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jueves, 2 de junio de 2016

Marchamos por el paro nacional y el plan de lucha

JORNADA CONVOCADA POR LAS CTA 
 
Columna independiente de la Coordinadora Sindical Clasista, la izquierda y el clasismo
 
2 de junio de 2016 | #Prensa Obrera 1413 | Por Daniel Sierra - Miguel Bravetti 
 
La convocatoria realizada por las dos CTA -lideradas por Yasky y Micheli- a movilizar a Plaza de Mayo “contra el veto macrista a la llamada ley antidespidos y el tarifazo”, se produjo en medio de grandes huelgas provinciales y movilizaciones populares. 
 
Esos conflictos han adquirido particular envergadura en Tierra del Fuego y en Santa Cruz, donde gobiernos kirchneristas están aplicando el ajuste “a sangre y fuego”; otro foco de fuertes choques con los trabajadores es Mendoza, gobernada por el radical Cornejo.
 
La dureza y persistencia de la reacción obrera, testimonian la voluntad generalizada de poner un límite a los despidos, los tarifazos y la degradación salarial. 
 
En sentido inverso, el veto presidencial fue una señal dirigida a la clase capitalista para profundizar la ofensiva contra los derechos laborales (ley Triaca) y avanzar con la reforma jubilatoria (enmascarada tras el proyecto de regularización de juicios). 
 
La marcha y sus límites 
 
La burocracia de la CGT, que apostó sus fichas al laberinto parlamentario, no sólo descartó cualquier medida de protesta esgrimiendo que “el veto es facultad del presidente”, sino que refrendó con su firma en el Consejo del Salario un ingreso mínimo de “indigencia” (el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció ese umbral en 6.319 pesos en mayo para una familia tipo). 
 
La defección de los Moyano, Caló y compañía convirtió a la limitadísima iniciativa de las CTA en un canal por el que emergieron parcialmente la presión y los reclamos de las bases sindicales.
 
La adhesión, con corte de tareas, de La Bancaria, de Foetra, del Sutna -en el debut de su flamante dirección combativa-, de los Suteba recuperados, y el paro de 24 horas dispuesto por los aceiteros, le dio cuerpo a una convocatoria que esquivó el paro general (se concibió como una movilización de los cuerpos de delegados) y no levantó la bandera del triunfo de las luchas de los estatales y docentes de Santa Cruz y Tierra del Fuego.
 
La delimitación de las CTA que convocan respecto de la CGT se redujo a considerar que “los compañeros hacían una lectura equivocada”, es decir que fue una justificación. El programa -“por la Agenda Social y la solución del tema tarifario"- fue suficientemente difuso como para traslucir otra agachada; la preocupación de Yasky por las Pymes “que sufren los aumentos de tarifas y son la que generan fuentes de trabajo en la Argentina”, lo ubica en la misma línea de subsidios y exenciones a las patronales, que defienden el Frente Renovador de Massa y el propio Macri. 
 
La desintegración de la CTA 
 
La presentación en público de la futura unidad de la central, detrás del sindicalismo kirchnerista de Yasky, no puede ocultar la descomposición imparable de ambas facciones. La fractura de las centrales obreras responde a las divisiones al interior de la burguesía. Por su parte, el “Cachorro” Godoy (ATE, CTA Autónoma), que optó por sacarle el cuerpo a la movilización con el argumento de su perfil kirchnerista, quedó en el campo de la burocracia que compone con Macri. 
 
Una columna independiente, paro nacional y plan de lucha 
 
La CSC, cuya mesa nacional se reunió días antes de la marcha, resolvió llamar a los sectores combativos y antiburocráticos a intervenir de forma diferenciada, constituyendo -como en la marcha del 29 de abril- una columna independiente, bajo la consigna de “paro nacional y plan de lucha”. 
 
La AGD-UBA, el Sutna y el Sitraic impulsaron la coordinación de esa columna con diversos sindicatos, entre otros los ferroviarios de Haedo, el clasismo del Subte, ATE-Sur y Ademys, en base a un programa que incluyó la prohibición de despidos, el reparto de las horas de trabajo, la reapertura de las paritarias y el salario igual a la canasta familiar, la abolición del impuesto al salario, la defensa del 82 por ciento móvil y el rechazo a los tarifazos. 
 
El primer punto de ese programa fue el repudio a la represión al acampe de los trabajadores de Tierra del Fuego y el reclamo del desprocesamiento de todos los luchadores. 
 
Los compañeros de la directiva de ATE-Mendoza, participantes de la mesa, anunciaron la resolución, adoptada junto al Sute y el resto de los gremios provinciales, de realizar, en coincidencia con la movilización a Plaza de Mayo, una marcha de antorchas. 
 
El 2 de julio, conferencia nacional de la CSC-PO 
 
La convocatoria de la CTA no planteó (ni se propuso hacerlo) un curso de acción al movimiento obrero, ante el agravamiento de la crisis económica y social. La brecha entre la política de las cúpulas sindicales y los trabajadores se agiganta y con ella las oportunidades para el desarrollo del clasismo y la izquierda revolucionaria. 
 
La campaña hacia la conferencia nacional de la CSC, del 2 de julio en el mini-estadio de Racing será un laboratorio de política obrera que abordará la cuestión candente del “frente único y el plan de lucha” necesario para derrotar el ajuste de Macri y los gobernadores; cuestión que supone la expulsión de la burocracia de todo signo y la puesta en pie de una nueva dirección.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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