunto fue Daniel Angelici, capomafia del
juego y titular de Boca: “El presidente de la Liga va a ser un CEO, un
profesional” (Infobae, 20/5). Angelici tuvo el mérito de decir con todas
las letras de qué se trata: “En esta Súper Liga, más allá de
profesionalizarnos, vamos a discutir de dinero y yo defiendo los
intereses de Boca. Nosotros somos de los clubes que más generamos”. Es
cierto, de dinero se trata. De mucho dinero. La única gran mentira de
Angelici es que él defienda los intereses de Boca. Ni él defiende a Boca
ni su aliado Rodolfo D’Onofrio defiende a River. Ellos representan
intereses de camarillas empresariales que buscan repartirse un negocio
enorme, y sólo en función de eso les interesan sus clubes.
El monto de dinero en juego tiene una magnitud por el momento
desconocida hasta por los protagonistas de la lucha mafiosa que se libra
en estas horas. A los derechos de televisación y publicidad (sólo por
la ropa del Seleccionado, Adidas paga 32 millones de euros y se intenta
renegociar por más) se añaden los de las apuestas en el fútbol, un
negocio con el que quería quedarse Cristóbal López pero ahora es
Angelici el que pretende morder un pastel que aún no entró en el horno.
Debe añadirse que el conflicto no es en modo alguno puramente interno.
El desembarco de Barack Obama en Buenos Aires y Bariloche fue otro
motivo de inquietud en la calle Viamonte y en las oficinas de Clarín y
de Torneos y Competencias. Es que en el Air Force One llegaron también
dos emisarios del magnate Ted Turner, propietario del pulpo televisivo
internacional. Los yanquis se reunieron con el gobierno de las
intenciones de Turner (Imagen Satelital SA en la Argentina) de ofrecer
hasta 1.700 millones de pesos por la transmisión de los partidos de
Primera División, e incluso de quedarse con un pedazo de lo ya comprado
por Clarín y TyC; es decir los torneos del ascenso, la Copa Argentina,
los amistosos del Seleccionado y los partidos por las eliminatorias para
Rusia 2018. Turner también quiere comprar Telefé y C5N.
Por otra parte, la Súper Liga se jugará de agosto a agosto; es decir en
coincidencia con los campeonatos europeos, lo cual facilitará la
comercialización del fútbol local y hará confluir las temporadas de
pases. En otras palabras: la colonización se completa. Lo que antaño se
llamaba “el semillero” del fútbol argentino es ahora una incubadora, que
ya permite a niños de 13 años emigrar a Europa, como fue el caso de
Lionel Messi. Los clubes, que tuvieron en el pasado una función
progresiva de vida social entre vecinos y simpatizantes, quedarán
reducidos a la servidumbre respecto de los dueños del negocio. Las
camarillas capitalistas que los gobiernan, y suelen hipotecarlos
utilizando la venta de jugadores como garantía, seguirán siendo las
socias menores de sus desfalcos, sostenidos a costa de esquilmar a
socios y simpatizantes. Una metáfora de la Argentina del endeudamiento
crónico y las bancarrotas regulares. Como también ocurre en el país, la
quiebra de la AFA querrá ser resarcida con un operativo de
recolonización a gran escala.
Así, el fútbol se ha convertido en un botín mafioso de capitalistas
criollos, burócratas sindicales y pulpos imperialistas. Es tiempo de que
socios y simpatizantes del fútbol tomen el asunto en sus manos para
terminar con este despojo.
La realidad es que esto viene sucediendo desde hace años, los clubes se vacían y quiebran y lo unico que importa es el comercio futbolístico con representantes y empresarios dueños de los jugadores jugadores , luego tranzaron con el estado con lo cual no puede haber nada bueno couando se mete el estado todo es una mafia con lo cual habria que eliminar a la AFA y a la Superliga y hacer descender a todos los equipos a las ligas locales para dedicarse a preparar deportistas desde chicos y para todas las disciplinas, hacer crecer a todos el movimienbto olímpíco y dejar el futbol en segunda o tercera prioridad
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